El 2019 para el Barakaldo: Marcados por la multa de la Seguridad Social
El cuadro gualdinegro ha tenido un año 2019 marcado por la inestabilidad institucional y la fortísima sanción impuesta por la Seguridad Social al club
No será el año 2019 el año de mayor recuerdo para el Barakaldo Club de Fútbol. A pesar de que en lo deportivo se consiguió clasificarse para un play-off en el que, a pesar de merecer más a lo largo de los 180 minutos de eliminatoria frente al Hércules, mereció más, el plano institucional marca el resto del año. La falta de un proyecto firme en el club, donde nadie parece querer asumir su dirección, unido a una fortísima multa de la Seguridad Social por un importe superior al millón de euros. Una situación que a día de hoy sigue presidiendo los designios del club a corto plazo.
Como decíamos en lo deportivo, la situación fue excelente en el primer semestre del año. El equipo dirigido por Aitor Larrazábal logró clasificarse como cuarto del grupo II a la fase de ascenso. Un objetivo deportivo, que si bien no era algo obligatorio, si era algo buscado. Máxime cuando durante casi toda la temporada los fabriles estuvieron casi toda la temporada en la parte alta. Ciertamente, no haberse clasificado para aquel play-off, hubiese sido una decepción en Lasesarre.
Una segunda vuelta irregular, pero suficiente
El Barakaldo empezó el año con 34 puntos. Pronto serían 37 al vencer en el primer partido del año en Urbieta al Gernika. Eso le permitía encarar esa segunda mitad de la temporada con seis puntos de margen respecto al quinto puesto. Pero durante las diecinueve jornadas de toda la segunda vuelta la irregularidad marcaría en exceso al cuadro de Aitor Larrazábal. La fiabilidad alcanzada en Lasesarre empezó a quebrarse, aunque lo compensaba con importantes triunfos a domicilio como en Oviedo, o en Langreo.
Pero ese buen inicio de año se quebraría en el retorno a Lasesarre con la derrota frente al Logroñés. Un encuentro que abriría una mala racha sumando solo cuatro puntos de dieciocho posibles. Algo que redujo la distancia con el quinto puesto a solo dos puntos. Pero en el momento más comprometido los gualdinegros reaccionaron. Tres encuentros sin perder con dos victorias y los pinchazos de sus rivales le hicieron aumentar a ocho puntos la renta y que tras dos nuevos pinchazos se mantuvo en seis. Esa distancia, de dos partidos,a falta de ya solo siete jornadas, acabó siendo decisivo. El Barakaldo, a falta de dos jornadas, era equipo de play-off.
En el sorteo le tocaría un segundo clasificado. De las opciones posibles tocó el Hércules. La ida sería en Lasesarre y donde los gualdinegros fueron netamente superiores. Pero el fútbol acostumbra a ser caprichoso y el marcador sería un 1-1 que daba ventaja a los alicantinos. En la vuelta en Alicante el encuentro fue loco. Pudo caer para cualquier lado, pero el marcador no se movió. 0-0 y el Barakaldo se volvía a Bizkaia eliminado.
La Seguridad Social marca la agenda del verano
Tras la eliminación, Aitor Larrazábal, el hombre que había llevado al equipo a play-off se despedía del club. Pero la peor noticia estaba por llegar. El club recibió un expediente sancionador de la Seguridad Social que derivó en una multa económica por más de un millón de euros debido a una inspección realizada de las últimas temporadas y en las que se encontraron, según el ente público, grandes irregularidades.
Esa noticia cayó como una losa. La situación no era la mejor, pero tampoco mala. Esta noticia abocaba al club a hacer un presupuesto poco menos que de «guerra» para la próxima temporada. Además abocaba a la entidad a casi verse obligada a acudir a un concurso de acreedores. Mientras la entidad lanzaba un mensaje de ayuda a la región y a las instituciones, se intentaban centrar en la planificación deportiva. Hernán Pérez, que había hecho una gran campaña en el Langreo, llegaba para dirigir al equipo. Un equipo en el que solo continuaban cuatro jugadores, siendo el resto del plantel de 22 hombres todo caras nuevas y rejuveneciendo mucho el plantel.
Un buen inicio, un mal tramo medio y un buen final
La temporada ciertamente comenzó muy bien para el club. Tras cuatro jornadas sumaban tres victorias con bastante buen juego que les tenían como colíderes en la zona alta. Pero pronto el club entraría de nuevo en una etapa de irregularidad de juego y resultados que harían al cuadro gualdinegro ir cayendo poco a poco en la tabla. Tres derrotas seguidos, dos de ellas muy contundentes frente a los filiales de la Real Sociedad y Valladolid, sacaron al equipo de una zona alta donde ya no volvería.
Aunque tras esto sumaría tres encuentros sin perder que le permitían seguir en zona medio-alta, pronto un mes de noviembre «negro», con solo una victoria en cinco partidos, haría caer a los vizcaínos hasta las cercanías de los puestos de descenso. Fue ya en el último mes del año que llegó la reacción. La remontada en Lasesarre frente a un Real Unión que comenzó ganando y volvió a encender las alarmas elevó la confianza del grupo.
Esa fue clave para vencer en Lezama al Bilbao Athletic, que no conocía la derrota como local y lograr el pase de ronda en Copa frente al Villarrubia. Sin embargo el último partido dejó una de las peores noticias, no solo por la derrota, sino por la lesión de gravedad de un hombre clave en el equipo como Héctor Nespral, que se perderá lo que resta de temporada. El año en el plano institucional cierra con una nueva Junta Gestora que deberá dirigir el club los próximos meses e intentar mejorar la situación de una entidad histórica a la que siguen persiguiendo muchas sombras.