Lucas Pérez frena al Atlético
Un encuentro, que necesitó que llegara la segunda mitad para ver fútbol de verdad, acabaría en empate tras un gol de dos de los delanteros que están de dulce en LaLiga Santander.
El Atlético de Simeone volvía a Mendizorroza en busca de continuar su buena actuación frente al Athletic. Las críticas que le han llovido en las últimas semanas no son de su agrado y otra victoria calmaría a los suyos. Mientras tanto, el Alavés llegaba con la intención de conseguir una victoria más que le aleje de la zona baja y que por fin arranque una buena racha de victorias.
Un inicio sin dominador
El inicio de partido traería a dos conjuntos que querían pero no sabían hacerse con el control del encuentro. El balón iba de un área a otra sin ningún peligro y si un dominador concreto. No había mucho juego combinativo y se buscaba más las bandas con balones largos, pero el desacierto en los pases importantes estaba marcando la tónica de este inicio.
Simeone no paraba de dar instrucciones a los suyos, mientras que Garitano se le veía más calmado pero siempre atento. El Atlético no parecía estar haciendo el juego que habían planteado y las rotaciones estaban sacando de quicio al técnico argentino. Por su parte, el plan del Alavés parecía intacto con una defensa muy junta y buscando con paciencia la jugada que le diera su oportunidad.
Más que ocasiones en las porterías de Pacheco y Oblak, el partido se estaba centrando en distintas trifulcas y entradas duras en el centro del campo. Estrada Fernández estaba teniendo bastante trabajo y el partido se estaba volviendo bastante bronco sobre el césped.
Un paso por vestuarios muy necesario
Poco a poco el equipo de Garitano estaba cogiendo las riendas del encuentro y arrinconaba a los colchoneros atrás, que parecían querer ceder el protagonismo con el esférico. El Alavés empezaba a circular el balón de una banda a la otra, buscando huecos en la zaga de los rojiblancos, pero por ahora solo conseguía crear algo de peligro con centros sin encontrar un claro rematador.
El problema sería que el pitido del final de la primera parte pararía por completo a los albiazules. El paso por vestuarios podía reactivar al Atlético y hacer cambiar el encuentro, ya fuese por cambio de estilo de juego o por cambios en el once, por lo que el conjunto vasco podía haber dejado pasar su oportunidad.
Aunque Simeone daría entrada a Thomas para dar más fuerza a su centro del campo, el inicio de la segunda mitad no cambiaría mucho la dinámica. Hasta el momento no se había visto ninguna ocasión clara de gol pero sería el Alavés quien tendría la primera del encuentro con un cabezazo de Manu García. Este cabezazo parecía activar a todos los jugadores y sería Herrera quien pondría a prueba a Pacheco por primera vez, pero su tiro también se marcharía fuera.
Un partido nuevo con un temible Morata
La ocasión de Herrera si parecía haber activado a los suyos y empezaría a llegar el asedio colchonero, algo que se había esperado desde un comienzo del encuentro. Ya fuera Lodi o Correa, ambos iban a intentarlo minutos después y, aunque ningún tiro iba entre los tres palos, en la grada empezaba a crecer la preocupación por este despertar rojiblanco.
‘El Cholo’ Simeone había olido la sangre del equipo vasco y metía a Morata junto a Diego Costa. El argentino no quería esperar a los minutos finales para probar suerte y un gol lo antes posible empezaba a ser el máximo deseo tanto del técnico como del equipo.
La tensión sobre el césped seguía creciendo. No era solo por la intensidad que iba ‘in crescendo’ en cada ocasión colchonera o del Glorioso, sino también en pequeñas trifulcas que se estaban creando entre algunos jugadores. El partido se estaba abriendo cada vez más y eso no hacía otra cosa que crear más jugadas para ambos equipos, aumentando por tanto los encontronazos por la agresividad de ambas defensas.
Por todos es sabido que Morata está en un momento dulce y su entrada solo anticipaba lo que iba a pasar justo cuando Diego Costa se iba al banquillo. Morata la iba a bajar con el pecho y, tras una buena combinación, Correa le pondría un pase interior que le dejaría solo ante Pacheco, quien vería como el esférico entraba en la portería tras pasar entre sus piernas.
Lucas levanta Mendizorroza
El guardameta podría resarcirse unos minutos después. En una jugada que se alargaría tras un fallo de su defensa, salvaría a los suyos de una doble ocasión clara con dos paradas épicas. El Alavés seguía en el partido gracias a él y podía servir esto como un punto de inflexión para animar a los suyos pese al varapalo recibido.
El Glorioso se había ido arriba con un Atlético encerrado en su área y Lucas Pérez tenía hambre de gol. Nadie esperaba lo que iba a realizar el delantero pero en una sensacional jugada, tras irse de varios rivales, tiraría de su gran zurda para cruzar un gran balón y mandarla a la escuadra de Oblak. El gallego ponía un empate deseado y activaba por completo un partido que estaba abierto para ambos bandos.
El final llegaría y los dos equipos se marcharían con un punto más en el casillero. Las dos genialidades de Lucas Pérez y Morata eran suficientes para terminar en empate dejando ver que el fútbol llegaba en la segunda mitad y que ambos conjuntos necesitan crecer.