¿Profesionalizar es la solución? Encrucijada en el fútbol femenino
¿Profesionalizar es la solución? Encrucijada en el fútbol femenino
Desde hace ya años vienen reclamando las futbolistas españolas dos aspectos esenciales para desarrollar el deporte: profesionalizar los clubes y profesionalizar la competición. Pero, ¿el profesionalizar a toda costa será la panacea prometida? Veamos algunos interesantes aspectos al respecto:
¿Profesionalizar es la solución?
En aras de resolver la cuestión «¿Profesionalizar la competición es la solución al problema del fútbol femenino?» prestaremos atención a dos aspectos. El primero es la situación de la disciplina y de los distintos actores involucrados en España; el segundo, el elemento histórico y comparativo, con experiencias similares en otros contextos.
Situación en España
En los últimos años se han ido produciendo avances en España en materia de futbol femenino: a nivel competitivo, a nivel federativo, a nivel de clubes y a nivel de influencia social. Eso es innegable, pero tampoco podemos negar que estos avances han generado tensiones y problemáticas entre distintos actores. Desde las futbolistas y los clubes, hasta el Consejo Superior de Deportes, pasando por la RFEF… todos se han enfrentado en algún momento por alguna razón, desde calendarios hasta el estado de los terrenos de juego, pasando por los derechos de televisión. Si bien la situación no es la ideal, ha ido mejorando. Si bien se puede continuar progresando, habría que analizar cuál es la mejor vía para lograrlo. Todas estas mejoras se han dado sin la profesionalización de la competición, y si siguen en ese ritmo, y se llega a aprobar la nueva Ley del Deporte (que permitiría las competiciones profesionalizadas como nueva categoría) igual no llega a ser profesional nunca, pero siguen dándose mejoras en las condiciones.
Historia americana: profesionalizar «a lo loco» perjudica
El aspecto final a tener en cuenta es el histórico. ¿Profesionalizar la competición sin apoyo institucional es la mejor manera de garantizar la supervivencia de una competición? Pues para responder a esta pregunta podemos volver nuestra mirada a tierras americanas. Las vigentes abanderadas del movimiento por la igualdad en el fútbol han tenido varias experiencias con la creación de ligas profesionales. Descubrieron, a las malas, que la falta de inversores y de apoyo institucional hacía que las competiciones profesionales no pudieran subsistir más de unas pocas temporadas. Observando la situación actual en España… viendo los enfrentamientos entre actores y sus intereses… la sensación es que podría producirse un caso similar si no se presta atención.
Encrucijada en el fútbol femenino: actores e intereses
Actores: RFEF, CSD, futbolistas, clubes, ACFF, televisiones.
Intereses: poder y control sobre la competición y sus derechos; indefinidos y ocultos, aunque declaran querer profesionalizar e igualar el fútbol en España; mejorar sus condiciones laborales y profesionalizar la competición; seguir siendo viables, no perder fuera del campo lo que han ganado dentro, y poder seguir mejorando sus estructuras y condiciones; comercializar los derechos audiovisuales; rentabilizar y visibilizar el producto.
Resultados: Ni plan, ni proyecto, solamente la esperanza de tener un producto comercializable y rentable. Tensiones y enfrentamientos por hacerse con el poder de los derechos televisivos. Paralización de negociaciones y del proceso de profesionalización de la «Liga Ellas«. Movilizaciones de futbolistas y aficionados. Menor visibilidad para el fútbol femenino. Y… mucha inseguridad sobre el futuro de la competición y su viabilidad si se llega a profesionalizar.
Leyes, derechos y derechos humanos: profesionalizar por dignidad
La legislación vigente exige varios requisitos para profesionalizar la competición: Estatutos, creación en tiempo y forma de un ente regulador de la competición, cumplimiento con la Ley del Deporte y con la legislación laboral específica del deporte, entre otros… cosas que parece ser que se han cumplido por una de las partes interesadas. Pero las diversas instituciones han promulgado normativa (Gobierno español) y realizado ciertos pasos (CSD, RFEF) que parecen estar destinados a dificultae o paralizar la profesionalización.
Derechos laborales en el fútbol femenino
Otro tema candente son los derechos laborales en el fútbol femenino en relación al Convenio. Sobre esto se ha escrito con anterioridad y profusión. Sólo se señalará que el Convenio se ha prorrogado ante la falta de negociación de uno nuevo a pesar de haber sido denunciado por la AFE en aras de corregir algún defecto que perjudicaba la seguridad laboral de las futbolistas. ¿Se abordará la renovación y modificación del Convenio aún si se profesionalizar la liga o se redactará uno completamente nuevo acorde a la nueva circunstancia? Habrá que verlo.
