Tres puntos vitales en el Nuevo Vivero
CD Badajoz - Zamora CF | Sábado, a las 19:00h | Vigésimo quinta jornada de la Primera RFEF | Estadio Nuevo Vivero, Badajoz | Árbitro: Ruipérez Marín | El Badajoz quiere seguir sumando de 3 en 3, para intentar seguir aspirando a todo ante un Zamora que necesita volver a ganar a toda costa
El día que lo vi de lejos por primera vez, este muchacho tenía apenas 20 años. Me pude dar cuenta al instante que era un gran chico. Tenía la mirada noble, la sonrisa sincera y, por encima de todo, se le veía un tipo muy FELIZ. Era un día muy caluroso del mes de julio en la capital de la Corte. La noche anterior había sido una noche larga y llena de júbilo y emociones antes no vividas. Lo vi subido en un autobús descapotable con su mirada de admiración a todo lo que pasaba a su alrededor. Especialmente a sus compañeros de viaje. Pero, por encima de todo, lo que más me llamó la atención, fue el cariño con el que lo llevaba abrazado su padre. Y con qué respeto y complicidad se miraban ambos. En ese momento me di cuenta de lo afortunado que fui de ver ese partido, la noche anterior, en Madrid. Concretamente en la Plaza de Santa Ana. Sí, ese pequeño rincón de ensueño de la Villa, donde está el eterno Federico soltando la paloma de la Paz, enfrente del Teatro Español y a escasos metros del Teatro de la Comedia. Luego todo acabó en una tumultuosa visita a la sempiterna Diosa Cibeles, como no podía ser de otra forma. Pues todo eso me llevó a conocer en persona, aunque fuese de lejos, a este chico tan feliz que acompañaba a su padre en una impresionante celebración. Fue entonces cuando me di cuenta que lo verdaderamente importante en la vida, no es ganar un partido, ni siquiera un título, aunque sea el título más importante del universo fútbol.
Y esto mismo, opino honestamente, es lo que está manteniendo vivo al equipo de la capital del Guadiana. Y es que el CD Badajoz sigue vivo, y mucho, esta temporada gracias a que tanto plantilla y trabajadores del club, como una afición sin par, han priorizado el FACTOR HUMANO antes que cualquier otro tipo de factor contractual, económico o, incluso, deportivo. Seguro que a esta plantilla le interesa y mucho el plano deportivo y estar lo más arriba posible. Pero lo que los ha hecho fuertes ante tantas adversidades, ha sido hacer una piña, todos a una, remando en la misma dirección. Luchando por todos y cada uno de los trabajadores del club. Ellos han borrado de un plumazo esa posible mala fama del egoísmo del futbolista. Jugadores que han preferido quedarse en estas condiciones de zozobra, antes que salir a clubes importantes de superior categoría. O capitanes que lideran un vestuario con el ejemplo y no sólo con la palabra. Y esta es la perspectiva de la vida que te hace salir adelante de las dificultades. Esto no es sólo ganar tres puntos cada semana.
Y así llega el equipo de los «lobos», al encuentro de mañana. Un partido que se ha adelantado un día, debido a que la ciudad de Badajoz vive este fin de semana su fiesta más sublime, el carnaval. Y por primera vez pueden presumir los ciudadanos pacenses que su Fiesta es de Interés Turístico Internacional. Ahí es nada. Desde estas humildes líneas les animo a que se acerquen este año, o cualquier otro, a conocerlo. Es algo para verlo, no para contarlo. Pues a este fin de semana carnavalero -se notará en el estadio-, llega el Badajoz con la única intención de conseguir por primera vez en esta temporada su primera victoria consecutiva. El equipo que entrena Isaac Jové, viene de hacer dos partidos muy buenos. El primero con tablas en El Sardinero, ante el Racing de Santander y el último con victoria en El Prado, frente al CF Talavera. En ese último partido el equipo blanquinegro tuvo la pizca de fortuna que le ha sido esquiva durante toda la temporada. En Talavera de la Reina pudimos ver a un equipo muy serio, que da pocas concesiones al rival. No sabemos si por autogestión -con una conjura de este vestuario para salir airosos esta campaña- o por la mano de su nuevo entrenador, pero el 11 pacense está empezando a carburar y muy bien.
