Milagro del Espanyol para sobrevivir en Hungría
Empató en el 96 Darder de cabeza en un partido donde se vieron superados por los locales, quienes propusieron más pero se llevaron lo mismo por falta de efectividad
Viajaba el Espanyol a Budapest en un partido prácticamente transitorio, pues la mente estaba en el partido del próximo domingo contra el Osasuna, donde conseguir los 3 puntos se antojaba clave, hasta el punto de que Machín ha asegurado que llegaría a poner dinero de su bolsillo para ganar dicho partido.
Con esa mentalidad el técnico montó una expedición a Hungría plagada de canteranos y de jugadores que no están tan habituados a tener minutos ligueros. Enfrente, un Ferencváros que buscaría la victoria para depender de si mismos en la última jornada.
El Espanyol no entró al partido con el mismo ritmo que su rival y lo acusó al verse incapaz de quitarle la posesión al equipo húngaro, la cual pronto comenzó a traducirse en llegadas sobre la portería de Diego López. No sería una noche tranquila para el veterano portero, uno de los pocos que no se cae del once titular sea el partido que sea.
Las llegadas del Ferencváros fueron incrementándose, haciendo daño al Espanyol principalmente en jugadas a balón parado, donde precisamente llegó el primero del partido. La jugada nacería en las botas de Isael, encargado de ejecutar todas las jugadas de este tipo. Su centro fue excelente pero no encontró remate, por lo que el balón se estrelló en el palo, con la fortuna de que el rebote le caería a un compañero, Sigér, que volearía el balón al fondo de la red.
El gol no le vendría tan mal al Espanyol, pues les valió a sus jugadores para despertar y comenzar a jugar a su fútbol, metiendo rápidamente en un aprieto a la defensa rival, pese a contar con el apoyo de una grada que estaba totalmente volcada con su equipo.
No tardó el conjunto catalán en igualar la contienda gracias a una gran jugada individual en la Pipa encaró por la banda derecha, le tiró un caño al primer defensor y se fue del segundo por una ruleta, para dar después un pase a Melendo, quien tiró de primeras para lograr el empate, no sin que antes tocase el balón en un jugador.
Desde el gol hasta el descanso el Espanyol pudo recuperar el aliento teniendo el balón en sus pies, y haciendo notar su presencia sobre el terreno de juego.
La segunda parte siguió un guión inicial al del comienzo de la primera, incluso peor aún para los hombres de Pablo Machín, pues los húngaros salieron dispuestos a conseguir la victoria que necesitaban para pasar de ronda.
El Espanyol se defendió con uñas y dientes ante un rival que a cada minuto que pasaba se volvía más incisivo que el anterior. Las jugadas más reseñables llegaron a partir del 65, minuto en el que Isael volvió a impactar el esférico en el palo, aunque esta vez sin que ningún jugador se llevara el rebote.
Por si este aviso no fuera suficiente, al Ferencváros le sonrió la diosa fortuna en el minuto 77, cuando el colegiado les concedió un penalti por un empujón muy leve de Calero. No obstante, Diego López se hizo grande bajo palos, deteniendo un penalti que jamás debió de ser pitado.
No cesaron ahí las acometidas de los locales que siguieron buscando su gol con una insistencia que ahogaba al Espanyol, hasta el punto de que Iturraspe les regaló un nuevo penalti, el cual se iría para dentro en esta ocasión.
Era el minuto 91 y el conjunto húngaro ya celebraba la victoria por todo lo alto en la grada, pero al Espanyol aún le quedaba algo por decir, y no quiso decirlo hasta tel minuto 96, con un remate de cabeza de Darder tras un nuevo centro de Pipa.
Se celebró por todo lo alto el empate en el banquillo del Espanyol, sabedores de que el empate entre el Ludogorets y el CSKA, los dos otros equipos de su grupo, estaban ya matemáticamente clasificados como primeros de grupo, lo que da más opciones aún de centrarse exclusivamente en remontar la situación liguera.