Eguarás y Cristian Álvarez, prioridad máxima
La renovación del mediocentro navarro y el portero argentino son las mayores prioridades de Lalo Arantegui
El comienzo de temporada para el Real Zaragoza está siendo casi soñado. El equipo funciona en el campo y obtiene resultados más que positivos, mientras que en los despachos ha logrado atar a sus jóvenes jugadores con contratos largos y que no hipotecan ni mucho menos a la entidad. Renovaciones como las de Guti, Delmás y la más polémica de Jorge Pombo. Todas ellas cerradas, firmadas para unas cuantas temporadas.
Pero en la dirección deportiva tienen aún bastante trabajo. Del presumible once más titular que Víctor Fernández viene utilizando hay varios jugadores que finalizan contrato como son Cristian Álvarez o Eguaras. A ellos, además, hay que añadir los cedidos (Luis Suárez y Dwamena) con situaciones contractuales que no dependen del club maño.
Tanto el portero argentino como el pivote navarro son básicos y la entidad pretende su renovación. Ya se iniciado conversaciones, pero por ahora sin avances significativos que se conozcan. Ambos saben que serán piezas de bastante cotización en el mercado si son agentes libres. Ese factor podría hacer que su renovación se dilatase durante meses y de clara forma supeditada a un posible ascenso.
Mejorar el contrato de James, otra prioridad
Pero en la dirección deportiva tienen otra tarea pendiente que quieren realizar dentro de lo posible. Esto es una ampliación y mejora del contrato de James Igbekeme. El nigeriano fue la auténtica sensación del equipo el pasado curso y su rendimiento no pasó ni mucho desapercibido.
Este verano hubo muchos equipos interesados en él, aunque las pretensiones económicas del club maño para acceder a un posible traspaso hicieron que no llegasen ofertas a las oficinas. El propio Lalo Arantegui reconoció que una de las tareas que deben acometer es la mejoría de su contrato dentro de los límites en los que se mueve el club y adaptarlo al mercado. Mucho trabajo aún por hacer en las oficinas de La Romareda, en definitiva.