El Atleti no puede con la defensa oscense

Los colchoneros visitaban a uno de los recién ascendidos. El conjunto oscense busca aún ganar su primer partido tras dos empates y una derrota, pero el rival que llegaba al Alcoraz no era precisamente de los fáciles de vencer. El conjunto de Simeone llegaba para luchar por su segunda victoria de la temporada y esta vez sería con un Luis Suárez como titular, algo que podía no sorprender a muchos aficionados.

Míchel juega con el ataque colchonero

El equipo de Míchel saldría desde un principio con las ganas de plantar cara ante el grande que le visitaba. Mikel Rico sería quien tendría la primera clara del partido frente a unos colchoneros que parecían tener facilidad para generar ocasiones, pero no tiraban a puerta. El Huesca estaba bien plantado defensivamente y tenía paciencia para generar las suyas, algo que le estaba dando buenos resultados durante el primer cuarto de hora.

La zaga oscense estaba poniéndoselo muy complicado a un once rojiblanco muy ofensivo, algo que ponía en duda el juego de los madrileños. Si a esto se le sumaba que las pocas ocasiones que generaba el Huesca ponían en serios problemas a Oblak, se podía decir que hasta el momento eran los locales quienes tenían las sartén por el mango, pese a no ser el equipo que dominaba el esférico.

La intensidad era máxima pero ninguno de los dos conjuntos había conseguido tirar un solo balón entre los tres palos. El descanso se aproximaba y los 15 minutos podían ser suficientes para que el Cholo encontrase la forma en que podía romper el cerrojo que había puesto Míchel a su portería. El sistema defensivo de los oscenses estaba surtiendo efecto y en la segunda mitad se vería si finalmente conseguían dar la sorpresa frente al Atlético de Madrid.

Una avalancha que queda en nada

Simeone tuvo que dar algún tipo de charla a los suyos porque desde el pitido de reanudación se vería a unos rojiblancos muy distintos. Joao Félix había salido muy activo y Llorente podría haber marcado, aunque se le marcharía rozando el travesaño. Al Huesca le estaba viniendo grande este empuje y parecía que cualquier mínimo error de la gran defensa, que habían hecho hasta el momento, podía pagarse caro.

El técnico argentino ponía más madera ofensiva cuando veía que su ataque empezaba a carburar, algo que no estaba intimidando a un Huesca que había entrado de nuevo en el encuentro. Ferreiro ya había dado otro toque de atención a la zaga rojiblanca, tras un fallo clamoroso de Felipe, y Seoane también había puesto a prueba a Oblak. El partido, pese al dominio rojiblanco, estaba abierto y todo podía pasar en cualquier momento.

La resistencia opuesta por los oscenses estaba poniendo de los nervios a Simeone en la banda, que no quería dejar escapar puntos en su segundo partido de LaLiga. Su equipo estaba haciendo todo lo posible pero el cierre de líneas, junto a las ocasiones desaprovechadas, estaban manteniendo un empate que podía ser muy útil para los locales al final de la temporada. Pero lo que parecía un imposible por el empuje y las jugadas del Atleti en los últimos minutos, quedaría reflejado en un 0-0 que repartía un punto a cada uno de los equipos, dejando a unos contentos y a otros con la decepción sobre sus hombros.