Victoria balsámica pero sin alardes
El Deportivo venció al Rayo Majadahonda (2-1) en un partido que parecía ser el de la recuperación total, pero en el que terminó sufriendo
Tras un nuevo descalabro de los herculinos, tenían que jugárselo todo ante un equipo que llegaba en una inercia positiva como local, pero cuyo rendimiento como visitante está penalizando a unos majariegos que se encuentran inmersos en la lucha por el ascenso. Antes del partido había una distancia de 4 puntos entre ambos contendientes, los mismos que la distancia que separa a los coruñeses de los puestos de fuera del play off. De este modo, iba a ser un encuentro vital para las aspiraciones de ambos conjuntos.
La primera parte fue para un Deportivo que ofreció una cara A y poniendo 2 goles en el marcador. De De Camargo salió la primera ocasión que supuso, además, el primer gol blanquiazul. Falta sacada por Juergen y gran remate de cabeza de Adrián Lapeña. Tan solo habían transcurrido seis minutos y los coruñeses se adelantaban. A los veinte minutos, allí presionó Soriano, con pase final del de siempre, Juergen, al punto de penalti donde se revolvía Noel, al que Casado hizo penalti. Lo transformó William casi sin carrerilla.
Todo de cara para los herculinos ante un Rayo Majadahonda que no les ponía en apuros. El frío en Riazor era menos frío con el equipo por fin haciendo las cosas bien y cos dos goles de renta en el marcador. Cumplida la media hora de partido, el equipo visitante aprovechó un error de Calavera para asustar y, posteriormente, Javi Gómez quiso sorprender a Mackay con un fuerte lanzamiento desde fuera del área que se marchó alto. Sin movimientos en el marcador se llegaba al descanso.
Ya en el segundo tiempo le cambió la cara al Dépor ante un Rayo que mejoró sus prestaciones y que no tardó en recortar distancias. Granero mandó un balón a córner y del saque de esquina salió primero un paradón de Mackay y, acto seguido, el gol de Casado en segunda jugada. El Deportivo intentó reaccionar en el 64′ con la entrega de Héctor Hernández. El lateral blanquiazul se marchó de Néstor a la perfección y puso un gran centro a William que no marcó por centímetros el 3-0.
Los visitantes, que seguían metiendo miedo en cada balón parado, rozaron el empate en un contragolpe tras un error de Villares, pero Mackay detuvo seguro el cabezazo final de Héctor Hernández. Emoción y tensión hasta el final en Riazor pero aguantó el marcador el Dépor que sumaba un triunfo vital y acababa con la sangría que está viviendo. El Rayo sigue fallando a domicilio en un partido clave para sus aspiraciones.