La dinastía Verstappen acaba de comenzar
El piloto neerlandés se proclama campeón del mundo de Fórmula 1 tras un final de carrera agónico en el Gran Premio de Abu Dhabi.
El pasado domingo vivimos, sin lugar a dudas, la carrera del siglo. Max Verstappen y Lewis Hamilton llegaban empatados en puntos tras el mejor mundial de Fórmula 1 de la última década, una situación que solo se había dado en 1974. Tras la polémica de Arabia Saudí, medio planeta estaba a la expectativa ante la batalla que decidiría el nuevo campeón del mundo. El rey de la era híbrida se enfrentaba al, hasta ahora, eterno aspirante, y el aspirante destronó al rey para coronarse como campeón del mundo.
Una atmósfera irrespirable
La tensión se podía cortar con un cuchillo. El choque de Jeddah estaba aún muy reciente en la mente de todo el mundo en el paddock y la sospecha de que el mundial acabaría con un choque en la primera curva como en 1990 perseguía a Verstappen. Pero el neerlandés demostró estar por encima de la situación y, aunque fue al límite del reglamento, jugó limpio.
A Hamilton se le puso todo de cara
La mala salida de Verstappen, en la que cedió el liderato, le puso el viento en contra. Y más aun teniendo en cuenta cómo se desarrolló la primera vuelta, en la que Lewis Hamilton mantuvo la posición saltándose las curvas 6 y 7 y no fue obligado a devolver la posición como lo hiciera Max en Jeddah. Todo apuntaba a que este mazazo y la falta de ritmo del Red Bull sacarían al neerlandés mentalmente de la carrera, pero nada más lejos de la realidad.
Parecía que la carrera iba a ser un paseo militar para Hamilton, hasta que la magistral defensa de Sergio ‘Checo’ Pérez permitió que su compañero le recortase los ocho segundos de colchón que el piloto de Mercedes se había ganado en principio. Pero ni siquiera esto fue suficiente para Verstappen, ya que el ritmo de Hamilton estaba fuera del alcance del RB16B y la brecha volvió a abrirse. El británico ya rozaba el título con la yema de los dedos.
Latifi hizo que todo saltara por los aires
Solo un milagro podía salvar a Verstappen, y el milagro sí que llegó. Nicholás Latifi (Williams) se estrelló a falta de cinco vueltas y provocó un safety car que permitió al neerlandés poner neumáticos blandos para atacar. Mercedes se encomendaba a que la carrera acabase detrás del coche de seguridad, pero Michael Masi pilló al equipo alemán con el pie cambiado y relanzó la carrera a falta de una vuelta.
El contexto no creo ni que sea necesario, pero vamos a ello:
En la vuelta 53 de 58, Nicholas Latifi 🇨🇦 impacta contra la barrera y fuerza la salida del coche de seguridad. Max Verstappen 🇳🇱 aprovecha el momento, para en boxes y equipa neumático blando sin perder posición. pic.twitter.com/auMFpauTl9
— Víctor Abad (@victorabadf1) December 15, 2021
«Con estos datos sobre la mesa es imposible pensar que alguien merezca el título más que Verstappen».
Una última vuelta para la historia
Tras la relanzada, Verstappen hizo valer la diferencia de neumáticos y atacó a Hamilton. Consciente de la ventaja que le otorgaban las gomas se preparó el adelantamiento y en la curva 5 atacó pillando por sorpresa al británico, que no se esperaba un adelantamiento en ese punto. Lewis trató de devolvérsela en las frenadas de la curva 6 y 9, pero el neerlandés no tuvo mayores complicaciones para mantener la primera posición hasta la línea de meta para así proclamarse campeón del mundo.
That extraordinary final lap of the 2021 title race in full 😮#AbuDhabiGP 🇦🇪 #F1 pic.twitter.com/kknTMDfpAF
— Formula 1 (@F1) December 12, 2021
Un Mundial más que merecido
Es cierto que Verstappen no habría sido campeón del mundo sin el golpe de suerte del safety car y que no tuvo ritmo en Abu Dhabi para batir a Hamilton, pero la temporada del neerlandés no podía acabar de otra manera que no fuera con el Mundial bajo el brazo. El año de Max ha rozado la perfección.
En todas las carreras en las que no ha tenido ningún problema externo a él, ha terminado en primera o segunda posición. Tan solo el pinchazo de Bakú, el ‘strike’ de Valtteri Bottas en la salida de Hungría y los accidentes con Hamilton en Silverstone y Monza han evitado que Verstappen subiera al podio en todas las carreras del año. El único error de pilotaje lo cometió al estrellarse en la clasificación en Arabia Saudí, pero pudo subsanarlo en carrera.
Con estos datos sobre la mesa es imposible pensar que alguien merezca el título más que Verstappen. De hecho, de no haber sido por esos cuatro incidentes en los que él no tuvo responsabilidad alguna, el campeonato habría llegado sentenciado a Abu Dhabi. Eso habría sido lo más justo, pero la mala fortuna le condenó a tener que pelear hasta la última carrera, y en el último momento, cuando se veía obligado a resignarse, la moneda cayó de su lado por una vez y se hizo justicia con la temporada de Verstappen.
El inicio de un reinado prometedor
Este título no solo supone la constatación de Max Verstappen como superestrella, sino que marca el inicio de un cambio de guardia en la Fórmula 1. Desde su aterrizaje en el «Gran Circo» en 2015 se veía que iba a llegar muy lejos. Era un piloto capaz de levantar al aficionado del asiento con un adelantamiento en la zona media. Al llegar a Red Bull fue un paso más allá y consiguió que, durante los años de mayor dominio de Mercedes, medio paddock estuviese pendiente cada domingo de ver qué genialidad se podía sacar de la manga el joven neerlandés para poner en jaque al imperio Mercedes. Y este 2021, a la primera oportunidad que ha tenido, ha derribado por completo el imperio de la escudería alemana quitándole el trono ni más ni menos que a Lewis Hamilton.
Verstappen es un piloto especial, incomparable. Es un piloto carismático, de esos a los que solo puedes amar u odiar, no hay término medio. Es el referente de una generación que viene pisando fuerte y que se va a disputar los títulos la próxima década, y la diferencia entre él y el resto de las estrellas emergentes es descomunal. A base de talento y trabajo ha derribado la barrera más difícil, la del primer campeonato del mundo. A partir de aquí todo debería ir rodado para el neerlandés. Este título marca el inicio de una nueva era en la Fórmula 1: el reinado de Max Verstappen acaba de comenzar.
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