El Arenas Club cede las riendas del equipo a Endika Bordas

A falta de siete jornadas para la conclusión del campeonato, la entidad arenera ha tomado la decisión de prescindir de los servicios de su entrenador Jabi Luaces. Endika Bordas segundo de abordo en el cuerpo técnico de los getxotarras asumirá la responsabilidad de cumplir el objetivo marcado de la permanencia y de cerrar un curso repleto de complicaciones para los rojinegros.

La medida adoptada por la entidad presidida por Francisco Egusquiaguirre, viene motivada por la intención de cambiar la dinámica que llevaba el conjunto arenero en las últimas jornadas del campeonato y que les estaba acercando peligrosamente a los puestos de descenso, como así han reflejado en el comunicado expuesto en su página web  “Entendemos que el equipo necesita dar un giro para poder consolidarse en Segunda B y cumplir el único objetivo de esta temporada que no es otro que la permanencia en la categoría. Por delante quedan siete finales y, en la situación en la que estamos, nos hemos visto en la necesidad de tomar esta difícil decisión.”

Igualmente, desde la Junta Directiva, muestran su más sincero agradecimiento al técnico de Busturia por el trabajo desarrollado durante esta temporada y le desean la mejor de las suertes en el futuro.

Jabi Luaces todo un año remando contracorriente

Jabi Luaces deja al equipo en la decimotercera posición con 36 puntos. Cuatro puntos por encima del play-out y a cinco unidades del descenso directo. En lo que es su primera destitución en su carrera deportiva. Un entrenador que acumula 145 partidos en Segunda B y varias temporadas en Tercera División.

Las dificultades con las que ha tenido que lidiar el técnico de los rojinegros a lo largo del curso han sido muchas y muy variadas. La apuesta del Club era fuerte y las intenciones de dar un salto de calidad, manifiestas. Pero lo cierto es que Luaces tras una pretemporada difícil, superó con creces el siempre complicado periodo de adaptación y tras los primeros compases ligueros colocó al equipo en la zona media- alta de la clasificación.

A medida que fueron avanzando las jornadas, la plantilla comenzó a sufrir una plaga de lesiones que impedían su progresión. Las más acuciantes en el frente de ataque que les hicieron perder punch, nombres importantes como Güemes o Etxaniz tuvieron que ver varios partidos desde la grada y el equipo mostró carencias en la faceta realizadora. Se generaba pero no se materializaba y el escaso bagaje goleador obligaba a disputar partidos muy cerrados y trabados para lograr en el mejor de los casos alguna victoria por la mínima o empates de mérito. Pero superada la primera vuelta y con una buena gestión en el apartado de las incorporaciones del mercado invernal, parecía que los de Gobela recuperaban las buenas sensaciones.

Con todo a pesar de que el Arenas se mostraba capaz y competitivo en todas las plazas, las victorias se resistían más de lo esperado y veían como se escapaba paulatinamente el objetivo de clasificarse para disputar la próxima edición de la Copa De Rey y así conmemorar el centenario de la ganada en 1919.

Hasta que hemos llegado al tramo final del campeonato y tras una derrota injusta en Gobela y un empate en Torrelavega frente a un rival directo por la permanencia, a los rectores areneros les ha entrado el miedo en el cuerpo y  han perdido de repente la confianza en un entrenador sobradamente capacitado para lograr el objetivo de continuar en Segunda B.

Lo paradójico de la situación es que lejos de poner al equipo en manos de un técnico más experimentado, o de los mal llamados en el futbol “entrenadores milagro o resucitadores”, han decidido darle las riendas a Endika Bordas que ejercía como ayudante de Jabi. En definitiva situación desde fuera ciertamente incomprensible que hace bueno el dicho aquel de que “los pájaros tiran a las escopetas”.

Bordas debutará como primer entrenador en la categoría de bronce

Endika Bordas, se pondrá al frente de la plantilla este mismo miércoles y se estrenará el sábado en casa frente a la SD Amorebieta, equipo al que perteneció como jugador ante de recalar en el Gernika donde colgó las botas para posteriormente pasar a formar parte del cuerpo técnico de míster recientemente cesado.

El bermeotarra, tras una larga trayectoria como futbolista en la que perteneció a equipos como el Athletic Club, Terrasa, Hospitalet, Cordoba, Salamanca o los anteriormente mencionados, se estrenará como primer entrenador en Segunda B con la misión de salvar la categoría por el bien del Arenas Club y del futbol vizcaíno que lleva varias semanas temblando debido a los posibles arrastres que pueden darse y  que provocarían una cascada de descensos en la Tercera división y las categorías regionales.

Siete jornadas tiene por delante para confirmar si la medida adoptada por la Junta Directiva  ha sido la acertada. Pero no cabe duda de que a estas alturas de la temporada el margen de error es mínimo y la solución como se ha comprobado en este Grupo II no siempre pasa por prescindir del entrenador con el propósito de buscar una posible reacción del equipo.

Como dato de los nueve últimos clasificados, siete cambiaron a su entrenador y salvo el Tudelano, el resto han dado pocos síntomas de mejoría. Por ello tiene toda mi admiración directivas como las de Gernika o Cultural de Durango que pese a la situación del equipo han continuado apostando por sus respectivos técnicos o el caso del Amorebieta que tuvo sobrados argumentos en la primera vuelta para optar por un relevo en el banquillo pero a la postre la continuidad de Iñigo Vélez ha provocado que los zornotzarras estén disfrutando como nunca de su equipo en Segunda B. Como siempre el tiempo dará o quitará razones.