Si de fútbol hablamos, el 4-4-2 ha llegado para quedarse. Está funcionando bien un sistema donde el equipo se encuentra muy a gusto. Sólo cuatro defensas, pero con un centro del campo muy comprometido en la ayuda defensiva. Su pìvote y capitán Miguel Núñez, está rindiendo a un nivel físico, técnico y táctico impresionante. Y otra buena noticia fue la entrada de Antonio Otegui, que con confianza y en su mejor versión ayuda mucho a la hora de superar líneas del rival, ayudado por sus cambios de ritmo. Al equipo le ha faltado pegada este año. Eso es un hecho. Por lo que en el partido de mañana, si quiere sumar de 3 en 3, necesitaría que jugadores como Santamaría o Zelu, siguiesen «on fire». Ya sabemos que los goles vienen por rachas. Puede que ahora sea la buena del Badajoz. Y si no siempre tendrás a un capitán como «Franz Pardo Beckenbauer«. Que, o le arrancan, o te arranca la cabeza…
Y como equipo visitante en el Nuevo Vivero, tendremos mañana al Zamora CF. El conjunto de la «Muy noble y leal ciudad de Zamora«, sigue en puestos de descenso. Y eso hace que viaje con la necesidad de puntuar en cualquier plaza. Pasan las jornadas y no logra remontar puestos, ni sumar los puntos que necesita. Lleva sin conseguir una victoria desde hace más de un mes, precisamente en El Prado frente al CF Talavera. Aunque a su favor también hay que decir que es un equipo al que cuesta doblegar y hacer goles. Hasta el pasado fin de semana sus encuentros se contaban por empates a cero, por derrotas o victorias por la mínima, por un gol a cero. Por eso, para quién no vió el partido del domingo pasado en el Ruta de la Plata, le resultará un poco raro la derrota que sufrió a manos del Sanse. Es cierto que el Sanse es un conjunto muy incómodo, que te asfixia todo el partido con su presión, que te concede pocas oportunidades y que, en cuanto le dejan, te da además un zarpazo. Pero los que vimos el encuentro, además de todo eso, vimos a un Zamora algo más nervioso de lo habitual y con fallos que les resultaron fatales. Cierto es que pusieron mucho ímpetu, con la presión muy alta, como le gusta a su entrenador Yago Iglesias. Pero cuando tú vas tan arriba a presionar tienes que hacerlo con más convicción y sin conceder fallo alguno. Y son las dos cosas que sucedieron para que se diera esa goleada de 0 a 3. Especialmente imprecisa estuvo su defensa y con bastantes dudas su guardameta titular, Jon Villanueva.
Para el partido de mañana el conjunto de los «viriatos» acude sin los lesionados Juanan y Jordan Sánchez; y sin el sancionado por acumulación de amonestaciones, Carlos Cordero. Además, el equipo que visita Extremadura, dista mucho del que visitó por última vez tierras extremeñas. En mayo pasado en Almendralejo, en las semifinales del play off de ascenso. Por cierto un encuentro donde se pudo ver un gran ejemplo de hermanamiento entre dos aficiones ejemplares, la zamorana y la pacense. Pero además, para los que sigan al equipo zamorano, también dista bastante su equipo incluso del de la primera vuelta, en el Ruta de la Plata. Pues en este mercado de invierno se deshicieron hasta de 7 de sus jugadores, incorporando otros 7 miembros nuevos a su plantilla. Además del ya mencionado cambio de entrenador. Lo que está claro es que tendrán que agarrarse a algo más que a lo deportivo, si quieren salir del pozo en el que se están metiendo. Hay veces que hay que aferrarse al factor humano, para poder salir de situaciones difíciles.
Y es que ese factor humano es el que marca la diferencia. El que está por encima de cualquier éxito que puedas conseguir en la vida. Como aquel chico que acompañaba a su padre en una celebración y me hizo replantearme ciertas cosas en mi vida. A dar prioridad a lo realmente importante. Se trataba de Álvaro. Un joven sonriente y feliz junto a su padre, el entonces seleccionador Vicente Del Bosque. El mítico jugador salmantino del Real Madrid, acababa de ganar para su país el primer Mundial de Fútbol de su historia. Pero se le veía ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor. Donde había miles de personas coreando los nombres de sus ídolos, incluido el suyo. Vicente estaba a lo suyo, lo importante, lo que lo hacía feliz. Abrazar a su hijo, con Síndrome de Down, e intentar disfrutar con él ese momento. Y doy fe que lo consiguió. La cara de ese chico irradiaba felicidad, que es de lo que trata la vida, de ser feliz. En la vida lo que puede parecer una adversidad, se puede afrontar con valentía y mucho AMOR, siendo un GRAN PADRE. Luego puedes ganar el primer Campeonato del Mundo para tu país, pero eso es menos importante…