La Carrera Astur | Pk.27: Oviedo y Sporting no culminan
Los carbayones logran un punto en Vallecas tras una buena primera mitad y un segundo acto donde el equipo no pudo cerrar el choque. Los rojiblancos, por su parte, experimentan una ligera mejoría que, pese a todo, no les sirve para sumar los tres puntos
Asturias se quedó cerca, pero ni Sporting, ni Oviedo lograron cerrar sus encuentros para llevarse los tres puntos. Los dos equipos del Principado se centran ahora en revertir una situación muy incómoda en la que el peligro del descenso continúa siendo la pesadilla de todas las semanas. El cuadro de Javi Rozada volvió a plantar cara a uno de los gallitos de la categoría a domicilio. Los carbayones superaron al Rayo Vallecano, pero un penalti de VAR les privó del triunfo. En El Molinón, el cuadro de Djukic tampoco pasó del empate en el encuentro de los errores. Pese a todo, el técnico se mostró satisfecho con el trabajo de los suyos y la reacción tras el mazazo del 1-2.
Mejoría insuficiente
- Un Sporting con personalidad: Es difícil de valorar si realmente el Sporting despachó este pasado domingo el partido más completo en la ‘era Djukic‘. El equipo fue dominador -algo que le costaba- en más fases que su rival, pero se lleva un punto que sabe a muy poco. Solo hay que ver como Andoni Iraola valoró como ‘un puntazo’ el punto que se llevaban de Gijón para ver que incluso en la expedición rojilla sabían que sus méritos para llevarse algo de la capital de la Costa Verde fueron escasos. Pero cuando se está de dulce como le ocurre al Mirandés, las cosas salen por sí solas.
- Pero también con fallos de bulto: Como por ejemplo no desperdiciar los regalos del rival. El Mirandés tuvo ocasión y media de gol en todo el partido, pero logró dos goles. Dos goles por fallos groseros y que llevan la firma de Bogdan Milovanov. El defensa ucraniano hizo aguas en su quinto partido con el primer equipo. Cometió un penalti absurdo que el infame e ignominioso López Toca sancionó, aunque no tuviera los arrestos de sancionar otro igual de claro sobre Manu García. En definitiva, el cuadro gijonés sigue adoleciendo de un grave problemas en sus áreas, especialmente en la propia, que es por donde en esta categoría se empiezan a ganar partidos.
- Un debut y una reacción para la esperanza: Pero ayer el equipo mostró coraje y capacidad de reacción. Algo que esta temporada no ha sido muy habitual. Se sobrepuso bien a los dos goles del rival y tuvo reacción. Rozó el 3-2 en los minutos finales, pero probablemente le faltó tiempo, porque el Mirandés llegó al final pidiendo la hora. A esa reacción ayudó Murilo de Souza. El extremo brasileño demostró precisamente eso, que es extremo y que la verticalidad y la velocidad son dos de sus armas. Junto con Pedro Díaz tiró del equipo en los minutos finales y estuvieron cerca de remontar.
- Llamamiento a la unión: El próximo domingo el Sporting tiene uno de esos encuentros que no se quieren llamar finales, pero lo son. Visitarán a un Racing, colista, pero que viene de ganar en casa del segundo clasificado en el debut de José Luis Oltra. Se espera un ambiente hostil en la capital cántabra a pesar de que habrá cerca o más de millar y medio de sportinguistas. La animación en El Molinón cuando el equipo lo requirió ante el Mirandés fue esperanzadora. Y es que la gente debe ser consciente de que ahora toca arrimar el hombre y las facturas ya se pasarán en mayo/junio.
El Oviedo se queda a medias
- La primera parte, un espejo en el que mirarse: El Real Oviedo se mostró muy sólido y contundente a lo largo del primer acto. Los azules supieron llevar el encuentro a su terreno y se marcharon al descanso con ventaja en el marcador. Un tanto que llegó tras una nueva asistencia del alumno más aventajado. Berjón vio el desmarque de Rodri y le puso un balón perfecto cuando nadie lo esperaba para que el atacante hiciese el primero. Noventa metros más atrás, Lunin volvió a demostrar que es un portero de garantías. El meta sostuvo a los tuyos durante los minutos de más acoso por parte del cuadro de Vallecas. Paradas que, como se suele decir, valen puntos.
- Los cambios: Con una mínima ventaja en el marcador, el Real Oviedo saltó al segundo acto esperando repetir el guion llevado a cabo en la primera mitad. Los azules veían como el Rayo dominaba el balón, pero apenas sufrían en los metros decisivos. Y es que los madrileños no lograban encontrar el modo de llegar hasta Lunin. A la hora de partido, Rozada vio la necesidad de reforzar al equipo por dentro e introdujo a Lolo y Jimmy en el césped. En ese momento, Luismi se colocó como libre en una defensa de tres centrales, con Lolo como mediocentro y Jimmy y Tejera por delante. El Oviedo dio un paso atrás y el Rayo lo aprovechó. Pese a ello, los azules aún pudieron llevarse el encuentro en un mano a mano en el que Bárcenas no estuvo acertado.
- El VAR. Cabreo mayúsculo del Oviedo con el nuevo sistema de video arbitraje. Tras un remate de cabeza de Mario Suárez a la salida de un saque de esquina, el balón golpeó en las manos de Lolo. El árbitro, tras ver la acción repetida, señaló penalti, lo que provocó el enfado mayúsculo de Rozada y su posterior expulsión. La pena máxima parece clara, pero en el Oviedo se preguntan por qué en Girona el colegiado no quiso ir a ver la mano de Mojica, mucho más clara, o por qué no se corrigió el piscinazo de Almería, acción clave para la derrota del Oviedo en los Juegos Mediterráneos. Una herramienta, el VAR, que cada vez se entiende menos.
- Fuera del descenso. El empate deja al Oviedo fuera de los puestos de descenso una semana más. Eso sí, los azules se encuentran empatados con el Albacete, cuarto por la cola en estos momentos. El encuentro de esta semana frente al Alcorcón, rival directo por la permanencia, volverá a suponer una nueva final para los carbayones, que esperan volver a encontrarse con un gran ambiente en el Tartiere, al igual que en el encuentro frente a los manchegos.