El fútbol femenino después del Mundial de Francia
Este Mundial no solo engendró un personaje ejemplar para el fútbol femenino, pero desencadenó también en otro momento simbólico en el deporte femenino: El interés del club más ganador en la historia del fútbol europeo, el Real Madrid C.F.
El fútbol femenino de clubes arranca con su pretemporada y las jugadoras que participaron en el mundial de Francia vuelven a sus respectivos equipos. Todas ellas traerán consigo la ilusión y el entusiasmo de lo vivido este verano en el país galo. De haber estado al menos un mes, al frente de un deporte que hasta ahora había sido dominado por su contraparte masculina. El haber formado parte de un torneo que se presentó como un trampolín para las mujeres, que fue un éxito y que sin duda va a marcar un antes y después en este deporte.
Desde entonces, el Mundial desencadenó en una figura futbolística de magnitudes “Messianicas” o “Cristianicas” en la imagen de Megan Rapinoe. Capitana de la selección estadounidense, campeona del torneo que se hizo de portavoz del fútbol femenino. Cada aparición en público a lo largo del torneo fue un momento para ella reivindicar el lugar de la mujer en el deporte. Una figura justa y necesaria para este periodo en el que se encuentra el fútbol. Su discurso a veces puede malinterpretarse como arrogante, pero sus intenciones son claras y sinceras. El fútbol femenino necesita mostrarse con convicciones fuertes. Quedará su frase poscampeonato, durante la celebración en EEUU: «Tenemos el pelo rosa y morado, tatuajes y rastas, tenemos chicas blancas y negras, heterosexuales y gays». Un mensaje unificador.
Este Mundial no solo engendró un personaje ejemplar para el fútbol femenino, pero desencadenó también en otro momento simbólico en el deporte femenino: El interés del club más ganador en la historia del fútbol europeo. El Real Madrid C.F., que sintió el terremoto generado por la Copa del Mundo y decidió iniciar las gestiones para hacerse un hueco en la primera división del fútbol femenino español con la adquisición del C.D. Tacón. Club de la ciudad de Madrid recién ascendido a la máxima categoría y que pronto se verá completamente de blanco. El club ya está entrenando en la Ciudad Real Madrid y se unieron a sus filas 2 mundialistas: La astra sueca Kosovare Asllani, que llevó a su selección al bronce en Francia, y la brasileña Thaisa Moreno, dueña de la médular de la seleçao.
A todo esto, el mercado de futbolistas no cesa de tener actividad. Antes del Mundial el FC Barcelona fichó a la estrella nórdica Caroline Graham Hansen, de magnífico Mundial, llegando a cuartos de final con Noruega. El mismo club, fichó después a la mejor jugadora española: Jennifer Hermoso, proveniente del Atlético de Madrid después de un desempeño histórico con la Roja. A su vez, dejaron salir a la regateadora brasileña Andressa Alves, dirección Italia y Serie A femenina, para unirse a la Roma. Un campeonato italiano que también está creciendo a pasos agigantados y que busca internacionalizarse con fichajes como el de la excamiseta 10 del Barça.
Hay movimientos igualmente en el club más poderoso del fútbol femenino: El Olympique Lyonnais. Ficharon a la sensación inglesa Nikita Parris, buscando cementar su posición de absoluta dominación en el fútbol europeo. Pero clubes europeos como las inglesas de Chelsea y Manchester City, las alemanas con el Wolfsburgo y Bayern Munich o las vecinas de territorio del Paris-Saint-Germain, buscarán junto a la nueva potencia del FC Barcelona (actual subcampeona europea), destronar en Champions League a las lionesas. Sin duda nos espera una competencia feroz, digna de ofrecer un espectáculo del mismo calibre que el que nos acostumbran los hombres.
Sin embargo, el éxito del fútbol femenino esta temporada no va a depender solamente de las jugadoras y actores de este deporte. Va a depender sobre todo y más que nada, de nosotros. Porque si hay algo que hace grande a este deporte, son sus aficionados. Los que llenan los estadios, los que se dejan la garganta por los colores de un equipo, los que empapelan las paredes de las habitaciones con nuestros ídolos. Y ahora es momento de ofrecerle también nuestra atención a ellas.
La experiencia de este Mundial tiene que recordarnos que el fútbol femenino llegó a transmitir esa emoción y pasión característica de este deporte. Es el darse cuenta de que ellas también pueden hacernos vibrar, levantar de los sofás o gritar a los cuatro vientos cuando una ocasión se marcha cerca del gol. Es nuestra responsabilidad, darle al fútbol femenino el lugar que se merece.
De este interés va a depender que las marcas que apoyaron a las futbolistas durante Francia 2019, lo sigan haciendo en las respectivas ligas, lo que va a permitir que las deportistas tengan mejores condiciones de trabajo, y que más niñas puedan soñar con poder vivir de un deporte que para los hombres ya es un vector de desarrollo hace mucho tiempo. En tiempos en los que la igualdad de género necesita seguir en primeras instancias de debate, merecemos darle una oportunidad al deporte femenino. ¡Porque el fútbol, UNE!