El vestuario se rebela contra Celades
El pasado domingo se llegó a un punto máximo de tensión que, a pesar de los intentos de César Sánchez, no se ha calmado en la semana
El Valencia tiene, ahora mismo, varios graves problemas. El primero es que la derrota en Eibar le obliga a ganar el domingo en el Estadio de La Cerámica al Villarreal para no quedarse descolgado de las posiciones que dan acceso a Europa. Pero el segundo es que debe hacerlo con un vestuario que se ha rebelado en contra de su entrenador, Albert Celades.
Un nivel de tensión entre la plantilla y el entrenador que ha hecho que éste haya perdido el control sobre el vestuario y se hayan alcanzado una tensión en el vestuario que ha obligado a intervenir, con escaso éxito, al director deportivo César Sánchez. El pasado domingo incluso Maxi Gómez le soltó un cabezazo a Celades como colofón a un episodio de desencuentros que comenzó cuando el entrenador catalán criticó abierta y públicamente a Mouctar Diakhaby.
Eso no sentó nada bien en el vestuario cuya relación anterior ya no era lo mejor, pero que desde ese momento se volvió prácticamente irreconciliable. Eso hizo que César Sánchez intentase mediar, pero fue imposible. Celades pidió que se apartase del equipo al delantero uruguayo por motivos disciplinarios, pero el club no se lo permitió. Esta desautorización del club no hizo más que enturbiar más las relaciones con un vestuario ya rebelado. De hecho, el enigmático mensaje de Geoffrey Kondogbia no hizo más que hacer patente esa división.
Con ese ambiente, el Valencia despachó un funesto partido en Ipurúa. Una ocasión de oro perdida para asaltar los puestos de Europa League y albergar aún alguna opción de alcanzar la cuarta plaza. Esa ahora está a siete puntos y se ve prácticamente inalcanzable. El objetivo más realista ahora es alcanzar la Europa League. Pero con una tensión en el ambiente que corta la respiración se antoja más complicado si cabe.