El Barça gana de manera gris

Las noches de Champions siempre aguardan momentos duros y complicados. Para el FC Barcelona salir de su zona de confort, el Camp Nou, en Europa siempre es una aventura peligrosa. Así lo avisó Ernesto Valverde en la rueda de prensa previa al partido ante el Slavia de Praga. En la capital checa, hace frío, pero en noches europeas como la de hoy, se caldea el ambiente.

Los azulgranas salieron con el once de gala y con la intensidad que se le pide al conjunto culé. Nada más empezar, Griezmann robaba cerca del área, cedía para Arthur y este encontraba a Messi para que definiese a la perfección engañando a Kolar. En el minuto 2, el argentino heló al infierno checo. El gol dejó tocado al Slavia, la presión intensa de los culés provocaba recuperaciones rápidas en campo rival de manera constante. Sin embargo, los locales dieron muestra de recuperación. Olayinka ponía a prueba a Ter Stegen que salvaba el empate de manera prodigiosa.

Esa ocasión abrió la veda de las ocasiones del Slavia. Para frenar el impetú local, estaba el meta germano. Ter Stegen volvió a aparecer en tres ocasiones para evitar el empate de los de la capital checa. Las ocasiones se generaban por la velocidad en el juego del Slavia, quitando protagonismo a un Barça que volvía a su triste escala de grises.

Los quince minutos de descanso fueron una pequeña tregua reglamentaria. Tras esta paz, volvió el Slavia de Praga al ataque y nada más empezar, bombardeó la portería de Ter Stegen. Boril se acercó al área cule y tras un pase de Masopust, mandó el balón a dormir.

El empate hizo al Slavia creerse capaz de la hazaña. Los checos avanzaron líneas de presión e intentaron asfixiar al Barcelona en la salida del balón. Sin embargo, la contundencia en las áreas demostró la superioridad en cuestión a calidad de los catalanes. La suerte se alió con Luis Suárez y con la ayuda de Olayinka, puso a su equipo en ventaja.

Los siguientes minutos se quedaron en punto muerto. El juego transcurría en zona de nadie, sin peligro en ninguna área, hasta que Leo Messi volvió a aparecer. Primero combinó con Alba para hacer que Kolar se esforzase y luego dejó solo a Suárez ante la portería checa, pero el uruguayo erró el mano a mano para seguir peleado con el gol en Europa.

Con el paso de los minutos la intensidad del Slavia diminuyó, así como el Barça y Leo Messi iba entrando más en juego. El argentino calmó el partido, pero el Slavia no se rindió fácilmente y en los últimos compases del combate intentó subir la presión, con los riesgos que eso supone. Ahí, es donde Valverde quiso usar a Dembelé. El francés, a toque de corneta dirigió una contra vertiginosa que acabó con un disparo cruzado de Suárez que bloqueó Kolar.

Con el tiempo encima, los locales asediaron el área culé, sin efectos colaterales en el resultado. El Barcelona se lleva tres puntos de Praga, donde sudó en el frío infierno checo. Los locales merecieron más ante un conjunto culé que se vio superado en muchos momentos del partido, pero que ganaron por la diferencia de calidad de sus jugadores.