El Málaga busca la resurrección en este Sábado Santo

Para bien o para mal, el Leganés afronta la recta final del curso sin objetivos clarividentes, más allá de conseguir el mejor puesto clasificatorio. Aquí entramos en la tesitura de ver el vaso medio lleno o medio vacío. Por un lado, pueden darse por satisfechos al haber sellado prácticamente la permanencia  –objetivo que se empezó a complicar en noviembre–; mientras que, por otro, el ascenso, un año más, no se va a consumar. Ésta era la gran consigna para el curso presente. En esta escala de grises obviamente no es lo mismo finalizar octavo que decimosexto. Muchos jugadores, tanto cedidos como comprados, se juegan su futuro con el club. De la misma manera, el devenir del propio Nafti también sé derivará en base a esta recta final. La primera piedra, el Málaga. 

Las dos caras del Leganés 

La visita al Carlos Tartiere fue un duro mazazo para el club madrileño. Desde el sur de la capital habían marcado con rojo la visita a Oviedo. Al igual que en Las Palmas, el resultado no fue el deseado. Siempre que ha habido un atisbo de acercarse relativamente a la sexta plaza el Leganés ha perdido sus “finales”. Si no ganas a los equipos de arriba es imposible optar al playoff. Aquí es donde se han encontrado los pepineros uno de sus principales hándicaps a la hora de sus aspiraciones. Tomando como referencia la llegada del franco-tunecino a Leganés, los datos decían que, ante esos conjuntos, se habían cosechado sólo 9 de 33 puntos posibles frente a los 23 de 27 puntos posibles ante equipos de la zona media-baja de la clasificación –13º al 22º–.

El gol también es otro de los problemas. En el Tartiere sumaron su noveno partido de la temporada sin ver puerta. Además, son el quinto equipo de la competición que menos dianas anota. Datos escalofriantes para un equipo que aspiraba a llegar a LaLiga Santander. Sus delanteros, Borja Garcés y Bautista, no han dado el rendimiento esperado. El primero con sus polémicas extradeportivas no ha cuajado con los valores de Butarque; el segundo se ha visto lastrado por su grave lesión de pie en septiembre. Ambos han anotado dos tantos. Qasmi llegó en el mercado invernal para paliar esta carencia. Su rédito está siendo más que satisfactorio –tres goles–. No obstante, no es el nueve sobre el que sustentar las aspiraciones de un equipo como el Leganés.

Objetivo: no meterse en problemas 

El Málaga llega como equipo que marca la permanencia. En 2022 de los quince partidos disputados apenas han ganado dos. Su gran inicio de temporada, llegando a ser uno de los mejores locales, le ha permitido llegar con cierta comodidad al tramo final de temporada. Sin embargo, no pueden confiarse. Si bien es cierto que este año la salvación va a estar más barato de lo normal –con 42 puntos probablemente estarás salvado, incluso menos– los malagueños deben revertir la mala dinámica instaurada desde principios de año. Sus números como visitante son realmente paupérrimos, apenas once puntos. Unas cifras que le convierten en el cuarto peor visitante, solo empeorado por Alcorcón, Fuenlabrada y Amorebieta. Los tres equipos que se encuentran en descenso.