España se estrella ante Grecia

Sorpresa mayúscula en el primer encuentro de España en la fase de clasificación al Mundial de Qatar. El equipo de Luis Enrique no pasó del empate a Grecia, que logró un punto de oro con muy poco. A los nuestros les faltó fluidez, movilidad en ataque y profundidad para llevarse un encuentro que dominó de principio a fin. Patinazo importante de ‘La Roja‘ que se ve obligada a no fallar en los dos próximos encuentros ante Georgia y Kosovo.

Monólogo, sin fluidez, de España en la primera parte

Con nueve futbolistas que participaron en la goleada ante Alemania de inicio, España se hizo con el balón desde el primer instante. Un factor que provocó que los nuestros no tardasen en generar la primera ocasión del encuentro tras una buena acción por banda derecha que Dani Olmo cabeceó alto. El atacante de ‘La Roja‘ quizás no se esperaba un balón al que no llegó Morata en primera instancia. Minutos después, Koke, en una doble oportunidad muy clara, tuvo la opción de adelantar a España, pero la zaga griega repelió los dos disparos del centrocampista del Atlético de Madrid.

Los primeros minutos de encuentro fueron un auténtico monólogo de España, que pese a dominar con claridad la posesión de balón, echaba de menos algo más de velocidad y chispa en la parte de arriba para convertir en ocasiones esta superioridad. Y es que pese a los dos sustos, los griegos defendían bastante cómodos y buscaban en la velocidad de los arriba la opción de sorprender en los contragolpes. Los nuestros se mostraban muy planos en ataque, lo cual impedía desequilibrar la zaga rival y generar alguna situación de peligro que decantase la balanza del choque en favor del equipo de Luis Enrique.

Pasada la media hora, Dani Olmo avisó a los griegos con un remate que se estrelló en el larguero. Fue la antesala al primero del partido. Koke recibió por dentro, vio el desmarque de Morata y le puso un balón perfecto para que el ariete, al borde del fuera de juego, controlase con el pecho y anotase ante Vlachodimos el primero del partido. Decimonoveno tanto de Álvaro Morata, por cierto, como internacional absoluto.

El gol no cambió el plan de partido para ninguno de los dos equipos. España dominó el balón ante una Grecia que, con el marcador aún abierto, esperaba cualquier imprecisión de los nuestros para salir al contragolpe e intentar hacer daño. El plan no era descabellado, ya que jugadores como Ramos o Koke estuvieron bastante imprecisos, aunque los helenos no lograban llevar a buen puerto estas acciones. Sin mucho movimiento en las áreas en los últimos instantes del primer acto se llegaba al descanso.

Grecia saca oro de su única llegada

El segundo acto arrancó de manera similar al primero. Grecia seguís refugiada con las líneas muy juntas esperando el error de España para salir a la contra. El equipo de Luis Enrique, por su parte, se hizo con el control del balón desde el primer instante, y no tardó en generar la primera acción de peligro en un remate de Morata desde la frontal que se marchó fuera tras una buena jugada de Ferrán por banda derecha. El cuadro español lo intentó en el inicio de segunda parte con varias incursiones por banda derecha, aunque más allá de la acción de Morata, los nuestros apenas inquietaron la meta rival.

Pasados los diez minutos de este segundo acto, Grecia encontró el premio en un error de Íñigo Martínez dentro del área que el árbitro acabó decretando como penalti. Desde los once metros, Bakasetas, con un trallazo al centro de la portería, establecía el empate. El tanto obligó a Luis Enrique a reactivar al equipo, e inmediatamente dio entrada a Pedri y Bryan Gil, ambos debutantes con la selección absoluta. Pese a ello, a España le seguía faltando la fluidez y el dinamismo necesario para generar ocasiones claras de gol. Tan solo un remate picado de Morata que atrapó sin problemas Vlachodimos ‘inquietó’ la meta helena.

Conforme pasaban los minutos y se fue asentando en el campo, Bryan Gil aportó el punto positivo en una España muy gris. El joven futbolista se atrevió, encaró y desbordó cada vez que tocó el balón. Fue, en definitiva, el motor ofensivo de la selección española. Y es que los nuestros encontraron en banda izquierda la forma de llegar a zona de remate en una gran jugada entre Morata y Gayá que lateral puso al corazón del área para la llegada de Oyarzabal, que no logró empujar el balón a la red.

En los minutos finales, España lo intentó, aunque la falta de claridad impidió a los chicos de Luis Enrique lograr el tanto que desequilibrase el marcador. Punto que sabe a muy poco. Empate que supone un patinazo muy grande para los intereses de ‘La Roja‘ en un grupo reducido donde dejarse este tipo de puntos puede acabar pagándose muy caro. La selección española ya piensa en el duelo ante Georgia del domingo, donde no se puede fallar.