Enfrentamiento con objetivos opuestos en los Anexos del José Zorrilla.
Los locales, muy necesitados de la victoria para salir de puestos de playout y con una dinámica descendente desde hace unas cuantas jornadas recibía al Pontevedra, a tan solo un punto de los puestos de playoff de ascenso a la categoría de plata, un conjunto que está cuajando una más que notable campaña.
Aún así, los gallegos habían cosechado sendas derrotas en sus dos últimos desplazamientos lejos de Pasarón, lo que daba un tono de optimismo a los blanquivioletas de cara al duelo.
Con la necesidad casi imperiosa de ambos de mantenerse enganchados a sus dispares objetivos rodaba el balón en la gélida mañana castellana.
Tan solo pasaron cuatro minutos cuando el guión dio el primer giro. Una pérdida de balón en medio campo gallego hizo que Miguel en un mano a mano frente al guardameta Edu Sousa se convirtiera en el primer tanto del encuentro. Por debajo de las piernas definió el delantero vallisoletano.
Quien le iba a decir a Miguel Rivera, que después de partidos fallando oportunidades clarísimas que impidieron obtener mejor botín en los últimos partidos, iba a ser a la primera cuando el filial vallisoletano abriera la lata.
Hizo mella el gol local, ya que tan solo un par de minutos después El Hacen puso los uys en la grada con un fuerte disparo desde la frontal que se marchó por poco por encima de la meta pontevedresa. Estaba tocado el hoy conjunto de azul.
Pasaban los minutos y poco a poco fueron igualándose las fuerzas, más en el ámbito territorial ya que en ocasiones no hubo mucho que destacar. De hecho, lo poco que hubo fue protagonizado por el equipo local.
Primero con un disparo de Apa que esta vez si repelió Edu Sousa, y las más claras por parte de Miguel primero, en el minuto veinticuatro que fue despejada a córner y en ese mismo saque de esquina la más clamorosa de Mario, que con todo a favor a la salida de un córner se le hizo de noche y a un metro de la línea no llegó a definir. Estas ocasiones sacaron del letargo al partido, que desde el gol inicial se convirtió en una tuya mía sin llegar a buen puerto.
Se estiró el Pontevedra y gozó de alguna ocasión, eso si, por medio de balón parado, faltas laterales y algún córner, que obligó a emplearse a fondo a la defensa pucelana, aunque no obligó a trabajar en exceso al meta Samu Pérez. Por parte local, Zalazar lo intentó de falta directa, se marchó por poco el cuero.
Parecía que se animaba el choque a falta de poco más de diez minutos para finalizar el primer acto, pero solo fue un espejismo, la ausencia de ocasiones fue la nota principal, sobretodo a través de juego elaborado.
Tan solo otra falta botada por Zalazar que se fue alta por centímetros a poco más de un par de minutos del cuarenta y cinco se pudo destacar.
Con ello Real Valladolid B y Pontevedra se marcharon a la caseta. Una mala primera parte para el espectador neutral en la que la falta de oportunidades y el mediocampismo fueron los protagonistas.
Comenzaba la segunda mitad sin cambios de inicio, pero solo de inicio, ya que a los tres minutos del pitido Kevin era sustituido por Borja Domínguez, tras ver la primera tarjeta amarilla del encuentro.
Pocos cambios a nivel de juego en el inicio, aunque eso si, parecían los visitantes más estirados, lo cual provocó mayor presencia en campo rival con el coste de estar más vulnerables en las salidas rápidas vallisoletanas.
Llegaba así la primera del partido de jugada para el Pontevedra, fruto de una pérdida de Mario, y en la que Alex González disparó después de un par de cintas de calidad haciendo trabajar por primera vez a Samu Pérez en el partido. Era el minuto cincuenta y cinco. Los gallegos, aunque fuera tímidamente daban la impresión de salir algo más enchufados.
La réplica a la contra fue protagonizada por Carrascal, en la que su disparo de primeras salió por no mucho lejos de la meta visitante.
A medida que pasaban los minutos las fuerzas nuevamente se igualaron, aunque sí que al Pontevedra se le notó un punto más de ambición, y al filial vallisoletano tambien algo más de nerviosismo, sobretodo al sacar la pelota jugada, provocando un par de ocasiones en contra que se fueron al traste ante la falta de precisión gallega.
Ponía toda la carne en el asador Luismi dando entrada a falta de veinticinco minutos a Pibe y Romay.
El Pontevedra quemaba todos sus cartuchos buscando esa ocasión que le enganchara a la posibilidad de victoria.
Y vaya si tuvo repercusión, ya que menos de cinco minutos después el Pontevedra gozaba de la ocasión más clara del partido, que desbarató Samu Pérez con una gran intervención a disparo de Pibe desde la frontal con todo de cara, y el rechace a punto estuvo de engancharlo Arruabarrena.
Entraba el miedo en las gradas de los anexos, el Pontevedra comenzaba a creer en sus posibilidades.
La réplica llegaba en un córner que remató algo desviado Salisu; el equipo local se entregó ya a las contras y al balón parado, lógicamente.
El mando del partido era gallego, no obstante ello no se tradujo en ocasiones ni peligro, parecía que el globo se había desinflado y no era el día. Muy espeso y horizontal, el dominio siguió sin convertirse en peligro real sobre la meta vallisoletana.
Así transcurrieron los minutos que, sin pena ni gloria se consumían para el Pontevedra, algo que al Real Valladolid B le hacía estar en su zona de confort, de hecho, la única opción de marcar la tuvo El Hacen, desbaratada por el meta visitante en una contra que cogió despistada a la defensa en su afán por ir araba.
Así pasó el tiempo hasta que con los cuatro de añadido se dio fin al encuentro con la victoria local.
Estos tres puntos sacan de la zona de playout al filial vallisoletano y dan un respiro a los malos resultados de las últimas semanas, mientras que los gallegos continuarán acechando desde fuera los puestos de playoff de ascenso, teniendo que mejorar su faceta de visitante de aquí a futuro si quiere seguir optando a pelear por metas mayores.