Vuelta a la rutina
La derrota ante el Elche demostró de nuevo que el Córdoba está ausente esta temporada y solo algunos despertares han conseguido que aún no haya descendido.
La historia interminable del Córdoba CF parece que vuelve a repetirse. Tras una victoria que parece sacar del sueño eterno blanquiverde, los jugadores de Navarro volvieron a caer en un partido donde parecía faltarle ganas al equipo. Sin ganas, estrategia u ocasiones de peligro, el Córdoba continúa siendo el farolillo rojo de la categoría.
Las ausencias se notaron
Navarro llegaba con dos bajas claras por la acumulación de tarjetas amarillas. Piovaccari y Jaime Romero se habían quedado fuera por ver su quinta amarilla en la victoria ante el RCD Mallorca, y esto lo terminaría notando el equipo. Sus sustitutos, Blati Touré y Carrillo, no llegaron a dar lo que sí sus compañeros. La profundidad y guerra que impone Piovaccari fue una ausencia bastante obvia durante los 90 minutos, y el desborde que suele imponer el zurdo de Albacete se diluyó con un Blati Touré que discutía más con el colegiado que repartía juego a sus compañeros.
No es la primera vez que ocurre esto, y posiblemente no sea solo a las actuaciones de los sustitutos por sanción, pero la situación que vivieron los aficionados cordobesistas fue la de vivir una situación interminable. No parece que la actitud de la plantilla haya cambiado por el hecho de conseguir una nueva victoria, sino que conseguirla ha hecho que el equipo se relaje una vez más.
Navarro parece no conseguir tomar cartas en el asunto y la plantilla tiene el rumbo tomado desde hace mucho tiempo, algo que parece no haber cambiado pese a las incorporaciones del mercado de invierno. Si finalmente, por otro milagro como el de la pasada campaña, el Córdoba consiguiera salvarse, sería gracias a una imposición del técnico y un cambio por completo de forma de pensar de una plantilla que se ha abandonado a pesar del mensaje que tratan de transmitir cada semana a los medios.