Después de hacer historia frente al Mallorca en los cuartos de final de la Copa del Rey, el Rayo Vallecano viajaba hasta Balaídos para enfrentarse a un Celta que no ha tenido carga de partidos durante las dos últimas semanas. Veremos si la falta de ritmo competitivo perjudicaba a los celestes o si, por el contrario, el descanso acababa siendo clave en un partido que se presumía igualado.
Intercambio de posesiones en el arranque con el Celta que parecía que quería meter más intensidad, pero el primer acercamiento fue de Sylla. Centro lateral de Álvaro García que logró rematar de cabeza Sylla, pero el esférico se marchó desviado del palo izquierdo. El Rayo quería atacar teniendo la posesión y el Celta metiéndole velocidad al juego. Al que le funcionó fue al conjunto local que se adelantó con gol de Brais Méndez. Mala salida de Dimitrievski en un centro lateral que lo aprovechó Brais para controlar dentro del área y colocar el esférico pegado al palo derecho evitando que la defensa pudiera evitar el gol.
El gol le llegaba al Rayo después de perder un jugador por lesión. El Celta lo seguía intentando con centros laterales que estaban haciendo daño al conjunto madrileño. El Rayo estaba buscando reaccionar, pero le estaba costando crearle peligro a Dituro. Mala salida en la salida de balón del Celta que recogió Álvaro García dentro del área, pero su disparo picado terminó encima de la red. En la réplica se animó Denis con un disparo lejano que se terminó marchando por encima del larguero.
El Rayo quería apretar la salida de balón del Celta, para poder robar en zonas peligrosas y lograr el tanto del empate. Le estaba faltando el último pase a los madrileños. Llegaban bien hasta la frontal del área del Celta, pero luego no estaban acertados en los metros finales. El Celta se marchaba al descanso con ventaja gracias al tanto de Brais tras un error en la salida de balón de Dimitrievski, en una primera mitad en el que los celestes tuvieron mejores sensaciones y fueron más efectivos.
Poco a poco el Rayo estaba logrando que el Celta estuviese perdiendo metros y estuviese cada vez más cerca de su portería. No querían los gallegos ser asediados e intentaban tener la posesión y cortar el ritmo de partido con faltas. La tuvo el Rayo. Comesaña lo tenía todo para rematar dentro del área del Celta, pero se resbaló justo cuando iba disparar. Los de Coudet empezaban a jugar con el reloj e intentaban alargar cada jugada a balón parado a su favor.