El mejor Barça de Setién sigue en la lucha por la Liga
El Barcelona exhibe su mejor versión desde que Setién se ocupa del banquillo y supera claramente al Villarreal por 1-4. El tempranero gol en propia puerta de Pau puso de cara un partido que permite a los azulgrana luchar por la liga. La Champions se aleja del Villarreal.
Han tardado tanto, que nos habíamos olvidado de como el Barcelona puede llegar a jugar y ganar un partido de fútbol. Demasiado tiempo y extenuantes intentos fallidos para una plantilla con calidad desbordante en cada una de sus líneas, siempre y cuando estén a su nivel. Un nivel mínimo que se había esfumado con el confinamiento y, como consecuencia, también se ha perdido un liderato que ha llegado a estar a 7 puntos, antes de que los pupilos de Setién por fin exhibieran una versión acorde a las expectativas que despierta.
Alas desplegadas
La importancia de cada partido en este tramo final de temporada es obvia. Con el pretexto único de ganar, el Barcelona no podía empezar mejor su partido: a los 3 minutos, Pau Torres remataba en su portería un centro de Alba que ya se había colado hasta la cocina. El tempranero gol -a la postre, aperitivo del buen juego desplegado después- pilló despistado a un Villarreal que seguía atándose los cordones pero que no tardaría en responder.
Con el dominio del esférico previsible de los culés, Calleja no varió su plan cotidiano que tantos éxitos estaba produciendo y basó su partido en una presión alta que permitiera robar arriba. Defensa adelantada e intensidad al robo como consignas, pero el Barcelona, acertado como nunca, salió siempre exitoso de toda presión. El Villarreal reservó sus opciones en los contragolpes, y en el primer desmarque largo que Alcácer tiró, el Villarreal empataba tras un rechace que Gerard -16 goles ya- cazó dentro del área.
El empate a uno, sin embargo, fue una ilusión que poco duró en el luminoso. El Barcelona fue capaz en todo momento de encontrar el hombre libre entre Anguissa e Iborra, y Messi, Suárez o Griezmann caían como enganches en la primera medida táctica de Setien con verdadero efecto en el juego. Así nació el 1-2, tras un eslalon de Messi por el carril central que Suárez remataría a la escuadra, a los 2 minutos del empate amarillo.
Las ocasiones se sucedían y mientras Asenjo se empleaba a fondo, Ter Stegen solo la tocaba con los pies. Pausa, tranquilidad y asociaciones constantes dieron como resultado el gol de ensueño que firmó Griezmann al filo del descanso. Tras una pisada atrás de Messi, el francés emulaba al gol que Messi ya hizo en el Villamarín la temporada pasada, con una sutil vaselina de la frontal que puso el broche de oro al primer tiempo culé y a su mejor partido como azulgrana.
Practicidad por bandera
El Villarreal poco pudo hacer ya con el 1-3 del descanso, y en ningún momento peligró la ventaja del Barcelona. Las fortuitas lesiones de Alcacer y Bacca restaron mordiente ofensiva, y su evolución será crucial para el próximo envite frente al Getafe por Europa. El Barcelona había hecho tan bien los deberes que también desactivó cualquier opción de ataque del Villarreal, y con la inercia del primer tiempo se jugó la segunda.
Menos alardes de calidad, desmarques y, como no, emoción en el terreno de juego. Los cambios y la portentosa actuación de Asenjo aportaron dinamismo, y Ansu Fati redondeó el partido con el 1-4 tras un disparo raso desde la frontal al palo corto con el partido agonizando. El Villarreal, protagonista por su racha victoriosa, pierde por primera vez tras el confinamiento y mantiene la 5ª plaza, aunque la Champions se les puede escapar. El Barça, tras el cambio de dibujo clave de Setien, fue superior en todo momento, y sigue apurando sus opciones de alzarse con la Liga, tan ansiada como lejana.