600 minutos después, Osasuna se reencuentra con el gol visitante
Victoria muy contundente de los de Arrasate ante un nulo Granada
Duelo por la tranquilidad entre Granada y Osasuna, en un partido en el que los puntos eran sinónimo de tranquilidad.
Con ambos pegados en la clasificación, el descenso quedaba relativamente lejos como no vivir con agobios, al igual que la Europa League, un objetivo que sería demasiado optimista para ambos conjuntos.
Es así, cuando juegas sin presiones, cuando a priori sale la mejor versión de los futbolistas: el Osasuna siguió esta teoría al pie de la letra.
Se plantó en el Nuevo Los Cármenes el Osasuna como quien se presenta en el campo de su casa a echar una pachanga amistosa, dominando el partido hasta el punto de levantar los silbidos de la grada rival ante la supremacía de los navarros frente a su equipo.
Poco más que el balón parado le quedó al Granada para contrarrestar las clarísimas ocasiones de los de Arrasate, primero con Moncayola avisando hasta en dos ocasiones, con un gol en fuera de juego y con un disparo que se marchó desviado, y después por mediación de Budimir, que a punto estuvo de culminar una contra de manual.
No llegaría hasta el 32 la primera del conjunto nazarí con una tímida picada que echó fuera Sergio Herrera, a la que le siguió un gol de Luis Suárez en fuera de juego.
Las fuerzas parecieron igualarse en el tramo final de la primera parte pero en la segunda el Osasuna recuperó terreno.
Sin embargo el gol se les seguía resistiendo y ni Budimir de cabeza ni Darko de primeras tras el taconazo en el área de Rubén García fueron capaces de perforar la red.
Sus ataques se proyectaban mayormente por el centro, quedándose las bandas prácticamente exentas… hasta el gol.
Este llegaría de un córner tras un centro lateral, que por mediación de David García desatascó el partido a balón parado, gracias también a un centro de Rubén García que le cayó con música.
El Granada trató de igualar fuerzas pero el Osasuna estaba muy cómodo en el partido como para achantarse y pudo sentenciar el partido por mediación del Chimy.
En la recta final del partido Robert Moreno trató de poner toda la carne en el asador mediante cambios sumamente ofensivos que lejos de agobiar a su rival, le permitieron tener más ocasiones para matar el partido. Así lo haría y en el 89 Kike embocaría a un gol una gran jornada de combinación de sus compañeros para terminar de sellar la victoria.