Un penalti amarga la velada en Almendralejo
Jonathan Viera desde los once metros hunde un poco más al Extremadura en puestos de descenso
La jornada número 18 de la categoría de plata del fútbol español se cerraba en la localidad de Almendralejo, Badajoz. A más 1500km de distancia dos equipos, con necesidades diferentes, medían sus fuerzas ante una climatología complicada. Un estadio que alentaba sin parar bajo un manto configurado por paraguas de todos los colores posibles. Una grada representando la gama cromática.
Cautela, esa era la característica que invadió un estadio en el que se podía presenciar la tensión. El juego no era fluido. Interrupciones, sobre todo por un gran número de faltas (traducido en amarillas) además de pérdidas y recuperaciones. Las ocasiones decidieron ocultarse, el partido tenía mayor connotación de terco, un encuentro raudo y disputado. Ecuánime, podría decirse.
Cierto es que el equipo local acumuló numerosas llegadas a los dominios de Valles, la incidencia de los carrileros del conjunto extremeño se incrementaba a medida que el reloj avanzaba. La disposición de un sistema que acumula tanto hombre en los flancos complicó los esquemas iniciales de Pepe Mel. En este juego de estrategia, hasta que los canarios no entraron en el partido, parecía favorecer a los de casa. Sin embargo, empezó a entrar en calor Perdi, Viera y Nárvaez que tanta falta le hacía a los amarillos.
Pero, la calidad y talento de los jugadores de ataque del equipo de Pepe Mel no fue el balance decisivo para obtener el premio del gol. El primer tanto del partido llegaría muy a finales de los primeros cuarenta y cinco minutos, desde las botas de Viera tras tomar carrerilla, haber dejado el balón mansamente en el punto de penalti -y solo- sin presión ninguna deposita el balón al fondo de la portería.
La segunda parte cambió, el protocolo cesó y uno de los dos equipos -ante la necesidad- tuvo que dar un paso al frente. Los locales pusieron la directa y se fueron a por el empate. Las Palmas sintieron un constante bombardeo que supieron saldar. El resultado final no varió desde aquel tanto de Viera desde los once metros.
La dinámica inicial no varió, iniciativas locales con insistencias desde ambas bandas y Las Palmas aguantando el chaparrón, doble. Aunque los de Pepe Mel consiguieron enfriar el partido, reducir el número de ocasiones del Extremadura y alejarle de su portería. Aumentó las posesiones, sin generar gran peligro, pero sí con una intención de defenderse de las embestidas.
El tiempo no dejó de correr. Amenazaba con castigar a un equipo local que mereció más y fue a buscarlo. Pero, no pudo conseguirlo, lo intentó, probó de todos modos, sobre todo en los últimos diez minutos. Aunque, cuando no está, no está. Estos tres puntos tenían color amarillo y tendrán que seguir intentándolo la próxima jornada.