Final de infarto en Son Moix
Dos penaltis errados marcan el devenir de un partido con mucha tensión
Después de la tormenta matutina protagonista en Mallorca llegaba la calma para dar inicio a la cuarta jornada. Mallorca y Athletic saltaban al campo de Son Moix con la intención de vencer y obtener tres puntos importantes en este inicio liguero. Como preludio al inicio del choque, Aduriz salió como protagonista. Volvía a su antigua casa y Son Moix le dio la bienvenida con una sonora ovación.
El partido comenzó con la calma que procede a la tormenta. Ambos empezaron con mucho respeto y hasta el ecuador de la primera parte no llegó la ocasión. Raúl García llegaba de segunda línea pero el cabezazo lo paraba Manolo Reina sin problemas. La respuesta balear tardó en llegar, Salva Sevilla probaba a Unai Simón con un lanzamiento de falta. En el córner siguiente, Baba remataba el córner de Sevilla pero el cabezazo se iba fuera.
La segunda parte daba comienzo con mucho más ritmo. El Mallorca salió más enchufado y embotellando a los bilbaínos. Sin embargo, solo Lago Junior fue capaz de inquietar la meta de Simón. Un pase mágico de Febas, dejaba solo al delantero bermellón, pero él, mandó el disparo cerca del palo derecho. La réplica vasca vino de parte de Raúl García con un disparo que rechazó Reina en primera instancia y Valjent definitivamente .
Después el partido en un tinte rojo y negro donde el Athletic quedaba casi inhabilitado. El Mallorca llegaba a monopolizar la posesión y las ocasiones. El punto álgido de los mallorquines, llegó mediante Kubo. Frotó su varita y dejó sentado a Capa y provocó un penalti. Sin embargo, Abdón lo mandó fuera.
La respuesta bilbaína fue otro penalti por mano de Baba, pero también lo erró Aduriz. Esta vez Manolo Reina paró la pena máxima salvando a los suyos de una derrota muy dolorosa. En la contra siguiente, Álex Alegria marcó de cabeza pero el árbitro señaló fuera de juego.
Un final de infarto, dejó un punto en cada ciudad. De la pena a la gloria hay un solo paso y este partido ha sido la clara demostración. Dos puntos que saben de manera agridulce para ambos equipos.