El Melilla presenta su candidatura al playoff en Nueva Condomina (0-1)

El equipo menos goleado del Grupo IV de Segunda B llegaba a territorio murciano con ganas de dar un golpe en la mesa y alcanzar definitivamente la cabeza de la clasificación. El Melilla de Manolo Herrero, que tan solo ha recibido 13 tantos, tenía ante sí el reto de derribar el muro erigido por Salmerón en la Nueva Condomina, donde el Real Murcia llevaba sin encajar un solo gol desde el 1 de octubre. Se antojaba, como poco, un partido con mucho centrocampismo el que cualquier acción puntual podía inclinar la balanza hacia uno u otro bando. El bote se lo acabaría llevando el cuadro norteafricano gracias a que Boateng, enrachado en las últimas tres jornadas, aprovechó una de ellas con la efectividad que le caracteriza.

La contienda en el feudo grana comenzó con un juego gris por parte de ambos conjuntos, que se contagiaron del cielo que había cubierto Murcia minutos antes del mediodía. El conjunto grana intentó hacerse dueño del balón desde un inicio, pero la intensa presión del cuadro melillense provocó varias pérdidas en el mediocampo que, en algunas ocasiones, desembocaban en acción peligrosa para los visitantes. Zelu fue un quebradero de cabeza constante para un Forniés que, de esta manera, vio limitado su margen para participar en ataque. A esto se sumó el poco acierto de los de Salmerón en las jugadas a balón parado, que rara vez fueron finalizadas por los atacantes pimentoneros.

Paradójicamente, el Real Murcia tuvo su primera gran ocasión de peligro en un córner que terminó cabeceando Elady. El remate del jienense habría terminado en gol de no ser porque Mahanan sacó el balón cuando ya se colaba en la portería de Tanis. Al margen de esta acción, pocas más destacaron en un primer tiempo que sirvió para confirmar el acierto del club grana al fichar a Molo y a Carlos Martínez. El primero apenas tuvo errores en la zaga, mientras que el segundo demostró que puede ser la mejor pareja de baile para Elady en las bandas.

Cerrojo tras el gol de Boateng

Tras la reanudación, el cuadro pimentonero salió más entonado en busca de un gol para adelantarse en el marcador y gestionar el choque con más facilidad. Al poco de volver de vestuarios, David Mateos, que hoy asumió el rol de pivote defensivo, se sacó un cañonazo desde la frontal del área que se encontró con el larguero. Unos instantes después, Carlos Martínez tuvo en sus botas el 1-0 con un remate que golpeó en un defensor del Melilla. Tanto la grada como los jugadores locales pidieron penalti por mano de aquel, pero el colegiado de la contienda no halló nada punible en la acción. Lo mismo sucedería cuando Forniés reclamó, de nuevo, pena máxima al considerar que un centro suyo se había topado con la mano de otro zaguero melillense.

Eran los mejores minutos de los granas y parecía que el primer gol de los de Salmerón era cuestión de tiempo. Sin embargo, en el primer córner del que disfrutaron los norteafricanos, Richard Boateng cazaba el balón en el área pequeña y fusilaba las redes de Biel Ribas para poner el 0-1 en el luminoso. Corría la hora de partido y el Melilla, lejos de conformarse con vencer por la mínima, fue a por el segundo a base de jugadas a balón parado. En una de ellas, Zelu colocó el balón en la misma escuadra con un tiro que despejó de manera magistral Ribas, que se estrelló contra el poste por evitar la sentencia.

Los minutos pasaban y Salmerón veía cómo los suyos apenas inquietaban el área visitante. Ante la poca inspiración en ataque de Pedro Martín, el técnico almeriense sacrificó el centro del campo para dar entrada a Chamorro y Renato, que debutaba en Liga con el primer equipo. A pesar de ello y salvo algún remate con cierto peligro de Carlos Martínez y de Pedro Martín, el Melilla supo guardar el resultado sin variar su estilo de juego. Una vez que habían cumplido con su cometido, Boateng y Yacine dejaron su puesto a hombres de corte menos ofensivo como Nando y Nacho Aznar, quienes, junto a Mahanan y Jilmar, echaron el candado a la portería defendida por Tanis.

En los instantes finales, el Real Murcia apretó a la desesperada en busca del empate. No obstante, los de Manolo Herrero gestionaron con oficio los últimos minutos para impedir que los granas rondaran su área. Solamente a dos minutos del final pudo llegar el 1-1 con un remate en plancha de Pedro Martín, que vio cómo Tanis atrapaba el esférico para que los tres puntos pusieran rumbo a Melilla. De esta manera, los blanquiazules alcanzan la quinta plaza y la cifra de los 37 puntos, los mismos que acumula el cuadro pimentonero.

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