Empate ‘in extremis’ de un Real Murcia que salva los muebles

El partido de ayer no ha sido cualquier partido, esta tarde se han enfrentado los dos equipos de la capital de la ciudad al borde del Río Segura. UCAM y Real Murcia se citaron en un encuentro de máxima exigencia para ambos conjuntos. 

Si bien el público murcianista llenó la grada lateral con bufandas e ilusión, todas las opciones se desvanecieron en tan solo cinco minutos. Alberto Fernández abría el marcador ante un público azuldorado que celebraba que, momentáneamente, eran primeros de grupo y se aseguraban la clasificación a 1ª RFEF.

Apenas había comenzado el encuentro y ya lo tenía muy complicado el Real Murcia. El conjunto grana intentaba despegar a pesar del tropezón inicial, y, a pesar de mantener la posesión, quién tenía el control psicológico del partido era el conjunto azuldorado. Los de Loreto intentaban sacar ocasiones, jugar al fútbol, pero a poco que se llegaba a zona de 3/4 se desaprovechaban las ocasiones. La defensa del UCAM se mantenía rígida y no dejaba pasar un balón. De hecho, los murcianistas no lograron tirar hasta pasada la quincena de minutos, con un tímido disparo de Toril que salió alto.  

A los pocos minutos, el UCAM tuvo una ocasión peligrosísima en un disparo de Xemi que pegó al palo y acabó despejando un jugador de la zaga grana. El resto de esta primera mitad se resumió en un ofuscado conjunto murciano buscando ocasiones al toque, pero en cada contrataque, los universitarios creaban mucho más peligros que los granas. Champagne tuvo que sacar todo lo que tenía para salvar una doble ocasión de Jordi Sánchez. El meta argentino logró mandar el esférico a córner a duras penas.

No llegaría el primer disparo a puerta de los visitantes hasta el minuto 44, con un leve intento de Gurdiel desde fuera del área que blocaría Biel Ribas mansamente. Concluía la primera mitad y los aficionados granas, observando la clasificación en directo, se alarmaban aún más al ver a su equipo en números rojos. De acabar así el derbi, los murcianistas no dependerían de sí mismos para lograr la salvación. Por otro lado, el Linares iba perdiendo por tres goles ante el Betis Deportivo, por lo que, de ganar el derbi, el UCAM sería el líder del subgrupo. 

Al igual que la primera parte fue azuldorada, la segunda parte fue pimentonera. Desde el primer minuto, los murcianistas saldrían al ataque desde el lateral izquierdo universitario, muy debilitado. Desde allí llegarían todos los centros de Molinero, Fuentes, Carrillo y demás con la esperanza de que alguno de esos balones fuera una asistencia que le recuperara la vida al equipo. No obstante, los atacantes no lograban conectar los pases ante una defensa férrea de los locales. No había balón que no fuera rechazado por el incansable Charlie o Viti, que se mantuvieron expeditivos durante todo el encuentro. Evidentemente, el UCAM no se iba a quedar de brazos cruzados, y se lanzó en sendas ocasiones al contrataque. Tropi iba a disparar por encima del larguero, pero con eso ya comenzaba a avisar a los granas: si querían luchar, ellos tenían más armas y el marcador a favor.  

El conjunto murcianista no se dejaría amedrentar y era consciente de que se estaban jugando la vida. Abenza sacó una muy buena ocasión en una combinación con Carrillo y Fuentes en el borde del área. El murciano armó un disparo veloz, que cogía una dirección muy acertada hacia portería, sin embargo, se topó con la cabeza de su compañero Toril, que, cómicamente, dejaba a sus compañeros momentáneamente sin el posible gol. El desarrollo del partido mostró más de lo mismo: ocasiones del Murcia constantemente desperdiciadas. David Segura y Toril lograron conectar algunos de los centros de sus compañeros, pero se marcharon altos, sin generar ningún peligro. Biel Ribas tuvo que intervenir en alguna ocasión, destacando una mano salvadora que sacó a Gurdiel en el área. Admonio tuvo una ocasión muy buena, pero erró su disparo por muy poco, mandándolo alto. 

Los minutos finales llegaban y el nerviosismo era evidente. El conjunto azul dorado vencía, una vez más en casa con el simple marcador de 1-0, como había hecho durante toda la temporada. El Real Murcia iba a tener que esperar un milagro a la próxima semana, ya que el derbi se agotaba y parecía imposible cualquier gol. El UCAM mantuvo, al igual que durante todo el encuentro, una zaga fuerte que no dejaba pasar ninguna ocasión.

No obstante, cuando parecía imposible que ya se generara ninguna ocasión de peligro, Carrillo lanzó por enésima vez un centro y, esta vez, ante todo pronóstico, iba a cumplir su cometido. Toril iba lograr conectar el centro elevando la pierna de forma complicadísima y poner el empate ante todo pronóstico. La grada lateral explotaba ante la incredulidad del empate, que significaba que el Murcia seguía con opciones matemáticas de salvarse dependiendo de él mismo en la última jornada. El equipo y afición murcianista alentó a su equipo para sumar el segundo y lograr una remontada apoteósica, pero el tiempo fue insuficiente y las ocasiones escasas.  

Se acabó el encuentro con un empate a uno que dejaba al UCAM sin primera plaza, pero sí los hacía de Pro de forma definitiva. Para el Real Murcia, el punto iba a servir de más bien poco para su clasificación entre los tres primeros, que estaba totalmente perdida. Ahora, el nuevo objetivo se encontraba en el horizonte del próximo 21 de marzo, y era la victoria ante El Ejido 2012, donde todo lo que no fuera una victoria, sería, con casi total seguridad, el descenso a 2ª RFEF y la prácticamente consecuente desaparición de la centenaria entidad. En resumidas cuentas, el próximo domingo, el Real Murcia se jugará en casa su propia vida ante El Ejido.