Un poderoso Celta hunde aún más a Osasuna

Está siendo un mes de enero muy ajetreado. Con todo el lío de Copa del Rey, Supercopa de España y liga regular antes del regreso de las competiciones europeas, se ha tenido que jugar en pleno miércoles, y un partido destacado ha sido el del Celta contra Osasuna. Ambos equipos se encuentran en media tabla, pero vienen de posiciones bien distintas. No hacen muchos de meses de cuando los navarros estaban en puestos de Europa League, mientras que los vigueses sufrían por alejarse a duras penas del descenso. Con eso en cuenta, ni los rojillos querían verse más alejados de aquellos puestos a los que llegaron ni los celtiñas quieren saber nada de aquellos puestos con los que tuvieron que lidiar. Solo la victoria les acercaría de nuevo a sus objetivos.

El encuentro comenzó con un conjunto navarro que apostaba por el ataque mucho más que el local. Los celtiñas mantenían la posesión pero no encontraban la manera de atacar el área visitante. La primera ocasión de peligro la tuvo el conjunto de Jagoba Arrasate: Budimir disparó de primeras y su envío se fue a la madera. En el siguiente minuto Hugo Mallo tuvo que retirarse momentáneamente del terreno de juego por un fuerte golpe en la cabeza, y volvió a entrar al campo con un gorro protector.

El gorro dio suerte al conjunto celeste porque, a partir de llevarlo el capitán, su partido mejoraría bastante. El Celta empezó a tener ideas más claras en ataques y Hugo Mallo sería el encargado de acabar la primera jugada clara a pase de Javi Galán. En la siguiente jugada, el capitán se rehizo del fallo de puntería anterior y abriría el marcador a favor de los suyos. Brais Méndez puso un centro al borde del área, Cervi pasó de tacón a un Hugo Mallo, con el gorro plateado, que nadie esperaba y que se sacó un disparo potentísimo en el que Sergio Herrera puso su cuerpo, pero la fuerza del balón hizo que fuera imposible de parar. El conjunto celtiña, de golpe y porrazo, se puso por delante ante unos rojillos que habían acumulado más intentos.

Tras el primer gol, el Celta haría suyo el encuentro, dominando ante unos navarros que no eran más que la sombra de lo que estaban demostrando antes del gol local. Santi Mina hondaría en la herida con un segundo gol solo 9 minutos después. En una gran jugada de combinación entre Denis Suárez e Iago Aspas, Santi Mina recibiría el balón en boca de gol, el cual metería entre las redes de Sergio Herrera. Se acababa sin sobresaltos la primera parte y el conjunto de Coudet lideraba 2-0, un resultado que lo ponía por delante de Osasuna en la tabla.

La segunda parte se basó en múltiples intentos del conjunto rojillo de marcar, pero la defensa celeste puso el cerrojo y se mantuvo atenta y muy sólida. Kike Baraja tuvo una de las ocasiones más claras de la primera parte de Osasuna. Ruben García mandó un centro más al corazón del área local, el cual prolongó Budimir y Kike Baraja estuvo a punto de llegar para rematar al primer palo, pero el balón fue más rápido que él. Veinte minutos después pasó una cosa parecida con un centro de Chimy Ávila, que prolongó Kike García y que Juan Cruz estuvo muy cerca de rematar de cabeza.

El Celta no tuvo que crear peligro para mantener el resultado: dominó lo necesario como para aguantar el resultado. Sorprendentemente, estuvo más cerca el 3-0 local en los minutos finales que el 2-1. En un pase atrás de un central rojillo, a Sergio Herrera se le escapó el control, y el balón se paseó por el área chica sin oposición, hasta llegar a la línea de gol, en la que el meta navarro pudo detenerla antes de conceder un gol absurdo.

Finalizó el encuentro y el Celta superaba a Osasuna en la tabla. Osasuna iba de mal en peor: con esta derrota ya sumaba 3 en los últimos 4 partidos. El Celta, justo al contrario, ha logrado 3 victorias en los últimos 4 partidos. Los de Coundet se permiten soñar por luchar por algún puesto europeo. Mientras, los de Arrasate precisamente empiezan a mirar hacia debajo, aunque tienen un colchón de puntos que hace muy improbable que se metan en problemas a estas alturas de temporada, sí les aleja definitvamente de los puestos altos que en algún momento estuvieron.