Denver Nuggets – Los Ángeles Clippers: dejà vu
El conjunto de Colorado consigue empatar la eliminatoria a 3 pese a ir perdiendo de 19 en el tercer cuarto, y está a un partido de meterse en las finales de la Conferencia Oeste.
Los Denver Nuggets lo han vuelto a hacer, remontando 16 puntos en la segunda parte para forzar el séptimo partido. El equipo dirigido por Michael Malone ha demostrado a lo largo de estos playoffs 2020 que no son solo un equipo completo con dos jugadores de un talento especial, sino que tienen mucho carácter y les sobra confianza en sí mismos. Es ese conjunto de características el que les llevó a remontar la serie contra Utah, en la que iban 3-1 abajo y con una desventaja de 15 puntos mediado el quinto partido, y a maniatar a los Clippers en las segundas partes de sus dos últimos encuentros, saldadas con un balance acumulado de 131-84.
Y sí, es cierto, el equipo californiano es un caso especial. Toda su temporada se ha caracterizado por una irregularidad preocupante, y la llegada a la burbuja no fue una excepción. Alternan tramos durante los cuales desatan su fascinante potencial con otros en los que reinan la apatía y esa traicionera sensación de que vale con jugar al 60% por cierto para ganar. Pues no, en playoffs no es suficiente.
Llama la atención que no aprendieran la lección impartida por Jokic y compañía apenas dos días antes. Porque las similitudes con el quinto partido son verdaderamente sorprendentes. La primera parte de los Clippers en ataque fue muy seria, pues encontraron con facilidad los huecos en la defensa rival sin depender excesivamente de Kawhi (14 puntos), gracias a la aportación de Paul Geroge y JaMychal Green. En defensa les costó más. El pick and roll en cabecera, jugada por excelencia del equipo de Colorado, dio sus frutos hasta el minuto 6 del segundo cuarto (47-45 en el marcador). Y es que Jokic era una pesadilla, un rompecabezas. A partir de ese momento, sin embargo, los angelinos abrieron un parcial de 18-2 que les permitió llegar al descanso 16 arriba.
Durante los primeros compases del tercer cuarto la ventaja llegó hasta los 18 puntos y… Bueno, ahí se acabaron los Clippers. Encajaron inmediatamente un parcial de 13-0 en contra liderado por el tándem Jokic-Murray antes de que Doc Rivers pidiese tiempo muerto. Pero ni ese tiempo muerto, ni el parón antes de iniciar el último asalto, consiguieron revertir la tendencia. El estado anímico era diametralmente opuesto entre ambos conjuntos. Los Clippers fueron espectadores impotentes del estallido anotador del rival, asfixiados como estaban a raíz de sus propios fallos, acosados por sus fantasmas y por la historia de la franquicia. Los Nuggets confiaban en poder obrar el milagro, sencillamente porque ya lo habían conseguido el viernes. Y por Jokic.
El jugador serbio dominó como los más grandes, recordando al público general (y a algún que otro entrenador) el valor incalculable que tiene un buen pivot. Aunque, claro, tanto talento al servicio de una inteligencia en cancha como la suya no es una combinación muy habitual. En cualquier caso, él la tiene, y es un auténtico placer. Analiza primero, disecciona después. Desde el pase, desde el tiro, desde el poste. Desde donde se necesite.
El pitido final dejó en el aire muchas preguntas, pero pocas respuestas. Eso sí, una es importante: se va a hacer historia. Los Clippers, porque de ganar conseguirían acceder a las finales de conferencia por primera vez desde la fundación de la franquicia hace 50 años. Los Nuggets, porque ningún equipo ha remontado un 3-1 adverso dos veces en unos mismos playoffs.
El resto de respuestas solo las encontraremos después del séptimo partido, programado para las 3:00 a.m del próximo miércoles.