Hay entrenadores que son capaces de cambiar la imagen y el rumbo de un equipo en tan solo unas semanas. Antes de la llegada de Marcelino, el Athletic era un equipo muerto en vida, que no era capaz de arrancarle una sonrisa a sus aficionados semana tras semana. Sin embargo, la llegada del técnico asturiano ha instaurado la alegría en Bilbao y ha devuelto la ilusión a los hinchas rojiblancos en tan solo un puñado de partidos.
Sumido en esa ola de felicidad, el Athletic goleó al Getafe (5-1) en un partido que tuvo de todo, y que los madrileños pelearon a pesar de la dureza del marcador final. Los vizcaínos, capitaneados por un enorme Raúl García y un fantástico Muniain, firmaron una segunda parte magistral que sirvió para destrozar a un impotente Getafe.
Ambos conjuntos llegaban al encuentro en una buena dinámica. Los vascos, flamantes campeones de la Supercopa, volvían al campeonato liguero tras eliminar con suspense al Ibiza en Copa del Rey. El ‘Geta’, por su parte, visitaba San Mamés inmerso en una ‘mini racha’ de dos victorias ligueras, tras superar a Elche y a Huesca.
Los dos técnicos decidieron repetir su plan. Ya saben, lo que funciona no se debe tocar. Marcelino puso en liza su 4-4-2 habitual, con Williams y Raúl García arriba. Sin embargo, no pudo alinear a dos de sus puntales en defensa, Íñigo Martínez y Yuri, ausentes por lesión. Bordalás, por su parte, salió a San Mamés con su ya renovado 4-2-3-1, con sus dos nuevas armas, Kubo y Aleñá, de nuevo titulares. Los dos jóvenes futbolistas, cedidos por Madrid y Barça, le han cambiado la cara al Getafe en las últimas semanas.
No pudo comenzar mejor el partido para los visitantes, ya que la primera acción del encuentro trajo consigo el gol más rápido en lo que va de liga. A los 19 segundos, Aleñá recogió un balón en el borde del área y puso un balón sensacional en la cabeza de Cucurella, que batió a Unai Simón con un potente giro de cuello. El catalán parece haberse aficionado a esta suerte y suma dos goles con la testa en los últimos tres encuentros.
El jarro de agua fría apenas hizo mella en el Athletic, que inmediatamente se lanzó a por el empate. A los cinco minutos, un balón al espacio para Williams acabó con el delantero vasco por los suelos tras un encontronazo con Yáñez. Cordero Vega señaló penalti en primera instancia, pero rectificó su decisión al ver en el monitor del VAR que el guardameta gerundense había sacado limpiamente el cuero.
El frenesí inicial no quedó ahí, y el ímpetu del cuadro local se vio recompensado. En el minuto 12, Muniain sacó a bailar a la defensa azulona y puso un centro con música al centro del área. Por allí apareció Raúl García que, en su hábitat natural, cazó la pelota al vuelo y la mandó a la red con una precisa volea. Al navarro le ha cambiado la cara tras la llegada de Marcelino, y ya suma cuatro goles en sus cinco partidos con el preparador asturiano.
Tras la igualada, el Athletic perdió empuje y la contienda volvió a igualarse. Pero en una jugada aislada y sin aparente peligro, Unai Núñez tocó el cuero con el brazo en una pugna con Cucurella. Cordero Vega, previa consulta con el VAR, señaló la pena máxima. Jaime Mata, todo un especialista en esta suerte, falló el lanzamiento. O mejor dicho, lo paró Unai Simón con una estirada felina. Dos goles, un penalti anulado y un penalti pitado, pero errado. Poco más se le podía pedir al último partido de la jornada, orquestado por un guion impredecible.
Ya en la segunda parte, el Athletic intensificó la presión y complicó la salida de balón visitante. El empuje local se sumó al crecimiento de Muniain, que tomó las riendas del partido. Él solo se encargó de fabricar el segundo gol de los leones. El canterano provocó una falta en la izquierda y él mismo se encargó de ponerla en el área con una comba perfecta. Por allí apareció Yeray, que entró como un tren de mercancías para batir con la testa a Yáñez.
Bordalás, desesperado, cambió a Maksimovic por Ángel con la intención de dar una vuelta de tuerca al partido. Sin embargo, el partido ya tenía tintes rojiblancos. En el minuto 61, la enésima diablura de Muniain acabó en los pies de Balenziaga, que puso un centro medido a la cabeza de Raúl García. El testarazo del navarro, inapelable, se coló por la escuadra azulona ante la impasible mirada de Yáñez.
El Getafe siguió intentándolo, pero terminó diluyéndose como un azucarillo. En otra gran jugada del elenco de Marcelino, Williams puso un centro al segundo palo para que Berenguer, que acababa de salir al campo, diese la puntilla al cuadro madrileño a puerta vacía. En los últimos minutos, Marcelino dio descanso a sus hombres importantes de cara al encuentro del domingo en el Camp Nou, pero ni eso frenó el ímpetu de sus hombres. Una gran jugada entre Unai López y Villalibre fue culminada por De Marcos, que estampó su firma en la manita rojiblanca.
Con este resultado, el Getafe se mantiene en la decimotercera plaza con 23 puntos, cinco por encima del Alavés, cuadro que marca el descenso. Será precisamente el cuadro babazorro el próximo en visitar el Coliseum el próximo domingo. El Athletic, por su parte, se sitúa noveno con 24 puntos, justo antes de visitar al Barcelona el domingo. Pero más allá de los resultados, los vascos son otro equipo.