Marc Gasol: «No sabía que tenía un vacío; el anillo lo ha llenado»
El pívot catalán, recientemente campeón de la NBA reflexiona sobre diversos temas en una entrevista.
Marc Gasol ha concedido una extensa entrevista al diario AS desde Los Ángeles en la víspera del partido que enfrentará a Estados Unidos y España en tierras californianas.
Marc Gasol: «No me siento vacío para nada. Encuentro la felicidad y la motivación en cada momento con este deporte»
Decía Piqué un día: «Sé que es necesario entrenar, pero a mí no me gusta». A usted que compite tantos días al año, ¿le convence?
A mí sí me gusta, me gusta mucho. A ver, también hay diferentes momentos. Si me hablas en el mes de febrero después de 60 partidos y te duele la espalda, pues los entrenamientos tienen un objetivo diferente. Pero ahora mismo, en el momento que estamos de preparación, entrenar es muy importante a nivel físico, táctico, técnico. Es primordial. Y me encanta porque pones las bases de lo que quieres y llegar a ser como equipo. Y sin entrenamiento es imposible.
Es muy diferente. El viaje con la Selección se me ha hecho muy, muy extraño. Al final, siempre han sido dos mundos paralelos porque son mi vida, pero no se juntaban en ningún momento. Ahora se ha juntado el ritmo de vida americano y el ambiente y la organización de la Selección. Y ha sido curioso. Es una experiencia divertida.
Es que en Memphis ha estado los mismos años de su vida que en Barcelona. Ahora está en Toronto, pero llegó a decir que si terminaba su carrera en Memphis sería para que le hicieran una película… ¿Cuál es su vínculo real con esa ciudad?
Integral. Llegué con 16 años sin tener ni idea de inglés. Un joven en plena adolescencia con todas las inseguridades que eso conlleva. Me fui y dejé atrás a la familia. Decidí emprender el viaje de vuelta a casa en el Barça solo. Y después de tres años de Barça en ACB más dos de Girona, volví a la misma franquicia, a la misma ciudad. Y ahora esta temporada abandono la ciudad siendo padre de dos hijos, uno nacido en la calle más famosa de Memphis… Piense que llegué con 16 y me fui con 34. Son muchos días, muchas amistades. Cuando la gente me pregunta qué echo de menos de Memphis no es una situación física ni geográfica ni nada así. Es la gente, las personas, el ambiente, el cariño que recibí y todo en torno a este deporte que tanto me ayudó, en formación y en consagración.
¿Ha pensado dónde se ve en el futuro viviendo, si en España o en Estados Unidos?
Lo normal es que cuando acabe mi etapa de jugador, dé la oportunidad a mis hijos de vivir la experiencia de España y que estén en Barcelona cerca de sus abuelos una época para que cuando sean mayores de edad decidan qué quieren hacer. Y entonces recuperaré mi libertad laboral. Nada es seguro al cien por cien pero cuando acabe de jugar centraré mi atención en su felicidad. Egoístamente, he tenido toda la suerte del mundo porque me han seguido donde he ido de forma incondicional. Eso lo agradezco. Cuando yo acabe ese momento mío, sea cuando sea, es cuando tendré que invertir tiempo en su formación y en su educación.
Dijo Sergio García después de ganar Augusta a los 37 años que, como a Olazábal en su día, tenía cierta sensación de vacío. Vemos casos como el de Garbiñe que tocan rápido dos Grand Slams como Roland Garros y Wimbledon y sufren un valle. Y tiene la experiencia de su hermano cerca en casa. ¿A usted le ha entrado alguna sensación similar después de ganar el anillo?
Yo no podría ser más feliz ahora mismo (risas). No me siento vacío para nada. Encuentro la felicidad y la motivación en cada momento con este deporte. En cada entrenamiento, en cada partido. Quizá el cambio de franquicia, la conquista del anillo, el cómo ha ido todo, me ha llenado un vacío que no sabía que yo tenía. Y ha calmado y me ha dado un paz interior que no sabía que no tenía. Pero al ganarlo, me he dado cuenta de que me importaba más de lo que creía que me importaba, valga la redundancia. Cuando no lo había ganado, tal vez me convencía de otra manera. Me decía, pase lo que pase, tengo que trabajar al máximo y siempre poder mirarme al espejo y sentir que lo he dado todo. Ahora que ha pasado esto, lo sigo manteniendo. Tengo que dar el máximo, pero cuando lo consigues le das un valor a la gente que ha estado cerca de ganarlo porque es una experiencia mental y física muy fuerte. Me siento muy feliz por todo. Por empuje físico, mental. Por dar un paso más cuando me pensaba que no me quedaba nada más… De vacío, nada. Estoy muy contento.
