El uno a uno celeste a golpe de tweet

La temporada de los jugadores celestes, contenida escuetamente

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Como siempre se ha dicho que las notas y las valoraciones se deben poner en junio (agosto en este caso «gracias» al COVID-19), a ellos procedemos.

Rubén Blanco. Gran temporada del canterano. Vital en muchos partidos y con la media de goles recibidos más baja desde que irrumpió en 2013.

Sergio Álvarez. Jugó 2 partidos por la lesión en la rodilla de Rubén, donde estuvo bien (encajó sólo 1). Lesionado de gravedad en un entrenamiento de mayo, veremos como vuelve para sus últimos años de celeste.

Iván Villar. Buena parada a Lemar a los 5 minutos de debutar por la actual lesión de Rubén. Vendido en los 5 goles que recibe en las 2 siguientes jornadas, pero las críticas vienen en el gol anulado a Embarba en la última jornada, donde pudo evitarlo. Necesita minutos en la máxima categoría.

Hugo Mallo. Cuenta la leyenda que el buen momento del marinense quedó en Old Trafford. Otra temporada floja, donde Kevin le ganó la partida en el último tramo de competición.

Kevin Vázquez. Gran temporada del nigranés. Limitado en ataque, pero más seguro defensivamente. Superior a Hugo Mallo en el global del curso.

Joseph Aidoo. Maravilló en los primeros partidos (poco difícil con el listón defensivo que arrastrábamos); en cambio, en el bajón con Escribá se le acabaron viendo las carencias. Regresó al buen nivel, a la derecha de Murillo. Mejores prestaciones con 3 centrales.

Néstor Araújo. Pésimo final de temporada del mexicano. Presente en la foto de mucho gol encajado y bastante lento. Mucho mejor antes del confinamiento.

Jorge Sáenz. Desafortunado debut por la roja directa tras pisar por detrás levemente al exagerado Soldado, con aquella injusta norma que finalmente echaron abajo. En su segunda aparición se lesionó en el hombro ante la Peña Azagresa. Y buen final, ofreciendo fiabilidad en los empates ante Barcelona y Atlético.

David Costas. Floja primera vuelta del chapelano, con errores defensivos como la guinda del gol del Chimy Ávila en la noche de Reyes, que le valió para salir cedido al Almería, con quien no logró el ascenso, para convertirlo en traspaso.

Jeison Murillo. El hombre de la segunda vuelta. Mejor defensa del siglo XXI según la prestigiosa cuenta @AfoutezaRCCelta. Los números le avalan y los demás zagueros mejoraron con su llegada. Las mínimas críticas pueden ser generadas por la hecatombe final del equipo.

Lucas Olaza. Temporada aceptable del charrúa. Un fijo para Óscar, con mínimos errores durante la temporada, pero menos brillante desde su punto y seguido del 30 de junio.

David Juncá. A la sombra de Olaza, desde que lo sustituyó en el Bernabeu en marzo de 2019. A partir de ahí, no le volvió a quitar el puesto al charrúa y contó con pocas apariciones, como la inesperada del Camp Nou donde actuó como extremo por delante del homólogo de su puesto.

Stanislav Lobotka. Indiscutible con los 5 entrenadores que tuvo en el Celta, pero con un rendimiento venido a menos en su último año, donde su cabeza estaba más fuera que dentro y no ofrecía ni lo esperado, ni lo de antaño.

Pape Cheikh. Uno de los suspensos. Fue más noticioso por sus capítulos fuera del campo, que sobre el verde. Ofreció contundencia en la media, en los pocos partidos que dispuso. Pecó de exceso de ella, en la doble amarilla que vio ante la Real.

Okay Yokuslu. Aprobado, pero con poca nota. Muy flojo los últimos partidos del campeonato, siendo más lento que de costumbre. Y justamente sacrificado como contra el Levante.

Filip Bradaric. Junto al incansable Fran Beltrán, el balcánico fue el más lúcido en la medular tras el confinamiento. Destacó en el disparo lejano. Muy buena puesta en escena en el Bernabeu.

Fran Beltrán. Carente de otros recursos como Okay o Bradaric, pero con su innegable sacrificio y pundonor, se convirtió en el mejor centrocampista de contención en los grandes días del equipo. Notable consolidado.

Rafinha Alcántara. Notable. Diferencial ante el top-5 de la Liga, pero bastante mejorable ante equipos de menor calado. Tardó en pillar el ritmo en las reanudaciones de competición.

Brais Méndez. En el punto de mira del celtismo otra temporada más. Pagó los platos rotos por albergar más capítulos de sombras que de luces. Jugar en banda no le favorece nada.

Pione Sisto. Suspenso. Siempre se espera más del danés. Son 2 temporadas deambulando desde la marcha de Wass (recordemos que fuera el máximo asistente de la Liga, de aquella). Parecía recuperado con Óscar, pero la fuga sin permiso a su tierra en el parón e las pérdidas fatales con el Villarreal, lo apartaron finalmente.

Juan Hernández. Poco empleado por Óscar, pese a su buen comienzo tras la lesión de larga duración. Sorprendió con un doblete en Copa y con su irrupción por la banda ante Osasuna. De aparición residual (otro al que se le busca destino de fogueo).

Nolito. Llegó un jueves y el equipo logró la mayor goleada de la última década a los 3 días, en la que participó activamente con un gol y una asistencia. Menos incidencia en el tramo final, donde quedó marcado por el gol fallado a bocajarro ante el Barcelona y la roja ante el Levante al protestar un gol que le anularon.

Denis Suárez. Empezó superlativo ante Real Madrid, Valencia y Sevilla (1 gol y 1 asistencia). Travesía por el desierto en el grueso de la temporada y cuando recuperó aquel nivel excelso (en el 6-0 al Alavés principalmente), el bíceps femoral puso fin a su curso.

Santi Mina. Aprobado. A mi juicio pasa del 5 por el esfuerzo inquebrantable ofrecido en todos los juegos. No le salieron las cosas con balón y de cara a puerta, pese a esos 6 goles y 3 asistencias en su haber.

Toro Fernández. Muy poco fogueado por Óscar García (sólo 1 titularidad con él). Necesita rodaje en el campeonato español (a la mano con una cesión a un Segunda). Arrancó titular por la baja de Mina y nos deleitó con su gran definición ante Cillessen. Fue en decadencia hasta la cese de Escribá.

Fedor Smolov. Bien. Alternó claros (en el Bernabeu o Pucela) y luego alguna sombra (Leganés o la primera parte ante el Barça). Necesario para Aspas bajando balones (o melones), pero muy incierto en el pase. No se entiende que en partidos sin decidir, fuera el primer sacrificado.

Íker Losada. Fue llegar y besar el santo. Gol a todo un Real Madrid a los 3 minutos de entrar al campo. Por lo demás, sólo cuenta con pequeñas apariciones coperas y ante el Getafe 10′. Testimonial.

Iago Aspas. El peor año del último lustro para el moañés. Los contantes altibajos del equipo le privaron del que sería su cuarto Zarra consecutivo. A un peldaño menor físicamente respecto a cursos anteriores, que no le hace ser tan determinante como de aquella. Entre el bien y el notable.

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