Tablas entre Las Palmas y Mallorca
Una parte para cada uno deja el partido en el Gran Canaria en tablas que deja más contento al Mallorca que a los locales
El matagigantes recibía a uno de los grandes. El Mallorca llegaba a las islas canarias con la intención de superar a la UD Las Palmas y dejar atrás la mala racha fde las últimas semanas. Por parte de los de Pepe Mel, querían seguir con el subidón de los seis goles que le endosó al Lugo entre semana.
El Mallorca empezó con la intención de dejas a 7 puntos al Almería y Amath aprovechó un pase entre centrales de Dani Rodríguez para batir a Vallés por abajo. Con una presión adelantada y un juego directo el Mallorca se puso por delante e hizo ir a remolque a Las Palmas durante la primera parte. La irrrupción de Amath hizo que los bermellones pusieran una cara más alegre en el juego. Los pío pío se vieron superados por el Mallorca a raíz del gol y no pudieron generar peligro sobre la portería de Manolo Reina.
En la segunda parte, la UD intentó entrar con otro aire y consiguió empatar el encuentro en el primer minuto. Araujo apareció para desarbolar a los centrales del Mallorca y batir a Manolo Reina por arriba. El gol le dió otro color a Las Palmas que empezó a dominar e incomodar a los bermellones en los últimos metros del campo.
Los de Luis Garcia cedieron metros a los canarios y estos intentaron aprovechar los metros cedidos. Hasta los últimos minutos, el Mallorca no se acercó a la portería de Vallés pero sin una idea clara de como atacar los espacios de una defensa muy floja. Los de Pepe Mel cogieron el timón del partido y el Mallorca intentó no perder el partido.
Con un Jesé inspirado, la UD Las Palmas aportó el peligro que el Mallorca había dejado de intentar crear. Araujo también intentó abrir otra vez la puerta del gol, pero esta vez Valjent consiguió evitar el segundo gol del Mallorca.
Luis García no quiso arriesgar y se conformó con el empate para aumentar a cinco puntos la distancia con el tercer clasificado. Por su parte, la UD Las Palmas se queda con un regusto amargo de no poder decantar la balanza ante un equipo conformista en el día de hoy.