Empate bajo la lluvia

Sevilla y Barcelona se enfrentaban en un duelo correspondiente a la jornada 4 aplazado en su día. El objetivo de los locales recortar a tres puntos la distancia que les separa del liderato que ostenta el Real Madrid. Por su parte los culés peleaban por una victoria que les igualara con el Rayo en la cuarta plaza que da acceso a Champions.

Los onces iniciales eran ya una declaración de intenciones de ambos técnicos. Los dos salían de inicio con lo mejor que tenían. Con respecto a los onces de la última jornada Piqué volvía al once por Lenglet;y en los locales Rafa Mir y Fernando lo hacían en lugar de Montiel y Romero.

Tras unos primeros minutos iniciales de lógico tanteo el Barcelona se hizo con el balón. Plantados en campo sevillista los de Xavi dominaban a placer a un Sevilla cuyo técnico se desgañitaba en la banda impotente ante el dominio blaugrana. Muy serios en la presión, en la salida de balón y en la movilidad de sus jugadores de arriba, el Barcelona ponía cerco a la meta de Bono. De los importantes del ataque sevillista no había noticia. Tanto Ocampos como el Papu estaban más pendientes de defender a  Araujo o Alba que de atacar. Pero este Barcelona tiene muy buenas intenciones en todo lo que pero le falta «mala leche» para rematarlo. Como ejemplo el chaval Jutglá, sensacional en todos sus movimientos pero sin colmillo en el remate. Todo lo contrario en el rival. Los de  Lopetegui sin generar apenas nada de juego mostraron un hambre voraz en el remate. Primero avisó Rafa Mir que marcó en claro fuera de juego. A la siguiente que tuvieron no perdonaron. En una jugada ensayada a la salida de un córner el Papu anotaba ante la sorpresa de la defensa culé. Primer disparo a puerta y gol, algo habitual este año. Ter Stegen celebraba su partido número 300 haciendo la estatua ante el remate del argentino.

Sin embargo, el gol no descompuso a los azulgrana que siguió a los suyo: balón y mucha movilidad en sus hombres de arriba. Y no tardó en hallar premio porque a la salida de otro córner Araujo, de soberbio cabezazo, ponía de nuevo las tablas en el marcador.

La segunda mitad fué otra cosa. Los locales dieron un pasito adelante y con una presión más adelantada y efectiva dificultaron, y mucho, la salida azulgrana. El juego azulgrana ya no era tan fluido. Los sevillistas robaban muchos balones arriba y las ocasiones empezaron a llegar. Los saques de esquina fueron una amenaza constante para la defensa culé incapaz de defenderlos durante los 90 minutos. Delaney dispuso de dos buenas ocasiones pero no dió con la meta.

Todo cambiaría con la absurda expulsión de Koundé. El francés en una incomprensible acción agredió con balón a Alba y Del Cerro le mostró roja directa. Los culés pasaron de dominados a dominadores y a encadenar ocasiones claras ante Bono. Gavi, otro partidazo del chaval, remató fuera de cabeza con todo a favor y un tirazo de Dembelé acabó en el palo. El Sevilla aguantaba atrás el chaparrón buscando una contra salvadora que les acercara al liderato. Jordi Alba tuvo la última pero su disparo le salió muy centrado y el partido acabó en empate. Los azulgranas mostraron una buena imagen en un campo dificilísimo y los sevillistas sea cercan un punto más al Real Madrid.