¡Menudo chaparrón!
El Athletic, sin alma ni ambición, mereció perder ante el Eibar, que fue superior. La parroquia rojiblanca despidió a su equipo entre pitos
Tras una semana muy ajetreada en Bilbao (marcada por la renovación de Kepa y los rumores sobre Laporte), el Athletic recibió al Eibar.
Para dicho partido, Ziganda descartó a Laporte, lo que parece confirmar su marcha a Manchester. Por otra parte, Mendilibar no alineó de inicio ni a Capa (se unirá al Athletic en julio) ni a Dani García, jugador que finaliza contrato esta temporada y que también interesa al club rojiblanco.
Ambos conjuntos salieron de inicio formando un 4-2-3-1, destacando en el conjunto armero la titularidad de Diop y de Orellana. A la hora de hablar del partido, podríamos obviar por completo el primer tiempo; el mejor adjetivo para definirlo es soporífero. No ocurrió absolutamente nada relevante. El Athletic se situó, especialmente la primera media hora, muy atrás, y su propuesta de juego se basó en balones largos de Herrerín (quién volvió a mostrarse muy seguro y confiado) a Raúl García y Aduriz. El Eibar, por su parte, mantuvo una línea de presión algo más adelantada, y el balón estuvo la mayor parte del tiempo en el campo del Athletic. A pesar de ello tampoco dispuso de ocasiones muy claras. Así, nos fuimos al descanso sin prácticamente nada de lo que hablar. El partido estaba siendo muy trabado e intenso, y el espectáculo escaso. Sólo podríamos destacar el buen papel de Iñaki Williams, que dispuso de la ocasión más clara de la primera parte, y de Dimitrovic, muy acertado en las salidas, acompañando de cierta manera la presión de sus compañeros.
Tras el descanso, el partido cambió; los bilbaínos salieron algo más enchufados y disputaron sus mejores minutos, disfrutando de varias oportunidades muy claras. En una de ellas, Williams, tras regatear a Juncá (el cual fue superado por Iñaki durante casi todo el partido), llegó a la línea de fondo y puso un centro a Aduriz que este envió a la red. Tras el gol, los del Cuco Ziganda retrasaron su línea defensiva y confiaron en sentenciar el partido al contragolpe, por lo que Sabin Merino sustituyó a Raúl García, pasando Susaeta a la mediapunta. Antes, Mendilibar había sustituido a Alejo por Charles, pasando a jugar con 2 delanteros y con Orellana en banda derecha. Poco a poco, el Eibar se fue haciendo con el control del juego, creando peligro especialmente por su carril derecho, donde Saborit estaba totalmente superado, al contrario que Lekue, que mantuvo «a raya» a Inui durante todo el partido. El gol eibartarra llegaría debido a un pequeño desbarajuste defensivo que aprovecharía Kike García para poner las tablas en el marcador. Tras el empate, y con aún 18 minutos por disputarse, todo parecía indicar que, por categoría y contexto, el Athletic encerraría al Eibar en su propio campo. Pues bien, para desesperación de los incrédulos hinchas rojiblancos, ocurrió todo lo contrario; el Athletic se encerró en su área mientras el Eibar se lanzó a por la victoria, aunque finalmente no logró el gol que le diese los tres puntos. Tras el pitido final, los jugadores se marcharon a los vestuarios entre los pitidos de la afición del Athletic, a la que su propio equipo había «sacado de quicio».
Tras este encuentro, el Athletic Club suma su décimo partido sin conocer la derrota, de los cuales siete son empates; en la siguiente jornada visitará Montolivi para medirse al Girona. El Eibar, por su parte, suma dos puntos de los últimos nuevo posibles, y su siguiente rival es el Sevilla, al que recibirá en Ipurúa. A falta de que se disputen todos los partidos de esta jornada, los vizcaínos se colocan décimos y los guipuzcuanos, séptimos.