La Carrera Astur | Pk.7: El Sporting recupera el liderato; el Oviedo perdona al Girona
El equipo rojiblanco aprovecha el tropiezo de la Ponferradina para colocarse líder tras doblegar al Málaga. Los azules, por su parte, encadenan su quinto encuentro de forma consecutiva sin perder, aunque quizás el punto supo a poco por la cantidad de ocasiones de las que dispuso el cuadro de Ziganda
Fin de semana sin derrotas en el fútbol profesional del Principado. El Sporting vuelve a lo más alto de la clasificación tras su triunfo ante el Málaga en El Molinón. El equipo de Gallego se sobrepuso al tanto inicial de un Málaga que jugó 83 minutos con un hombre menos debido a la expulsión de Escassi a los siete minutos de encuentro. Los rojiblancos, pese a la superioridad, tuvieron que esperar al segundo acto para transformar en goles el dominio que venían demostrando desde el inicio del choque. Victoria importante, triunfo clave para un equipo que regresa a la primera posición de la tabla justo antes de afrontar dos encuentros seguidos lejos de El Molinón. Uno de ellos, por cierto, será el derbi, aunque ya habrá tiempo para hablar de ese encuentro.
El Real Oviedo, por su parte, igualó sin goles ante el Girona. Un partido en el que, más allá de la polémica arbitral, el equipo asturiano perdonó al cuadro rojiblanco. Los de Ziganda dispusieron de ocasiones muy claras para abrir la lata, pero la falta de acierto le impidió llevarse más puntos. Eso sí, los carbayones dejaron muy buenas sensaciones ante un Girona que apenas inquietó a Femenías hasta el tramo rival. Y es que pese a que los catalanes tuvieron el balón, los azules convirtieron ese control de la pelota en una posesión estéril donde provocaron que el equipo de Míchel no encontrase la profundidad ni la vía de hacer daño al cuadro oviedista. Punto que deja al equipo en la octava posición a un punto de la promoción.
La paciencia tiene sus frutos
- Un primer tiempo lleno de catastróficas desdichas: Lo que pareció ser algo que le ponía el partido muy de cara a los siete minutos con la roja a Escassi acabó siendo una perdición para el Sporting. Al menos, en un primer tiempo en el que no supo interpretar como atacar la muralla del Málaga y que, encima, en una jugada defendida de forma pésima, propiciando un dos contra uno de un rival que estaba en inferioridad te marquen. Este gol enseña las costuras de una defensa que, si bien está dando un nivel bueno, está concediendo ocasiones claras puntuales a sus rivales que están poniendo en peligro sus partidos. En Tenerife no pasó factura, ni tampoco frente al Leganés. Pero sí pasó frente al Eibar y estuvo cerca de pasar frente al Málaga.
- Primero, la pausa: El descanso le vino de fábula al Sporting. Tras el cambio ya realizado en el minuto 32 porque el partido pedía gente por dentro y laterales largos en vez de extremos, el equipo de David Gallego supo tener la pausa. A eso ayudó un Fran Villalba que sigue deleitando a la parroquia sportinguista con un fútbol de quilates. También Gragera, Pedro Díaz, Gaspar y un poquito, menos, que los otros de Campuzano. Todos supieron, junto con los laterales ocupando los carriles jugar y esperar que la defensa malacitana ofreciese huecos o cometiese fallos para obrar la remontada.
- Segundo, el acierto: Y esos llegaron. En el balón parado ya pudo llegar el empate, pero sería apenas cinco minutos después en un pase interior que solo Fran Villalba vio, Campuzano controló con la fortuna de que toca en Peybernes y habilita a un adelantado Djuka para que resuelva ante el ínclito portero, cuyo nombre no quiero recordar, del conjunto andaluz. Ese gol dio la tranquilidad del punto, pero lógicamente el Sporting quiso más y encontró 20 minutos después el espacio para que Gaspar, con su pierna izquierda, se siga consagrando como un gran jugador que se entiende y asocia de lujo con sus compañeros.
- Líder en tabla y en tiempo de juego: La victoria devuelve al Sporting al liderato. No deja de ser un dato anecdótico, pero que demuestra que su posición nunca puede ser considerada casualidad o suerte como algunos quieren hacer ver. Pero otro aspecto en el que el club rojiblanco está liderando la división de plata es en el tiempo de juego efectivo. Sus partidos son, de media en la categoría, los que más tiempo de fútbol efectivo suman. Con apenas 47 minutos de juego efectivo lideran de forma pobre esa estadística que habla muy mal del atractivo para el espectador del fútbol en Segunda. Al menos, en Gijón, con el estilo adquirido este año, se busca mejorar eso.
Al Oviedo le faltó pólvora
- Borja sigue creciendo. Fue la base sobre la que se apoyó todo el fútbol ofensivo del Real Oviedo. Los mejores minutos de los azules llegaron a lo largo de la primera mitad, y ahí brilló el canterano azul. Grandísima primera parte de un Borja Sánchez que va a más conforme pasan las jornadas. Ante el Girona, la banda izquierda carbayona fue un auténtico dolor para los catalanes. Entre Borja y Pierre generaron hasta tres ocasiones claras de gol, siendo el ‘10‘ el gran protagonista de este primer acto. Con menos balón, al canterano le costó algo más en el segundo acto.
- El Oviedo perdona. Solo faltó el gol, que al final acaba siendo lo más importante. Porque, como saben, la delgada línea que separa eso de que «la pelotita entre o no» acabó siendo clave para que el Girona sumase un punto en el Tartiere. Los azules fueron superiores en el juego. Es cierto que no tuvieron el balón, pero sí controlaron el encuentro. Porque en defensa, el equipo de Ziganda volvió a estar impecable. Posesión estéril para un equipo, el de Míchel, incapaz de profundizar ni encontrar huecos en la zaga azul. Eso sí, en ataque queda ese mal sabor de boca por esas ocasiones que no se pueden perdonar. Hasta cuatro tuvo el Oviedo para adelantarse, pero la falta de puntería lo impidió.
- A menos en la segunda parte, pero sin sufrir. Aunque el Oviedo inició muy bien el segundo acto, generando varias acciones para intentar abrir la lata, fue el Girona quien fue creciendo conforme pasaban los minutos. Al cuadro de Ziganda le empezaron a pesar algo más las piernas, y los de Míchel, con mucho balón, apenas sufrieron en la parte de atrás. Eso sí, tampoco generaron arriba. Porque Femenías no intervino hasta la última jugada del encuentro, cuando tuvo que emplearse a fondo para salvar el empate y que, al menos, se quedase un punto en el Tartiere.
- El mismo protagonista de (casi) siempre. En los partidos del Real Oviedo, gane, pierda o empate el equipo siempre suele haber un protagonista que va vestido diferente a los dos equipos. Porque ante el Girona, la acción de Obeng parte de la base de que el colegiado pita una falta de oídas. Después, analizar la acción en una repetición ralentizada deja mucho que desear. Pero esto es así, son las nuevas reglas. Además, hay que insistir en que se ve claramente en la repetición como no está mirando a la jugada. Y el VAR entra porque se pita la falta. Pero al margen de ello, también queda la sensación de múltiples jugadas en las que el criterio es muy distinto según sea el equipo al que se pite. El colmo fue la falta a Jirka en el descuento en la que no se señaló nada. Sonora pitada, con razón, al final del encuentro en el Tartiere.