Tres olés por Joaquín
Un hat-trick del bético es suficiente para tumbar al Athletic y dar la tercera consecutiva al Betis
Tocaba duelo de históricos en Sevilla esta jornada de la Liga Santander. El Real Betis recibía en casa al Athletic Club en un partido que año a año se suele catalogar como intenso y emocionante y que, en general, no suele decepcionar a nadie. Tanto los locales como los visitantes acudían al Benito Villamarín en sendas buenas rachas y con la clara intención de prolongar las mismas. Es en este tipo de partidos en los que los jugadores históricos son necesarios. Y que jugador más histórico que Joaquín, eterno capitán verdiblanco y ejemplo de como un jugador de 38 todavía puede ser clave en un equipo y en un partido.
Por una parte, los heliopolitanos buscaban engancharse definitivamente a la pugna por los puestos de arriba. El joven Edgar repetía en el once tras demostrar un buen rendimiento en la victoria in extremis contra el Valencia, mientras que la ausencia de Fékir era lo más reseñable. Arriba, Loren era la referencia, con Laínez y Joaquín, héroe del partido con un hat-trick, acompañándole a sus costados.
Mientras, los bilbaínos intentaban colocarse provisionalmente en puestos de Champions League. Con bajas sensibles como lo eran las de Muniain y Raúl García, Garitano tenía ante sí un rompecabezas a la hora de confeccionar un once inicial de garantías. La opción de Kodro, autor del gol de la victoria la pasada jornada era la preferente y la que el deriotarra acabaría tomando a posteriori.
Lo cierto es que gran parte del resumen de este partido podría concentrarse en los primeros 20 minutos de partido, que fueron todo un espectáculo de fútbol a cargo del Betis. Apenas pasado el primer minuto, Joaquín abría el marcador y su cuenta de goles tras recibir un pase de Emerson por la derecha, controlar y batir a Unai Simón. Comenzaban las cosas bien para los locales, pero nadie podía imaginarse que lo que sucedió a continuación iba a suceder. Ni los más optimistas en el caso de los seguidores del Betis, ni los más pesimistas en el de los del Athletic.
El Betis seguía atacando sin piedad y, al llegar al minuto 10, Joaquín recibía un pase esta vez desde la izquierda y colocaba el balón a la izquierda de Simón, que nada pudo hacer frente a un disparo ajustadísimo que pegó en la parte interior del palo antes de besar las redes. 2-0 y felicidad absoluta en el graderío. Pero, aunque pareciera mentira, todavía esto no había terminado.
Pues, en un robo de balón de Guardado a Unai López, acabó con el mexicano enviando un balón raso al hueco para que el capitán verdiblanco anotara el primer hat-trick de su carrera. Es cierto que en este gol Simón pudo hacer algo más, pero ante un jugador como Joaquín las cosas aparentemente fáciles para el rival se hacen extraordinariamente difíciles, y ni mucho menos era el portero rojiblanco el máximo culpable de ese tanto.
El Villamarín se convirtió en una locura. Olé, olé y olé, era seguramente lo que se les pasaba por la cabeza a todos los aficionados, y no solo a los béticos, sino también a los bilbaínos, a los que no les quedaba otra cosa más que sentir admiración por el 17 rival, aunque fuera resignadamente. Por mucho que no pasara de ser un partido de liga más, (que tampoco significa ser algo de poca importancia), seguramente pasará a los anales del beticismo.
Tan solo era el minuto 20 y el partido parecía finiquitado. Un 3-0 ya es un resultado que parece definitivo para lograr los 3 puntos sin problemas, sea el minuto que sea, aunque en realidad no lo es, tal y como se demostró en el partido. Si bien no hubo muchas oportunidades, el Athletic sí fue capaz de meter un gol que le diera algo de oxígeno para afrontar con alguna esperanza la segunda parte. Una mano clara dentro del área local les daba la oportunidad de marcar de penalti el 3-1, y Williams no la desaprovechó.
Una vez comenzada la segunda parte, las fuerzas estuvieron equilibradas. Ninguno de los dos equipos ofrecía un juego demasiado atractivo, pero la relajación del Betis y el corazón del Athletic provocaron tensión. Los de Rubi cometieron errores y hicieron abuso de jugadas individuales que les impidieron cerrar el partido, algo que siempre puede desembocar en una remontada que a punto estuvo de dar lugar.
Precisamente, en el minuto 75 llegó la última advertencia. Uno de los pocos pasables en el Athletic, Yuri, pegó un zambombazo desde la banda izquierda que sorprendió a Joel y que metió los nervios en el cuerpo a los sevillanos. El lateral marcaba otro gol tras el logrado contra el Granada la jornada anterior, demostrando porque es clave dentro del sistema de Garitano.
Lo cierto es que el Athletic lo intentó al final, pero cuando juegas tan mal la derrota es casi inevitable, y menos si la suerte no te acompaña, como lo hizo en partidos anteriores. El árbitro decretó el final del partido poco después de que Joaquín tuviera la oportunidad de marcar su póker en la jornada más redonda de toda su carrera, al menos en lo que a rendimiento individual se refiere.
Con este resultado, el Betis mantiene su buena racha, mientras que la del Athletic se rompe, demostrando también su fragilidad como visitante que, a pesar del espejismo de la jornada pasada contra Osasuna, sigue siendo la gran asignatura pendiente para los leones. Un lastre que le ha impedido sumar una gran cantidad de puntos que muy seguramente echará en falta al final de la temporada. Porque de nada sirve ganarle al Barcelona en casa si solo vas a ganar un partido como visitante en toda la primera vuelta.
Sería injusto cerrar esta crónica sin rendir homenaje a Don Joaquín Sánchez. Pocos jugadores han alcanzado las dimensiones que el bético ha alcanzado, y no solo en su club. Carismático, líder de vestuario y con una calidad sin límites, ha desarrollado una carrera impoluta que le convierte en uno de los históricos del fútbol español. A falta de un amplio repertorio de títulos, ha logrado un cariño casi unánime de los aficionados de todo el país, y aquel que se refiera a él como un mero cuentachistes, es que no ha visto un partido suyo en su santa vida. Olé, olé y olé por Joaquín.