Fueron unos playoffs durísimos: Orlando, los Sixers con Embiid, los Bukcs y finalmente los Warriors. Recuerdo ver alguna imagen suya en las finales casi extenuado. ¿Ha podido descansar realmente bien para estar a punto en el Mundial?
Acabé realmente echando humo, pero humo del malo. Quemando aceite. Acabé tocado físicamente, pero sabía que no tenía mucho más tiempo y que no podía perder mucho mas tiempo. El 19 llegué a España y el 26 estaba entrenándome. Tenía que ponerme a trabajar porque sabía que tenía un reto muy importante que es el Mundial de China.
¿Es la Selección más extraña en la que va a jugar desde que empezó su camino aquí?
De verdad que no analizo ni comparo con los equipos de otros años porque es que no me aporta nada, absolutamente nada. Creo que tenemos unas armas, armas especiales y un estilo de juego que no hemos desarrollado y no se ha visto nunca en la Selección y eso tiene cosas positivas. La predisposición de los jugadores a trabajar, el talento que tenemos… Creo que va a estar muy bien. ¿Que no tenemos a los jugadores o a los nombres de talento como Pau y Juan Carlos? Pues vale, OK. No nos vamos a esconder. Pero tenemos una confianza muy grande en lo que hacemos.
¿Puede decirse que es el Marc Gasol jugador que quería ser, se imaginaba terminar en este concepto tan integral de jugador que representa ahora?
Estoy muy agradecido, especialmente, a la valentía que tuvieron los entrenadores al inicio de enseñar a hacerme todas las cosas sobre la pista. Y de no tener miedo y encasillarme en una cosa. Hoy en el baloncesto cada vez hay menos posiciones y es un juego de concepto. Es lo que seas capaz de hacer en la pista con la toma de decisiones. Yo eso se lo tengo que agradecer a todos esos entrenadores. Son los que me dijeron: «Marc, tú tienes que saber pasar; que saber botar; que pasar tras bote; que tirar y si no botar y buscar otra opción».
¿Tienen nombres esos entrenadores?
Sí, muchos. Pero no te podría decir tantos. Y luego más adelante los entrenadores que confiaron en mí y me dijeron: «Marc, todas estas herramientas que tienes en la caja tienes que usarlas». Poner los sistemas alrededor para que los puedas usar conlleva muchas cosas. Al final, los entrenadores confían en tus capacidades para liderar una parte del juego y es importante hacerlo bien.
Hablando de técnicos. ¿Su relación con Scariolo ha cambiado desde los inicios a tenerlo cada día en Toronto?
Muchísimo.
¿Cómo lo explicaría?
Pues mire. Desde el primer momento me arropó, me cuidó. Dio el sello de conformidad de que podía ayudar al equipo a conseguir el logro (del anillo) y a jugar bien al baloncesto y eso también conlleva un riesgo por su parte. Me ha enseñado a la adaptación. Muchas cosas.
¿Cómo ve el papel de los Hernangómez en la Selección, deben ser lo que fueron Rudy, Sergio y usted para España en 2006? Se les va a necesitar.
Willy lleva desde 2015. No son jugadores recién llegados ni mucho menos. No es su primer año. Aparte de por razones de necesidad, debemos y podemos aprovechar lo que tienen por el talento que poseen y porque son jugadores especiales. Canalizar y encontrar los puntos dependiendo del momento, cargar gas, quitar gas, eso también va a depender de Sergio. A ayudarles a que den lo máximo por el bien del equipo.
Le leí que el otro día decía en Málaga algo así que ojo con Estados Unidos, que sigue manteniendo jugadores tremendos, algunos All-Star y que los entrenadores «no están mal». ¿Cree que la prensa peca de menosprecio en estas ocasiones y ya hemos empezado en este caso con los estadounidenses?
