Mucho ruido y pocas nueves

Cádiz y Lorca se enfrentaban en la tarde del 24 de febrero en el partido correspondiente a la vigésimo octava jornada de la Liga 1/2/3. Dinámicas contrapuestas en uno de los encuentros menos «equilibrados», por posicionamiento en la tabla, de este fin de semana en Segunda División.

La jornada de este fin de semana se presentaba hecha a medida del Cádiz: los dos primeros clasificados, Rayo y Huesca, se enfrentaban entre ellos, es decir, uno de los dos iba a perder puntos, además, el equipo andaluz, tercero, parecía tener todo a favor en su encuentro, jugaba en casa, donde no perdía desde octubre del año pasado y se mediría al Lorca, penúltimo en la tabla y que solo había sacado cinco puntos a domicilio esta temporada.

La primera parte dejó claro el porqué de las posiciones en la tabla, fue un dominio absoluto cadista que manejó la pelota a su antojo y gracias a eso las ocasiones más peligrosas cayeron de su lado. La más clara fue un mano a mano de Jona ante Dorronsoro que acabó pidiendo penalti pero que el colegio no interpretó como tal. Mientras tanto, los murcianos trataban de defenderse como podían e intentar sorprender a la contra. Ambos equipos se encontraron con ocasiones suficientes como para haber roto el empate durante los primeros 45 minutos, pero la falta de acierto de sus delanteros hizo que se fueran al intermedio sin ningún gol en el marcador.

En la segunda parte la tónica continuó como en la primera, todo hacía presagiar que el gol de los de Álvaro Cervera no tardaría en caer. El partido estaba vibrante, las ocasiones se sucedían para ambos conjuntos pero siempre con un claro color amarillo en el ambiente.

El reloj corría y a pesar de las numerosas ocasiones, el Cádiz no consiguió materializar ninguna de ellas y veía así como el Rayo, que le había fulminado una goleada por tres goles a cero al Huesca, se escapaba y con él las plazas de ascenso directo a Primera.

Cuando el arbitro toco su silbato para decretar el final del encuentro el marcador se mantenía intacto, cero a cero, lo que sugería el reparto de puntos. Un punto para los locales que sabía a muy poco al recordar todas las oportunidades erradas y otro punto para los murcianos que sabe a mucho por el escenario donde lo habían logrado.