El Real Madrid no tiene piedad y se medirá al Barça
El Real Madrid se llevó la victoria ante el Montakit Fuenlabrada por 116-61 y se medirá al Barça en la gran final de la Supercopa ACB. Gran partido de Walter Tavares, con ocho puntos, diez rebotes, dos asistencias y siete tapones.
El XX ya espera en la final tras haberse impuesto al XX en un partido. El siguiente turno de semifinales daba protagonismo al estreno de este Real Madrid con pocas caras nuevas y de un Montakit Fuenlabrada que no tenía nada que perder en esta Supercopa ACB.
Montakit Fuenlabrada no aguanta el ritmo del Real Madrid
Montakit Fuenlabrada quería imponer un ritmo rápido en el partido. La velocidad como arma tres recuperar el balón o rebote, además de un Earl Rowland que empezó enchufado, marcaban el tono. Aunque poco tardó el Real Madrid en imponer su juego, marcado desde la dirección de Facundo Campazzo y la defensa intimidante de Walter Tavares. Entrar a la pintura era un castigo constante para los fuenlabreños, que sólo la pisaban al contragolpe. El parcial tras cinco minutos de juego estaba en 14-9.
El Real Madrid era una apisonadora, muy concentrado en todas las facetas del juego y maniatando constantemente a los jugadores de Montakit Fuenlabrada. Gran protagonismo para un Anthony Randolp muy certero desde el triple, haciendo daño a la defensa de Njegos Sikiras. 23-9 a falta de casi tres minutos para el final del primer cuarto, y se seguía esperando al equipo madrileño. Sólo sin Walter Tavares en pista pudo asomar la cabeza el equipo de Jota Cuspinera. Un doloroso 28-11 al final del primer cuarto amenazaba con matar el partido demasiado rápido.
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Con la entrada de Nico Laprovittola en el partido en el segundo cuarto, el Real Madrid ya tenía a sus dos grandes refuerzos sobre la pista. Junto a Jordan Mickey, arrancaban las dos nuevas caras, y con buenas sensaciones, a pesar de no estar del todos compenetrados con el equipo, como aún es normal. A pesar de que Marc García intentaba tirar de Montakit Fuenlabrada, los blancos eran una máquina imparable. Además, todos se querían apuntar a la fiesta, y se pudo ver a Sergio Llull y Rudy Fernández con el modo Mundial aún encendido, sobre todo en el caso del alero. A cinco minutos del descanso, +30 con el 45-15.
Sólo a través de Earl Rowland parecía construir algo Montakit Fuenlabrada. El base sobrepasaba a un Nico Laprovittola que no le podía seguir el ritmo. Aún así, el Real Madrid ya había roto el partido, y con la ventaja superior a los 20 puntos en todo momento, la segunda parte amenazaba con ser un paseo militar blanco. Con el argentino como base funcionaba bien el equipo de Pablo Laso, y eso ponía en el marcador del WiZink Center el 52-21 mientras los jugadores enfilaban el túnel de vestuarios.
Rudy sigue con el modo campeón del mundo.
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Una segunda parte sin historia
La segunda parte empezó de la misma manera que acabó, con Earl Rowland como única esperanza del Montakit Fuenlabara y con el Real Madrid como un tiro. Se veía más garra y actitud en el equipo de Jota Cuspinera, que pasó revista en el vestuario, pero la brecha era muy grande y el equipo de Pablo Laso es especialista en saber gestionar marcadores. Los blancos salieron más relajados, aunque sin confiarse, y eso permitió ver más de algunos jugadores como Christian Eyenga o Egidijus Mockevicius. 64-29 tras cinco minutos de juego.
Le salía todo al Real Madrid, como si de un partido de marzo se tratase, con todos los jugadores rodados. Además, Facundo Campazzo abrió la chistera mágica y empezó a anotar y generar juego en sus compañeros. Y ahí es donde siempre aparece Jaycee Carroll, aprovechándose de los espacios que generaban las ayudas a las penetraciones del argentino. El francotirador estadounidense, a lo suyo. Si el +30 no fue suficiente, el +40 llegó al final del tercer cuarto con 83-43. Game over.
⛔ TAPONAZO de @christeyenga31.
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El último cuarto sólo sirvió para demostrar que el Real Madrid es un rodillo preparado para pasar por encima de cualquier equipo, acallando los rumores de que el Barça es el gran favorito. Actuaciones individuales muy remarcables, como el juego interior entre Felipe Reyes, sumando estadísticas, y Jordan Mickey, sacando todo su repertorio y deleitando al WiZink Center. Había final de la Supercopa ACB, la que todo el mundo pedía, un Real Madrid – Barça, y con todo el morbo del reencuentro con Nikola Mirotic. Pero eso será otra historia.