Los relevos en el banquillo del Racing, una decisión inútil
Los últimos siete cambios en el banquillo racinguista no ayudaron a nada a revertir situaciones complicadas
El pasado lunes a primera hora el Racing de Santander comunicó el cese de Iván Ania y la llegada de Cristóbal Parralo como entrenador para revertir la complicada situación del club cántabro. Situado en penúltima posición con 12 puntos y habiendo ganado solo un partido de quince, el córdobés llega para lograr el objetivo de la permanencia. Pero si hay algo que en esta década, o al menos desde principio de la misma, no ha funcionado en el Racing es el cambio de inquilino en el banquillo.
Los últimos siete cambios de director de orquesta en el cuadro cántabro no han servido para nada. En algunos casos incluso para empeorar la situación que ya de por sí era preocupante. Esto es lo que ocurrió en el último relevo que se decidió acometer en la entidad. Fue en febrero de 2018 cuando se decidió prescindir de Ángel Viadero para traer a Carlos Pouso. El equipo, diseñado para ser campeón, marchaba tercero y acabó quinto.
En los seis anteriores la situación no mejoró o si lo hizo fue de forma efímera. En 2015, Munitis relevó a Paco Fernández que tenía al equipo vigésimo primero. Estuvo muy cerca de salvarlo, pero un gol de Osasuna en Sabadell en el último minuto les condenó al descenso como decimonoveno. Todavía faltan otros cinco que solo pueden catalogarse como esperpentos propios de una casa de los horrores.
Los ‘cuatro fantásticos’ de la 2012/2013
En la 2012/2013, el Racing tuvo cuatro entrenadores, aunque solo tres llegaron a dirigir al equipo. Tras el descenso de Primera División, el elegido fue Juan Carlos Unzúe. No llegó a debutar tras un verano muy convulso que afectó y mucho a la confección de la plantilla. Llegó Fabri, cesado tras 17 jornadas, después José Aurelio Gay, que duró 11 jornadas y por último Alejandro Menéndez que acabó una temporada en la que se descendió a Segunda ‘B’. Pero la anterior tampoco fue mucho mejor, con otros dos relevos. De Héctor Cúper al triunvirato de Juanjo González, Pablo Pinillos y Fede Castaños que tampoco reconducieron la situación. Por último se optó por Álvaro Cervera que poco pudo hacer y el club descendió con tres jornadas aún por jugarse.
Pero no todos los relevos fueron un error. De hecho hasta éstos últimos, los anteriores seis sí que sirvieron. El último relevo éxitos fue el de Marcelino García Toral por Miguel Ángel Portugal en la 2010/2011. Antes también surtieron efecto el del propio Portugal por Juan Carlos Mandiá en la 2009/2010; el de Nando Yosu por Manolo Preciado en la 2005/2006; o la del propio Nando Yosu por Lucas Alcaraz en la 2004/2005. El de la 2002/2003 también de Preciado en la época de Dimitri Piterman no fue por los malos resultados, pero al menos no empeoró la clasificación. Por último, la destitución de Gustavo Benítez por Quique Setién en la 2001/2002, difícilmente pudo ser más exitosa. Cogió al equipo en la zona baja de Segunda División y lo ascendió a Primera. Ahora Parralo es quien tiene ante sí la oportunidad de volver a cambiar la dinámica.