El fuego se apaga poco a poco en Oviedo. Los últimos resultados llaman al optimismo. Sobre todo los cosechados en los últimos cuatro encuentros. Ocho puntos de doce posibles. La línea a seguir. Una marca que llega tras un cambio radical del equipo, sobre todo después de la llegada de Javi Rozada. El técnico ovetense ha implantado sus ganas, su intensidad, ilusión, trabajo y sacrificio para revertir una situación dramática. Nadie niega que el preparador ha cambiado al equipo. Pero dentro de este cambio, un nombre sobresale por encima del resto. El de Saúl Berjón. El ovetense viene ofreciendo exhibiciones cada vez que pisa el verde.
El capitán del Real Oviedo se ha echado el equipo a sus espaldas. Ha dado ese paso al frente que muchos pedían. Cuando el ‘10‘ la tiene siempre hay que estar atentos. Son multitud los aficionados que coinciden en que uno de los méritos más importantes que ha logrado Javi Rozada desde su llegada es el de recuperar al mejor Saúl Berjón. Porque si el ovetense aparece, el equipo tiene muchas opciones de lograr el triunfo. Es un futbolista único, el mejor del equipo sin ninguna duda. Experto en proteger el balón, lo cual ayuda a dar oxígeno al equipo. Pero su gran virtud es ver la portería de cara. Ahí es donde desequilibra. Recibe, levanta la mirada y ya piensa en encarar. Vertical, siempre con la meta rival entre ceja y ceja. Aunque, eso sí, siempre opta por el pase como primera opción.
Saúl Berjón es el rey de las asistencias en el Real Oviedo. La gran virtud a lo largo de su carrera. El brindar ese regalo a un compañero que ve la red mucho más cerca. Desde la llegada de Javi Rozada, el ovetense ya ha dado cuatro goles. Eso sí, también hay contar multitud de pases maravillosos que no acabaron el gol, pero sí despertaron los aplausos de la grada. Desde que llegó el ovetense al banquillo, Berjón ya ha asistido a Ortuño en dos ocasiones (Extremadura y Zaragoza), a Bárcenas (Numancia) y a Sangalli (Albacete). Las ha puesto de todos los colores. Tras un centro lateral, tras una carrera de varios metros y después de aguantar el balón y ver por el rabillo del ojo la llegada de un compañero.
El equipo lo agradece; la grada disfruta
Cada vez que Saúl Berjón toca el balón, muchos aficionados se levantan de sus asientos. Porque saben que algo va a pasar. Señal de lo determinante que resulta para el equipo. Además, el ‘10‘ también logra poner en pie al público con acciones de otra categoría. Como la del encuentro ante el Numancia. En plena línea de fondo. Con un regate maravilloso sobre la cal que no pudo verse concretado con un gol. Todos con las manos en la cabeza tras disfrutar de una acción propia de Primera División.
A su calidad y talento se une el liderazgo de un equipo que mejora semana a semana. Ese paso adelante le hace ser indiscutible para todos. De los pocos futbolistas, o el único, al que nadie quiere nunca cambiar. Un futbolista muy diferente al resto, uno de los más determinantes de la categoría y la bandera de un equipo que va a más. Por todo lo que da, y todo lo que propicia su presencia sobre el verde, no hay ninguna duda que Berjón sigue siendo el capitán general del Real Oviedo.
Imagen destacada: @RealOviedo