Ni goles ni ocasiones

Si hay dos equipos de LaLiga Santander que sean perseverantes, peleones y rocosos esos son el Osasuna y Getafe; cada uno con sus armas pero ambos con el mismo objetivo: reducir a la mínima expresión cualquier creación ofensiva. De esta manera se presentó esta ‘batalla’ en el Sadar, siguiendo las directrices que acabó de comentar.

Máxima igualdad mínimo peligro

La igualdad era máxima y las posesiones rara vez contenían más de diez pases. Fútbol parado, faltas y continuas interrupciones fue la tónica habitual durante los primeros compases del encuentro. Todo el juego se aglutinaba en el medio del campo donde se libraba una intensa lucha por ganar cada metro. Las defensas se imponían a los ataques. Lo más reseñable antes del ‘cooling break’ fue la sustitución de Cardona, lesionado, por Arnáiz. El parón por hidratación no varió ni un ápice la dinámica del encuentro, el propósito más que generar peligro era evitarlo. Solo se podía atisbar   ocasiones de peligro en torno alguna jugada a balón parado, y estas brillaban por su ausencia.

 Se anima Osasuna

El comienzo del segundo envite fue exactamente igual, las labores de los guardametas se limitaban a sacar de puerta y recoger balones aéreos. Una nueva lesión, en esta caso del cuadro visitante, marcó el inicio de esta segunda parte; Chema sustituyó a Etxeita. Las jugadas de estrategia estaban siendo el único resquicio de ambos equipos a la hora de aproximarse a la meta rival; Oier con un ‘cabezazo’ tuvo la primera ocasión ‘clara’ del duelo ¡nos encontrábamos en el minuto 60! Apenas dos minutos después Barja, en un remate forzado, tras centro de Arnáiz logró el segundo acercamiento peligroso. Se animaban los ‘rojillos’.

 El partido se ‘rompe’ 

Durante la recta final el mediocampo, tan solido durante la primera hora, comenzó a desgastarse fruto del cansancio y calor; consecuencia de ellos el duelo comenzó a ‘romperse’ mucho más. Chema se anotó un gol en propia puerta cerca del centro del campo, para suerte suya fue anulado por interferencia de Arnáiz. Al borde del tiempo de descuento, Rubén Garcia inquietó a Soria pero su disparo salió muy centrado.

Finalmente, la batalla del Sadar se saldó como empezó con un empate que dejó conforme a los dos conjuntos, más a los visitantes que los locales. Los pupilos de Bordalás afianzan aún más su sexta  plaza mientras que los de Navarra no pudieron igualar su mejor racha de partidos consecutivos ganados.