Profesionalizar como cuestión de dignidad: esto es lo que se reclama, pero cabe dudar de la conveniencia de actuar meramente por un motivo moral sin analizar todos los escenarios posibles de una actuación tan trascendental. «A los hechos no les importan tus sentimientos», suele decir un periodista político conservador estadounidense. Una variante aplicaría aquí: a las leyes no les importan tus emociones ni sentimientos. Acordemos abordar el asunto desde la perspectiva jurídica para llegar a buen puerto… o asumamos que la falta de previsión racional puede llevar al fracaso.
«Cuando todo son derechos, no tiene uno derecho a nada»: Derechos Humanos y deporte
Pero no podemos olvidar los derechos fundamentales en este análisis. Aquí entrarían en juego los derechos laborales, los derechos a la igualdad y no discriminación y también el «derecho humano al deporte» auspiciado por el Consejo de Europa (Carta Europea del Deporte). ¿Se cumplen? Todo indicaría que no. ¿Esperamos que se cumplan o consideramos al deporte como un ámbito especial? Parece ser que doramos al mundo del deporte de excepcionalidad en muchos aspectos, y el respeto a los derechos humanos y a los derechos fundamentales es uno de ellos. Aún así, esto merece un análisis mucho más profundo.
Y sobre las exigencias que reclamaría el cumplir con los requisitos del derecho humano al deporte… menos aún se cumplen. Pero es que todo derecho implica al menos un deber, y cada vez resulta más difícil reconocer esto. Al final, si seguimos extendiendo derechos terminarán por entrar en conflicto los unos con los otros, haciendo que se llegue a vulnerar uno amparándose en cumplir con otro. Por eso se puede llegar a afirmar que cuando todo son derechos, no tiene derecho uno a nada.
Otras controversias en relación a la profesionalización
La constitución de Liga Profesional y la movilización de clubes: conflictos de interés y parálisis del procedimiento de profesionalización. Por varios meses pareció que no se iba a poder llevar a cabo la profesionalización por inacción de los clubes en varios aspectos. Ahora que se solucionó eso… nos encontramos con que son los actores políticos quienes ponen trabas. Y sabemos que otras entidades tampoco están por la labor de colaborar en positivo. ¿Volverán a tener que movilizarse las jugadoras? ¿Se reconducirá la situación por sí sola? ¿Los medios de comunicación se significarán? Si la liga femenina va a ser profesional los actores interesados deberían, si no colaborar, al menos no estorbar entre ellos.
Medios, mediatización y Código Disciplinario: ¿existe en el fútbol un derecho a la libertad de expresión? Todos los derechos implican deberes. Profesionalizar la competición implicaría más influencia de los medios en todos los aspectos, así como mayores posibilidades de que suceda como a entrenadores, directivos y jugadores: que se les sancione por declaraciones a los medios. Y esto implicará también un grado mayor de escrutinio y de responsabilidad por parte de clubes, deportistas y cuerpos técnicos que, siendo sinceros, y con el paternalismo que rodea al fútbol femenino, es difícil pensar que se asuman. Tenemos algún ejemplo reciente a este respecto dentro del mismo club, incluso, que dan que pensar (dos centrales del Barça, ambos titulares en el primer equipo masculino y femenino, en cuestión de semanas se vieron envueltos en una controversia en relación a declaraciones vertidas en medios… y las reacciones fueron completamente distintas). Veremos en qué desembocará esto, pues parece inevitable que se siga presionando para profesionalizar la competición. Y esto nos permitirá apreciar el desarrollo y la capacidad de adaptación y tolerancia a la mediatización.
Conclusiones
Tras este breve análisis podemos resumir este artículo en dos conclusiones:
1. Profesionalizar la competición – puesto que muchos clubes lo han hecho ya – en contra de algunas de las principales instituciones interesadas podría resultar ser más perjudicial que beneficioso para el fútbol y las futbolistas.
2. Si el deporte cumpliera con los estándares de derechos humanos, a lo que se comprometieron el Comité Olímpico Internacional, la FIFA/UEFA y demás grandes Federaciones y cuerpos gubernativos del deporte, no habría duda de que es necesario y obligatorio igualar las condiciones laborales – que no hacerlas equitativas en contra de lo razonable – dentro de la misma disciplina sin discriminaciones por razón de sexo. Pero el deporte no se adapta a estos estándares, y por ello, la dignidad o la igualdad no son motivo suficiente para profesionalizar por obligación o necesidad.
Así, pues, por lo que parece, de momento la polémica sigue servida. Y teniendo en cuenta que la RFEF afirmó en su día que, de momento, la presente temporada, la competición siguen organizándola desde la Federación… no aparenta que esto vaya a cambiar pronto.
Por Helena García (@hgamo18)