El Málaga corre riesgo de ser un nuevo Reus
Si no mejora su situación económica en los próximos meses se enfrenta a las mismas sanciones que sufrió el club catalán hace menos de un año
La alerta es real. El Málaga corre un serio riesgo de no acabar la temporada y convertirse en un nuevo ‘caso Reus’. Su situación actual, con solo 16 fichas profesionales, no llegando al mínimo de 18 para no depender de fichas de filial o juvenil, y con el límite salarial de 9,9 millones superado, le puede derivar a acabar como el Reus Deportiu el pasado mes de enero.
Una situación angustiosa que en el club han querido edulcorar y ocultar durante casi todo el verano. Pero ahora, ya en septiembre y con una peligrosa cuenta atrás activada, ya no hay posibilidad de endulzar una caótica, peligrosa de la entidad y que puede conllevar unas consecuencias nefastas. La irresponsabilidad de los gestores, con Abdullah Al-Thani a la cabeza, es grande y notoria, llevando al club costasoleño a una situación con un futuro totalmente incierto.
Pero… ¿Cómo se ha llegado a ésto?
Todo comienza tras el descenso. Bien sabido es que los clubes que descienden tienen el primer año una ayuda económica importante. Una ayuda destinada a adaptar a los clubes a su nueva realidad. A la de una liga con muchos menos ingresos y totalmente diferente. Dicha ayuda es utilizada por la mayoría de los clubes para formar plantillas muy potentes dentro de la categoría e intentar el regreso a LaLiga Santander en solo un año. Algo que es totalmente lícito, pues nadie le puede decir a un club como gastarse un dinero que es suyo.
Esa apuesta, que es de un riesgo enorme para la entidad, a algunos les sale bien. El mejor ejemplo es el Getafe de la campaña 2016/2017. El cuadro azulón, que ahora vive una nueva etapa dorada con la disputa de Europa League, se jugaba hace poco más de dos años su futuro. De no haber ascendido en aquella ocasión su futuro hubiese sido muy incierto.
En el Málaga se optó por esta vía. Se puso todo el dinero en el campo. Buscando formar una plantilla que ascendiese a la primera. Todo estalló con la eliminación en el play-off en junio, pero el peligro de lo que sucedería en caso de no ascenso era conocido de antes. Como mínimo, de dos meses antes. En abril y mayo LaLiga, ya comunica a los clubes una primera estimación de su situación de cara al año que viene. Es decir, en el club ya sabían lo que iba a ocurrir si no se lograba el ascenso.
Pero tras no lograr ese ascenso, no se tomaron las medidas oportunas. A pesar de que su situación obligaba a realizar una reestructuración grande, esa no se empezó a acometer hasta que fue muy tarde. Abdullah Al-Thani se negó a firmar varias salidas de jugadores que aliviaban notoriamente la carga salarial. Y otro de los principales responsables, José Luis Pérez Caminero, que hipotecó el club con operaciones como la de Alfred N’Diaye, seguía ofreciendo contratos inasumibles para la nueva realidad del club (Okazaki, el más notorio).
Así fue hasta que LaLiga intervino haciendo pública su situación de bloqueo en la tramitación de fichas. Ese comunicado público de la patronal fue el que hizo estallar todo por los aires y que los más escépticos, dentro y fuera del club, fuesen por fin conscientes de la auténtica realidad de la entidad.
¿Cuando será el punto de no retorno?
Eso es difícil de predecir. No se puede dar una fecha exacta. Pero ese posible punto de retorno podría ocurrir en el mismo punto que al Reus. Esto es cuando haya impagos a los futbolistas, si los hay. El control financiero de LaLiga, al igual que falló con el Reus, ha vuelto a fallar con el Málaga y dos veces en menos de un año son muchas. Eso hace que LaLiga deba replantearse ciertas cosas en su política de control financiero sin mayor dilación.
Pero el reparto de culpas debe dirigirse a quien corresponde. Las medidas de LaLiga han fallado, pero porque desde Martiricos se han empeñado en no solucionar su grave problema. En el Málaga no se han tomado en serio las consecuencias de su situación hasta que ya era tarde. Durante los meses de junio y julio en la entidad ya eran conscientes de sus graves problemas. Incluso lo eran en mayo como ya comentábamos antes.
Pero decidieron ir solo hacia adelante, sin mirar la pesada carga económica que tenían detrás. Quizá nunca sepamos si ese camino lo tomaron por soberbia, creyendo que LaLiga mostraría indulgencia por su situación, por simple incompetencia e irresponsabilidad, o una mezcla de ambas. Y digo que quizá nunca lo sepamos porque la comparecencia que José Luis Pérez Caminero iba a ofrecer este martes ha sido pospuesta de forma indefinida.
Pero aún hay solución…
Pero no todo está ni mucho menos perdido. La situación del Málaga tiene arreglo. Esa solución pasa o por la búsqueda de nuevas fuentes de financiación que aumenten los ingresos o por acometer de forma profunda la reestructuración que no hicieron durante el verano. Pero ahora la presión y el tiempo es mucho menor. Si antes la presión del reloj no iba más allá de intentar realizar una plantilla competitiva antes del 2 de septiembre, ahora esa cuenta atrás marca una posible expulsión y, quien sabe, si la desaparición de la entidad posteriormente.