Victoria sevillista en el derbi andaluz ante un Betis que mejoró.

Importante jornada para los dos equipos de la ciudad hispalense. Betis y Sevilla abrían el 2021 con el Gran Derbi, con la novedad en el banquillo verdiblanco tras la dimisión de Pier Cherubino, ocupado ahora por Rafa Ríos.

 Los primeros minutos de partido fueron muy intensos, sin un claro dominador en el terreno de juego. Dorine vio la amarilla en el minuto 4, quedando bastante coartada para el resto de partido. El Betis lo intentaba desde el saque de esquina, aunque Noelia Ramos estuvo atento en uno de esos córners para salir atenta a despejar el peligro. El Sevilla se mantenía activo en el partido gracias a Coleman, que percutía con facilidad arrancando desde la banda.

Sin grandes ocasiones, el partido iba transcurriendo, con un plus de intensidad de las jugadoras del Betis respecto a otros partidos. Rosa Otermín primero y Rosa Márquez jugadas más tarde probaban fortuna sin encontrar la portería rojiblanca.

Sin embargo, la que sí estrenó el marcador fue la goleadora Ana Franco. La atacante sevillista aprovechó un nuevo desajuste defensivo para rematar a quemarropa en el área pequeña de Méline, que poco pudo hacer para taponar el cabezazo.

A pesar del golpe, el Betis no bajó los brazos y Rosa Márquez volvió a tener otra ocasión, aunque su tiro se fue por encima del travesaño. La primera parte terminó con una amarilla para Ana González. Esa misma acción se repitió en la primera jugada de la segunda mitad, por lo que la jugadora bética fue expulsada en el ’46 dejando a su equipo con una jugadora menos. Esto no fue problema para las locales, que sacaron el orgullo y comenzaron a atacar con más insistencia la meta de las jugadoras de Cristian Toro.

Rafa Ríos, que sacó a Sosa y Mari Paz para la segunda parte, vio como los cambios funcionaban y llegaban las suyas con más insistencia. En el ’52 Otermín soltó un misil que se marchó por muy poco. Sosa hizo trabajar a Noelia, que detuvo el balón sin gran problema. La figura de Mari Paz se hacía notar entre la zaga sevillista.

Toro decidió agitar su once inicial e introdujo a Amparito y Julia Karleräs, que disputaba sus primeros minutos con la elástica roja, para aportar más presencia en el centro del campo. A pesar de contar con una pieza menos, estaba siendo el Betis el que llevaba la manija del partido. El partido se enfrió un poco, por lo que los entrenadores comenzaron a realizar bastantes sustituciones.

En el ’80 llegaría la jugada polémica del partido, por una caída de  Altuve en área sevillista, aunque la coleada del partido no vio acción punible. El broche final para las visitantes lo puso Echeverri, que recogió un balón dentro del área en el último suspiro para fusilar la portería defendida por Méline.