Un Valencia Basket con muchas dudas a la espera del Zenit
Klemen Prepelic con 18 puntos y Derrick Williams con 17 fueron los mejores del conjunto taronja frente a un coral Casademont Zaragoza.
Dice el dicho que quien espera, desespera. Refrán que parece describir con bastante precisión el momento en el que se encuentra Valencia Basket a estas alturas de la temporada. Por el hecho de cómo está montado el sistema de (anti)competición en el baloncesto europeo, la Liga Endesa ha perdido la mayoría de su aliciente para la afición taronja. Esto es debido a que el club valenciano se ha visto obligado a cumplir unos requisitos totalmente dispares para poder acceder a la Turkish Airlines Euroleague.
Pérdida de competitividad
La máxima competición y, por tanto, mayor fuente de ingresos impuso al equipo propiedad de Juan Roig a ser el único club de la Euroliga cuyo billete para la próxima temporada dependía de entrar en el Top-8. Repetimos, único club de toda la Euroliga. Poco importa que equipos como Estrella Roja de Belgrado, Alba Berlín o Panathinaikos hayan quedado lejos de esas 19 victorias que ha conseguido el equipo de Jaume Ponsarnau. Ahora solo se depende de que el próximo 12 de abril, el Zenit de San Petersburgo de Xavi Pascual pierda, precisamente, contra el equipo heleno mencionado anteriormente.
Aquí hay que hacer un inciso: Valencia Basket ha llegado depender de sí mismo para alcanzar su objetivo y la derrota contra Olimpiacos puede truncar la ansiada meta. No obstante, es difícil de olvidar que el encuentro entre rusos y valencianos, inicialmente se decidió con victoria taronja ante la incomparecencia de su rival por protocolo covid. Inesperadamente sería la propia Euroliga quien cambiaría sus propias normas con la temporada comenzada y permitiría a Zenit jugar ese partido en la Fonteta que finalmente acabarían ganando. Muchos palos en la rueda valencianista para competir de igual a igual con los demás equipos.
¿Y por qué el partido contra Casademont Zaragoza provoca esta reflexión? Porqué por muy bien que lo haga en esta competición, Valencia Basket no podrá acceder a la Euroliga, ni ganando la Liga Endesa como 2017. Un hecho que desvirtua mucho los valores del deporte por querer ser el mejor y superarse constantemente.
¿A dónde va el proyecto taronja?
Con la participación en la Euroliga en el aire es necesario preguntarse qué camino llevara la dirección deportiva del Valencia Basket la temporada que viene. En el tercer año en el club de Ponsarnau y dos en la máxima competición europea, el juego del equipo sigue transmitiendo muchas dudas. Además, Chechu Mulero también está cuestionada por aspectos como no haber resuelto la falta de físico que tantas temporadas se sigue echando en falta.
Además, jugadores como Nikola Kalinic y Derrick Williams con contratos de un solo año es difícil que renueven. Del mismo modo, habrá que tomar decisiones con el cupo nacional ya que tanto Guillem Vives, como Joan Sastre y Fernando San Emeterio han sufrido problemas de lesiones y parece que su peso en el equipo ha disminuido. Así pues, la progresión de jugadores jóvenes como Jaime Pradilla o Vanja Marinkovic tendrá que ser replanteada, ya que la aportación de ambos ha ido disminuyendo en ambas competiciones en las últimas jornadas.
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