Lim Jong-Un
Paco Camarasa, uno de los personajes más queridos del valencianismo y uno del nexos de unión de plantilla y cuerpo técnico, ha sido la última víctima del post-marcelinismo.
En Valencia, todo lo que huela, recuerde o retrotraiga a la época de Marcelino García Toral está siendo arrasado por la propiedad. Es indiferente el cargo, el departamento o los años de servicio al club. La última víctima, quizá la más dolorosa para el valencianismo por lo que significa para la afición, ha sido Paco Camarasa, capitán en épocas pasadas y que llevaba en el club más de 30 años.
La capacidad de crear desafección del actual máximo mandatario va in crescendo, asemejándose cada día más al modus operandi de su vecino dictador norcoreano.
La defensa valenciana de los 90
Paco Camarasa, nacido hace 52 años en la localidad de Rafelbunyol, valenciano y valencianista de toda la vida, formó una terna de centrales criados en Paterna junto a Voro y Fernando, el Xufa, Giner. Los tres de la casa, los tres valencianos. La defensa valencianista parlava valencià.
Fueron parte de la selección española que acudió al Mundial de 1994 en EEUU y durante años fueron la base de la defensa valencianista. Camarasa, desde la posición de libre en una línea de 3 centrales, tomó el relevo a un mito del valencianismo, Ricardo Arias, heredando también su dorsal número 4.
Una lesión disminuyó mucho su rendimiento en sus últimas temporadas, pero siempre fue querido y apreciado por todos sus compañeros de vestuario. Alegre y bromista, fue de los que hizo piña en el vestuario como jugador y de los que supo unir plantillas desde su función de delegado, primero en el filial y después en la primera plantilla.
Vade retro Marcelino
Con su expulsión, Meriton no elimina un enemigo, elimina las escasas posibilidades que tenía para mantener cierta afección con la afición valencianista. Desde la salida del técnico asturiano, Marcelino García Toral, la directiva valencianista ha intentado eliminar cualquier rastro de su paso por Valencia y por el Valencia CF.
+Todos aquellos que mostraron cierta simpatía hacia su persona, hacia su gestión o hacia su labor al frente de la nave che, han sido ejecutados más tarde o más temprano. Cayó Mateu, principal valedor del astur, están cayendo uno tras otro galenos, delegados, fisioterapeutas y empleados del club blanquinegro de cualquiera de las áreas deportivas.
Jugadores marcelinistas
Los jugadores no son ajenos a la política de tierra quemada que está llevando a cabo Lim al mando de Meriton Holdings. Conmigo o contra mí, no hay término medio para ellos. Por desgracia, parecen desconocer el refranero español y el lugar donde se haya la virtud, justo ahí, en el término medio.
Garay, el primero en señalarse a favor de su extécnico públicamente, Coquelin o Parejo son los señalados entre una plantilla que perdió el rumbo con la salida en septiembre de quien les comandaba acertadamente. Al primero de ellos no se le renovó en su momento y los otros dos están siendo puestos y expuestos a la crítica pública y publicada desde los medios oficiales del club.
El entrenador que les llevó a ganar un título con el Valencia CF fue despedido inmisericordemente y aquello sembró la semilla de una división que aún hoy perdura y que ha sido el principal motivo de los malos resultados del presente curso.
Voro el superviviente
Con Camarasa fuera, solo Voro sobrevive a esta vorágine de ejecuciones en plaza pública en la que se ha convertido el club de Artes Gráficas últimamente. Lo que ha sido una catástrofe a nivel económico, ha sido la salvación social de Meriton.
Una competición normal con público en las gradas y con Anil Murthy en el palco, habría sido una melodía de silbidos insoportable para la gestión y más que incómoda para los jugadores, parapetados también en el mal hacer del club y lejos de su mejor rendimiento en todos los casos.
@VicentSarrion