Un gran Mirandés elimina al Sevilla
Un doblete de Matheus y otro gol de Álvaro Rey terminan con un desacertado Sevilla en los octavos de final de la Copa del Rey, volviendo a eliminar a otro primera un año más el Mirandés.
Un duelo por entrar en los cuartos de finales iba a celebrar en Miranda del Ebro. Tanto Iraola como Lopetegui querían que sus equipos estuvieran en la siguiente ronda, por lo que saldrían con onces muy habituales en sus respectivas competiciones. Las sorpresas habían sido habituales hasta ahora y era por eso que el técnico sevillista no quería ser noticia al día siguiente por caer ante el Mirandés.
El Mirandés enseña los dientes
La intensidad marcaría desde un principio la tónica del encuentro. El Sevilla intentaba marcar su ritmo frente a un Mirandés que presionaba lo más arriba para evitar las salidas y el dominio del conjunto sevillista. Sería gracias a eso que llegaría el primer tanto de los locales. Tras un mal despeje de Gudelj, Álvaro Peña ponía un buen pase dentro del área a Matheus, quien conseguiría darse la vuelta para rematar y batir a Vaclik habiendo transcurrido solamente siete minutos de encuentro.
El tanto del equipo de Iraola despertaría a un Sevilla que parecía no creer que iba por detrás. La bronca y los gritos de Lopetegui desde la banda harían que los suyos diesen un paso hacia delante, quitándose la presión rival con más facilidad y empezando a tener sus primeras ocasiones claras para intentar revertir la situación lo antes posible.
Pero aunque los sevillistas estaban metiéndole cada vez más presión al Mirandés, los locales estaban preparados para dar mucha batalla. Un nuevo error, esta vez de Banega, permitiría a Matheus coger un balón peligroso. Tras regatear al argentino, el ariete miraría a portería rompiéndola con todo para que Vaclik no pudiera hacer nada ya que el esférico daría en uno de sus compañeros desviando la trayectoria e imposibilitando la parada.
Un descanso que revoluciona el encuentro
Los rojillos se habían crecido con el segundo tanto y buscaban un tercer tanto que pudo haber llegado de nuevo gracias a Matheus. Por suerte, Vaclik estaba salvando a los suyos con paradas importantes y el Sevilla se marchaba al descanso con dos tantos encajados. El parón era importante para reubicar a los suyos y Lopetegui lo sabía, por lo que el descanso sería el momento para reactivar a un equipo que había tocado fondo tras el segundo tanto del ariete del Mirandés.
El técnico sevillista introduciría su revolución particular con tres cambios antes de comenzar los segundos 45 minutos. El asedio iba a comenzar desde el primer minuto con unas bandas muy activas buscando a sus delanteros por arriba o con Ocampos y Nolito metiéndose hacia el centro. De una forma u otra, el Mirandés veía que se le venía encima un ciclón que iba a ser difícil soportar. Lo que no esperaba nadie sería el error de Diego Carlos, cometiendo penalti sobre Álvaro Peña que era totalmente innecesario. Pero si había algo que menos se esperaba en la grada sería la gran parada que realizaría Vaclik.
Una oleada sevillista sin gol
A pesar de seguir el marcador igual, los sevillistas parecían haber perdido con el penalti toda la chispa con la que habían salido del túnel de vestuarios. Los rojillos habían olido la sangre y se estaban viniendo arriba una vez más buscando el tanto que sentenciara la eliminatoria. Si a todo esto se le sumaban las prisas que le entraban por momentos a los hispalenses, la remontada se hacía cada vez más difícil.
Una nueva oleada del Sevilla llegaría a la portería de un atareado Limones a falta de un cuarto de hora del final. Los jugadores de Lopetegui sabían que de conseguir un tanto rápido podrían meter una presión aún mayor al conjunto de la categoría de plata. Pero por más que lo intentaban los sevillistas, más achicaba balones la defensa del Mirandés.
Finalmente en un saque de esquina donde estaba metido todo el Sevilla en el área local, llegaría el tercer tanto de los rojillos. Una galopada de Álvaro Rey le llevaría al uno contra uno con Vaclik, quien conseguiría parar el primer tiro del extremo. El problema estaría en que el rebote iría para el jugador del Mirandés, quien sin oposición alguna volvería a probar suerte. Con éste, el tanto de Nolito en el minuto 90 no serviría para nada y finalmente el Mirandés se clasificaría para los cuartos de final.
