La Carrera Astur | Pk.12: El Oviedo se afianza; punto de casta para el Sporting

Los carbayones suman su tercer triunfo de forma consecutiva tras remontar en La Romareda. El cuadro rojiblanco, por su parte, sumó un punto, en inferioridad, ante el Rayo en un partido que tuvo de todo

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Jornada casi perfecta para los equipos del Principado. El Oviedo sigue creciendo en la tabla a base de victorias. Los azules, que quizás no cuajaron su mejor encuentro, lograron imponerse en La Romareda. Un encuentro del que podemos destacar que el equipo también sabe competir, sufrir y ganar este tipo de partidos «feos». Los de Ziganda comenzaron perdiendo, pero un tanto de Borja al borde del descanso y un golazo de Leschuk tras una jugada sensacional valen tres puntos para afianzarse en la zona medio-alta de la tabla. Dentro de la parte noble de la clasificación se encuentra un Sporting que sacó un punto muy trabajado ante el Rayo. Los rojiblancos se quedaron con uno menos, se adelantaron y, pese a encajar, resistieron para rescatar un punto que les deja terceros.

Con este equipo, al fin del mundo

  • Colapso del centro: Lo que en otros partidos le hicieron sus rivales al Sporting, ésta vez lo ideó David Gallego para frenar al Rayo. Cuatro mediocentros, si bien Pedro se alineó por delante y Nacho Méndez tirado a banda derecha, para colapsar la parcela central y tener balón. Lo logró mientras el partido estuvo en igualdad numérica, aunque le faltó crear más peligro ante la portería rayista, ya que estuvo muy impreciso en ataque.
  • Nadie se acordó de Manu García: Un planteamiento, exitoso ya que el Rayo sin balón sufre y se le notó como sufría en el ‘verde’ de El Molinón, que hizo olvidar a Manu García. Durante toda la semana la duda fue quien cubriría el sitio del ovetense. Al final su posición la ocupó Pedro Díaz, pero con funciones totalmente diferentes, ya que hubo una nueva propuesta con un nuevo esquema que hizo que nadie se acordase del internacional sub-21 con España.
  • Arreglar es estropicio de Carmona: En la segunda parte el partido estaba volcado a la portería rayista. Así fue hasta la lesión de Nacho Méndez y entrada de un Carmona que se expulsó con una entrada tan fea como a destiempo e innecesaria. De ahí en adelante fue al Sporting al que le tocó sufrir. Supo hacerlo y hasta encontró, con fortuna, una vía a la portería de Dimitrievski y ponerse por delante cuando menos lo merecía.
  • Punto de casta y trabajo: Pero con un rival enfrente con la calidad por metro cuadrado que tiene el vestuario del Rayo acabó cediendo con un golazo inapelable. Pudo ceder también ese premio al trabajo y la casta, pero Ais Reig, con un gol anulado de forma polémica y el VAR corrigiendo un penalti inexistente lo evitaron. Logra amarrar la tercera plaza a dos puntos de una segunda que se jugará el próximo domingo. Si se juega como el lunes, con el equipo hasta el fin del mundo.

El Oviedo sigue creciendo

  • Sobreponerse al golpe. No fue el mejor partido de los azules, pero lo hecho sirvió para sacar tres puntos muy importantes. El Oviedo demostró en La Romareda que también es capaz de ganar este tipo de partidos. En los que pasa más bien poco, se cierran y se convierten en una auténtica batalla. Vencer los encuentros «feos» también es una virtud, y el conjunto carbayón mostró que sabe llevar este tipo de choques. Los de Ziganda siguen creciendo en la tabla, y ven de cerca la zona noble. Un premio también para el técnico, que por primera vez en mucho tiempo afrontará una semana sin la presión de la zona baja.
  • Edgar-Tejera. La pareja de centrocampistas del Real Oviedo está a un nivel altísimo. Nadie lo discute, porque ellos tienen buena parte de la culpa de la situación del equipo. El encuentro de Sergio Tejera en Zaragoza es sensacional. Solidario sin balón, fue la punta más adelantada de un rombo que neutralizó el centro del campo rival. Con el esférico en sus pies, el capitán siempre jugó con criterio y nunca rehuyó el atreverse a ofrecer algo diferente. De Edgar poco más se puede añadir a lo visto en las últimas semanas. Clave para atajar el juego interior maño, el mediocentro volvió a ser el punto sobre el que se equilibró el equipo. Un trabajo que completaron Sangalli y Borja, que en ataque, y junto a Nahuel, movieron el choque a su antojo.
  • La importancia de Leschuk. Los últimos veinte minutos del partido dejaron a las claras que el atacante es uno de los pilares de este Real Oviedo. Con Blanco, el equipo tiene un balón de oxígeno si se ve muy apretado. En el caso de no poder salir cómodos, los azules se refugian en el juego directo sobre un Leschuk que volvió a ser una tortura para los centrales del equipo rival. El atacante ayuda a los suyos a respirar, a tener presencia e instalarse en campo rival y, por ello, a ver la meta contraria más cerca. Sin él, el Oviedo tuviese que cambiar el plan. La salida de Leschuk hizo sufrir al cuadro asturiano, que no volvió a merodear la portería de Ratón.
  • Guardar el triunfo. En esa adversidad, el Real Oviedo supo resistir y guardar el tesoro. La reacción del Zaragoza, como no podía ser de otra forma, no se hizo esperar. Femenías se mostró muy segura para blacar todos los centros e intentonas que llegaban desde las botas mañas. Ya con uno menos sobre el césped, el Oviedo no sufrió en exceso y acabó celebrando un triunfo, el tercero de forma consecutiva, que le permite llamar a esa puerta de poder pensar en cotas mayores.
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