OPINION | La leyenda de Sergio Llull
Hoy hablaremos claro de una de las máximas figuras de nuestro deporte, un chico más de Mahón... de lo que representa y de su estado de forma actual. Sergio Llull.
Vaya por delante mi admiración y devoción por ti, Sergio Llull, y que siempre luciré con orgullo tu camiseta con el numero 23 a la espalda (y en mis fondos de pantalla del móvil y hasta de Twitter, llamadme friki). Eres gran deportista, humilde, trabajador y luchador como nadie. Vamos, de los que se dejan la piel en cada jugada y de los que levantan al pabellón con su carisma, con su “morro” y/o descaro sobre todo en las jugadas decisivas.
Desde tus inicios en el Real Madrid luciendo la camiseta con la publi de Metro, por primera vez en tantos años esta temporada 2018-2019 es la primera que no se te ve cómodo y disfrutando en la cancha. Tu físico, portentoso hasta el momento, no te acompaña y se ve sufrimiento en tu mirada, en tu gesto, en cada defensa, en cada salto, en cada entrada a canasta. Tu trabajo seguramente es más duro que ninguno de los pasados años y eso dice mucho de ti. La comodidad y fluidez en tu juego vendrá unida a tu confianza en esa rodilla, y estamos convencidos que muy pronto todo ello volverá.
Superaste ya lo más difícil, no lo dudes. Esa fatídica lesión en el momento más alto de tu carrera, Y volviste con la máxima ilusión y fuerza para llevar a tu Real Madrid – y a todos nosotros – a conquistar la “Décima” Euroliga. Ese final soñado en todo cuento. Volver a ser yo – Sergio LLull (Documental de Real Madrid TV).
Tu fidelidad al Real Madrid y a su afición es no sólo evidente, sino demostrada. Siempre te estaremos agradecidos por preferir el blanco al verde de los dólares americanos. La felicidad son pequeños momentos y esos los seguirás disfrutando en Madrid y en el Real Madrid, tu casa.
Queremos volver a ver esa mirada de tigre, esa sonrisa divirtiéndote mientras juegas, esas defensas asfixiantes e intensas, esos ataques imprevisibles, esos “me juego la última yo porque la voy a meter seguro”, esas “motos” y por supuesto de postre… , siempre mandarinas!