Al Zaragoza le faltan aún piezas
Víctor Fernández pide dos fichajes más para cerrar su plantilla
Si alguien creía que con la llegada de Shinji Kagawa el Zaragoza había cerrado su capítulo de entradas este verano se equivocaba. Al cuadro blanquillo aún le faltan cosas por decir en este mercado, ya que Víctor Fernández sigue pidiendo más fichajes. Concretamente, dos, según apunta el Heraldo de Aragón. Uno sería un delantero y otro que ocupe el rol de pivote/central para el que se pretendía a Nolaskoain, ahora en el Dépor.
El mayor problema para el Zaragoza es que, si no hay salidas, será difícil que haya altas. Ya no solo por tema de tope salarial, sino por extensión de plantilla y de fichas. El club prioriza dar salida a Verdasca y Pombo. Dos salidas cantadas y esperadas, pero que no se han producido. A esas dos se podría unir también la de Miguel Linares, la de Bikoro, sin descartar la llegada de una buena oferta por Igbekeme.
El delantero, que cumplirá 37 años en un mes, no goza de la total confianza de Víctor Fernández que quiere dar una subida de nivel a su delantera. La de Bikoro es una situación parecida. Si hubiese llegado Nolaskoain, la salida del ecuatoguineano estaría más que cantada, pero por ahora continúa en el equipo a falta de ver si llega o no otro refuerzo. Por lo que respecta al mediocentro nigeriano, en el club saben de que muchos clubes le tienen en cartera, pero ofertas que puedan ser dignas de estudio, ninguna.
Víctor quiere gente con galones
Para la delantera, Víctor pretende una tercera pieza. Se muestra contento con Luis Suárez y Dwamena, pero su bisoñez y falta de experiencia puede lastrar en momentos más claves de una larga campaña que comenzó este pasado fin de semana. Ambos tienen hambre triunfo, pero Víctor busca un punta más veterano que aporte la Zaragoza esa dosis necesaria que solo se tiene con la experiencia. Lo mismo es aplicable para la otra incorporación, en una parcela del campo más retrasada. En definitiva, el Zaragoza apura el mercado en busca de gente con galones que aporten ese poso y galones que una plantilla, talentosa, pero quizá excesivamente joven, no tiene.