El entrenador del Sporting, Rubén Albés, está pendiente del estado físico de los defensas Guille Rosas y Eric Curbelo para jugar el próximo domingo en A Coruña ante el Deportivo, en un encuentro en el que será baja Diego Sánchez y, probablemente, Gaspar Campos y en el que los gijoneses estarán ampliamente respaldados en las gradas de Riazor.
La plantilla rojiblanca volvió esta tarde a los entrenamientos tras haber roto el pasado sábado una racha de cinco victorias consecutivas en El Molinón, que le ha sacado de las posiciones de ascenso directo, pero sigue en las de play off.
Guille Rosas fue baja de última hora ante el Granada, equipo que se llevó los puntos de El Molinón, a pesar de que llegaba cargado de bajas, pero los gijoneses acusaron más las suyas en defensa del propio Rosas y de Diego Sánchez, dos canteranos que estaban jugando a un gran nivel.
Albés estará a la espera de la evolución de Guille Rosas, que no está descartado, pero al que el técnico no va a forzar su reaparición, como tampoco lo está haciendo la del central Eric Curbelo, cuya recuperación se está demorando más de lo previsto, aunque los dos jugadores trabajaron hoy parcialmente con el grupo.
Las tres bajas en defensa lastraron al Sporting ante el Granada, que se aprovechó de las imprecisiones gijonesas para llevarse los tres puntos tras un encuentro en el que los rojiblancos reconocieron no haber estado al nivel de partidos anteriores, pero consideran que hubieran merecido al menos un empate.
A Gaspar Campos, que también fue baja de última hora ante el Granada, no se le detectó rotura, por lo tampoco está descartado para viajar a A Coruña, si bien, en su caso, las opciones parecen ser menores que en el de Guille Rosas.
El Sporting volverá a Riazor tras varias temporadas de ausencia en el que tradicionalmente era uno de los desplazamientos más numerosos para la afición gijonesa, que se está movilizando para también acudir en gran número, a pesar de que el club gallego solo remite a Gijón algo más de medio millar de entradas.