Ocampos da aire al Sevilla
El argentino conseguiría dar la victoria a los suyos, tras generar un penalti y ejecutarlo él mismo, frente a un Osasuna que pudo merecer más en la primera mitad.
Un choque de alto voltaje se daría entre el Sevilla y el Osasuna. Los rojillos llegaban con diez puntos y la derrota frente al Atlético de Madrid aún en mente, pero con la intención de no volver a caer. Frente a ellos, los de Lopetegui querían tirar de la misma garra que les caracterizó frente al Krasnodar y romper de una vez por todas este mal inicio de temporada, que le había llevado a estar cerca de los puestos de descenso.
El Osasuna pone a prueba a los sevillistas
Arrasate saldría con un once dispuesto a dar una sorpresa en el Sánchez-Pizjuán. Su esquema ofensivo se vería plasmado desde un inicio, poniendo en dificultad al Sevilla salir cómodamente y empezando a generar centros en busca de sus dos delanteros que podían generar peligro por arriba. Los hispalenses sabían que debían soportar este primer empuje y aguardar para que empezar a imponer su estilo de juego en cuanto les fuera posible.
El juego estaba siendo de idas y venidas, algo que le beneficiaba al Osasuna. Muestra de ello sería el primer aviso de Budimir, quien vería cómo uno de sus remates se le marcharía por muy poco rozando el palo de Bono. El sistema defensivo que había planteado el equipo rojillo estaba imposibilitando a los sevillistas jugar cómodos y debían empezar a hacer un juego más vertical por las bandas si quería alcanzar la portería de Sergio Herrera.
Poco a poco los sevillistas estaban consiguiendo estirar a la defensa pamplonesa. Con el temor de una posible lesión del capitán, Jesús Navas, el equipo de Lopetegui estaba acercándose a la portería rival, ya fuera con Acuña, Óliver Torres o En-Nesyri. Todo el equipo arrimaba el hombro para generar ocasiones pero las más peligrosas seguían llegando de la mano del conjunto visitante.
El «lateral derecho» sevillista se hace protagonista
Las lesiones irían marcando la dinámica del partido durante la primera mitad e, incluso, durante la reanudación del encuentro. Por parte del Osasuna, se había marchado Torró y, por el Sevilla, tanto Acuña como Jesús Navas abandonarían sus laterales. El descanso le había permitido a Lopetegui ver cómo romper el sistema defensivo de Arrasate y empezar a generar más ocasiones frente a la portería de Sergio Herrera, algo que podía ayudar teniendo a Ocampos como lateral derecho ahora.
Las ocasiones no llegaban pese a que los minutos iban pasando desde la reanudación y lo poco destacable era la acción en la que En-Nesyri, sin opción alguna, solicitaba a Martínez Munuera el penalti. Pero un minuto más tarde llegaría la jugada en la que podría cambiar todo el partido. Ocampos recibía dentro del área y Moncayola le daba una leve patada al argentino, pitando el colegiado, sin dudar, la pena máxima.
La jugada del penalti traería historia ya que Ocampos mandaría el balón a las manos de Herrera en el lanzamiento. Pero el VAR mandaría repetir rápidamente el penalti ya que el guardameta se había adelantado un metro de la línea de gol antes del lanzamiento de Ocampos. En su segunda oportunidad, el argentino no fallaría rompiendo el balón con todas sus fuerzas y poniendo a los suyos por delante.
El Sevilla resiste
El tanto daría alas al Sevilla. El Osasuna se estiraba cada vez más, el desgaste físico se empezaba a notar y los de Lopetegui jugaban con la tranquilidad de quien va por delante en el marcador. Además, a todo esto había que sumar que las prisas se empezaban a apoderar poco a poco de los jugadores de Arrasate y eso no les estaba facilitando las cosas para intentar la remontada.
Los últimos minutos se desarrollarían en encontronazos constantes entre ambas plantillas. Mientras unos se defendían con uñas y dientes, otros intentaban romper una defensa que no estaba dudando en ningún momento. La presión sevillista estaba dando sus frutos pero no había prisa en arriesgar el balón y preferían tener paciencia intentando alcanza la portería de Herrera. Pero el resultado parecía claro ante una segunda mitad con muchísimas menos ocasiones de gol, siendo cero por la parte rojilla a falta de diez minutos para el final.
Finalmente Martínez Munuera haría sonar el pitido final. Los rojillos acumulaban así dos derrotas consecutivas, algo que debería intentar solucionar frente al Huesca tras el parón por selecciones. Por su parte, Ocampos ponía fin así a la dura racha de tres derrotas sevillistas en LaLiga y daba aire a los suyos para estos días de descanso que tanto necesitan los jugadores de Lopetegui.