Vende un poquito, ¿no? Hay una parte, no sé cómo llamarlo, no quiero decir propaganda. Pero nosotros estamos orgullosos de los jugadores que tenemos y tenemos que estar pendientes de los jugadores que sacrifican ocho semanas de vacaciones para ayudar a la Selección, no en los que no vienen con nosotros o con otras selecciones. Estados Unidos tiene jugadores técnicamente muy buenos, físicamente muy, muy buenos, con una velocidad y una capacidad de toma de decisiones altísima, con un rango de tiro muy grande. Hemos de trabajar muy bien y que nos salga un gran partido si jugamos contra ellos en el Mundial porque sabemos las dificultades que tendríamos contra jugadores de ese nivel.
¿Ha visualizado un poco el Mundial? Grandes pívots seguirán quedando. Jokic en el camino con Serbia, tal vez se cruce con Sabonis o Valanciunas en Lituania, los estadounidenses…
La primera fase es importante para jugarla y jugarla bien. No deberíamos pasar muchas dificultades, pero hay que jugar centrándonos en nosotros para llegar a un buen nivel a la segunda fase porque esa segunda fase va a ser clave y nos pondrá a uno u otro lado en el torneo.
Mantiene una posición muy reivindicativa en favor de iniciativas como la de Open Arms. Como su posición queda clara, ¿le ve solución a la problemática?
Es difícil que nosotros como ciudadanos demos la solución. Hay gente muy inteligente y más preparada para tomar esas decisiones. Nosotros podemos exigir que se tomen decisiones en conjunto. Sea la Unión Europea o quien sea. Lo que sí tengo claro es que si había unas 150 personas en el mar a la deriva con un riesgo de muerte del 99,9 por ciento porque el motor que tienen es de 20 caballos llevando una barca hinchable de más de 100 personas, las posibilidades de llegar a Malta o a Lampedusa desde Libia son ínfimas. Y son conocedores de ello porque las 24 horas que están en esa balsa están sin agua en ni comida. No se pueden dejar a la deriva. Eso lo tengo claro. Decir «no es nuestro problema», «no podemos acogerlo», «que se vayan a su país». No podemos dar por hecho que por haber nacido donde hemos nacido somos mejores y que no tienen derechos. Esa mentalidad no lleva a nada. Siempre he pensado que comos afortunados por haber nacido dentro del 30 por ciento de gente que puede ir a un baño y que salga agua potable. Si tenemos esa gran suerte, vamos a valorarla y vamos a ayudar en la medida que podamos a esa gente que no tiene esa suerte. Eso es lo único que nos diferencia. Que hay un 70 por ciento de gente que vive en una pobreza extrema. Creo que el uso que se hace del miedo, ese «vendrán aquí y nos quitarán al trabajo», es frívolo y es una mentira.
Y en ese marco, usted que vive en un país con un presidente que practica esa política, ¿qué siente, es malo Trump para Estados Unidos?
Lo mismo. Si no tiene el mismo problema, lo tiene muy parecido. Tenga en cuenta que estamos separando. Liderar desde el miedo conlleva eso. Así la gente coge fobia a los inmigrantes cuando realmente ellos huyen de mafias, guerras civiles, extrema pobreza. Nadie abandona su casa si está bien. Construyendo muros y creando odios…, eso no funciona en las sociedades.
Como ha visto, hemos estado toda la entrevista sin hablar de Pau…
Pero siempre preguntáis (risas).
¿Le ha mandado algún recado para el Mundial?
Es que Pau y yo rara vez hablamos de baloncesto, casi nunca. Hablamos de sus sobrinos, ahora de cómo está su pie…, pero de cosas de baloncesto sabemos y respetamos la opinión de los dos, sabemos cómo funcionamos… Si me surge alguna duda, le consultaré. De momento no me ha surgido.
Ya tendrá noticias suyas si no se meten en Tokio…
Buenooo. Él es consciente de que el deporte es muy difícil. Nos apoya al cien por cien, de manera incondicional. Tenemos su respaldo siempre.
Sergio__Alacant